100 Años con Isaac Asimov y el Hombre Bicentenario.
La verdad que, en estas fechas, no tenía idea de lo que quería publicar para la sección de Ciencia ficción que es lo que tocaba, ya que la tenía un tanto abandonada pero fortuitamente me he enterado de que el dos de enero fue el 100 aniversario del nacimiento de Isaac Asimov, mi primer, principal referente en ciencia Ficción.
No tengo claro si empecé con «Yo, Robot» o la Saga de la fundación, de esto hace más de treinta años, por lo que espero que valga de excusa, de que ya estoy mayor. 😜.
Si bien hace demasiado que leí estas novelas (miento, hace poco me releí el primer libro de la fundación para la entrada sobre psicohistoria: «La Psicohistoria de «La Fundación», ¿La I.A. puede hacer realidad esta idea de Asimov?» ) las tres leyes de la robótica las he tenido siempre presente.
Inicialmente como ideal pero que con los pasos de los años, y con el progreso de la IA parecen haberse quedado cortas, ya que ahora ha dejado de ser ciencia ficción, para convertirse en realidad, principalmente con los coches autónomos que serían, creo, los primeros en moverse «libremente» entre la población.
Tomo como referencia para este artículo la película «el hombre bicentenario» con el estupendo Robin Williams como Andrew, el robot. Podría haber tomado «Yo Robot» con Will Smith, pero me quedo con «El hombre bicentenario», está más en línea de este blog.
Siendo inicialmente Andrew un electrodoméstico bastante más avanzado que una Thermomix, el patriarca de la familia empieza a darse cuenta de ciertas particularidades de su electrodoméstico. ¿hasta qué punto la caída por la ventana fue la causa de estos cambios?
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