Éxito. Un proyecto de vida muy personal.
¿El éxito, qué es? ¿De qué se trata?
Para mí personalmente, el éxito es un salir a la luz, una salida del escondite, superando el temor de ser reconocida, criticada, burlada, humillada.
El éxito es también un camino de fuerza personal, un aprender a creer en mí misma, aunque esta creciente autoestima se vea amenazada por volver a quebrarme.
El éxito en este sentido es aprendizaje. Significa seguir adelante y no dejar de intentarlo, seguir levantándome cuando caigo, y avanzar.
El éxito es aprender a estar y hallarme en la vida, relacionarme con los demás de tú a tú. Sin una arrogante idea de superioridad ni una sumisa inseguridad.
Creer en mí misma es escuchar esa «vocecita interior» y seguirla.
El éxito aquí significa sacar y mover lo que esta voz interior quiere. Seguir mis valores, escuchar lo que está en juego en este mundo, lo que siento que hay que hacer por el bien de las personas y del planeta, del universo.
En este sentido, creer en mí misma también significa no dejar que mis monstruitos internos ni los comentarios externos de diversas personas, movidos por la envidia, la inseguridad, el miedo u otras energías inhibidoras, me hagan creer de que me estoy pasando de rosca si pienso que puedo aportar algo al mundo, crear algo grande.
Las grandes cosas empiezan por pasos pequeños. ¿Por qué entonces temer pensar en grande?
Una cosa la tengo clara: si la búsqueda de lograr algo «grande» está impulsada por el ego y clama por reconocimiento, entonces no se trata de una intención pura, limpia y honorable.
Sin embargo, si este impulso interior proviene de la voz más profunda del alma, diciéndome que tengo una tarea aquí, una misión, más allá del reconocimiento o la codicia, entonces esta voz debe ser escuchada.
Claro, nadie se salva de la necesidad del "ego". Por ese motivo, procuro revisar mis actos y pensamientos, volviendo a conectarme con mi ser honesto y consciente para no dejarme llevar por el impulso automático del "hacer hacer".
Es un rollo pensar de una manera tan compleja y sentir todo lo que me rodea y vibra en mi interior. Es difícil querer tener en cuenta siempre todos los posibles aspectos de las cosas. A veces es una batalla que posiblemente no podré ganar, ya que ir contra la naturaleza de uno mismo no es sostenible a largo plazo. Tarde o temprano la energía quiere salir fuera. Esta voz interior de la misión propia buscará su materialización. No seguirla te destruirá.
Es posible que no todas las personas tengan estas batallas interiores tan fuertes en su interior. Al menos no de esta forma...
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¿O tal vez sí?
Tal vez, quién sabe, no soy tan rara después de todo...
Desde que comparto mis pensamientos y sentimientos a través de artículos y poemas, me doy cuenta de que mis letras son una especie de regalo para muchas personas por encontrarse a sí mismas en mis palabras.
Me ruegan que no deje de escribir. Parece que aporto algo a las personas con mis escrituras, especialmente a las que, como yo, buscan un sentido, una comprensión del todo. Y del amor, esa fuerza que lo mantiene unido todo y sin la cual nada tendría sentido.
Así que permitidme que comparta hoy con vosotros esta constatación, esta intención de seguir adelante y no dejar que mis monstruitos internos me derrumben.
¡Claro que ocurren las dudas, el desánimo y también síntomas físicos de cansancio que me roban la energía!
Es que el éxito no es un camino lineal hacia la cima. Siempre vamos cayendo a la oscuridad que a su vez nos ayuda a reforzar ese profundo deseo de crear algo que aporta y tiene sentido para los demás.
¿Ese deseo que nuestras acciones tengan sentido para los demás, es un deseo común?
Es muy posible, ya que si no, ¿cómo va a tener éxito un proyecto si no mueve a mucha gente?
Bueno, al menos a algunos.
De hecho, serán aquellas personas para las que es justo eso lo que también a ellas les dará el impulso para el siguiente paso en este camino de aprendizaje llamado «vida».