14 técnicas creativas para que encuentres buenas ideas, por Daniel Colombo
Si te ha pasado que no encuentras las ideas en el momento en que más las necesitas, este artículo puede interesarte. Las técnicas creativas son una excelente forma de estimular nuestra actividad cerebral, para lograr la sinapsis apropiada para crear lo nuevo. Así, podrás innovar en tus productos y servicios, y también encontrar soluciones a los problemas en la empresa y en la vida.
A veces, la creatividad necesita un impulso, sobre todo cuando estamos demasiado enfrascados en algo en particular sin poder encontrar un punto de avance.
Hay muchos ejemplos en la humanidad de personas comunes y otras destacadas que encontraron en las ideas una forma de expandir su creatividad, y crear algo superador.
Philip Knight, uno de los fundadores de Nike, era maratonista, y, mientras apilaba calzado en el sótano de la zapatería del padre, pensaba en tener un buen par en sus carreras; así empezó importando desde China unos que le gustaban. Henry Ford se inspiró en un matadero para diseñar la línea de producción de automóviles. Mark Zuckerberg buscó la forma de transformar los calendarios escolares anuales en algo digital, y así surgió Facebook. Y Howard Schultz vio en Milán una máquina de café expreso, le dio vueltas a lo rico de esa bebida, y creó el concepto que hoy conocemos como Starbucks.
· Crea tu propio modelo
Una clave del pensamiento creativo es darse la libertad de crear tu propio modelo. Esto significa que es importante permitirte pensar por fuera de la caja de lo conocido, lo habitual; aquellas cosas que haces siempre, o que, incluso te atan al pasado porque te dijeron “siempre será así”. Recién ahí, con esta actitud interna, darás el mejor salto creador.
· Técnicas para practicar
Pensamiento lateral: postulado por Edward De Bono con su modelo “Seis sombreros para pensar”, parte de la idea de que las respuestas siempre están dentro nuestro. Cambiando el ángulo desde donde observamos, y poniéndonos un sombrero diferente, asumiremos esa actitud para dar respuesta a un mismo problema. De la diversidad se pasa a la convergencia. El pensamiento lateral invita a salir de lo conocido y moverse por espacios no explorados; es sumamente útil para ayudar a pensar de maneras poco convencionales. Los seis sombreros son: Sombrero blanco – basado puramente en hechos. Sombrero rojo: emociones sobre el problema. Sombrero negro - juicio negativo (de manera constructivo). Sombrero amarillo - juicio positivo (críticas que sirvan para algo). Sombrero verde - alternativas y creatividad. Sombrero azul - proceso de control (pensar sobre el pensar en sí mismo).
Escritura libre: cuando estés atascado en un desafío creativo, suelta la mente y escribe palabras sin sentido, todo el tiempo que lo necesites. Pon música inspiradora y deja volar la imaginación.
Galería de famosos: haz un listado de personajes reales o de ficción, y busca ponerte en la posición de ellos para observar el problema. ¿Cómo lo harían? ¿Qué camino tomarían?
Fotocopia creativa: busca proyectos, ideas, nombres, fotografías y conceptos que te gustan o te llaman la atención; utilízalos como materia prima para tu espacio creativo. En mi caso, utilizo una gran caja con materiales diversos, que me estimulan cuando lo necesito. Así puedo combinar, mejorar, recrear y reinventar (nunca copiar). Es un disparador para tu cerebro creativo.
Asociación forzada: escribe una lista con palabras al azar. Puedes tomarla de internet, o de una revista o periódico. Al lado de cada una, asocia esa palabra con el planteo que quieres resolver, y de allí, en un tercer nivel, percibe si puedes generar una idea.
Inmersión cotidiana: es sumamente interesante nutrirte permanentemente de creatividad. Crea entornos amigables para estimular tus ideas. Leer buenos libros, navegar por internet en sitios de diseño, ciencia, tecnología, arte, cultura; descubrir nuevos artistas; recibir en tu email newsletters innovadores, derriban las barreras de los bloqueos y te conectan con tu creatividad.
Tormenta de ideas (“brainstorming”): trabajando en grupo se genera una sesión de ideas sueltas, aunque no tengan conexión directa ni lineal con el tema a encauzar. Luego, se depuran, se conectan y aparecen ideas superadoras.
El mundo real: ¿qué te refleja la naturaleza? ¿si este tema lo viese un pájaro a cierta altura, qué vería? ¿Qué aroma podría tener? ¿Si fuese un sentimiento, qué emoción puedo asignarle? Conecta, decanta y sigue profundizando.
El mundo de fantasía: imagina un super héroe que tiene todas las respuestas. ¿Cómo encararía ese momento? ¿Y si fueses tú ese personaje?
Técnica de Moliere: usualmente, cuando viene alguien de afuera que no tiene nada que ver con lo que necesitas que aparezca, puede dar en el blanco. Es así porque su mirada sin involucramiento ni exceso de información no está “contaminada” por las creencias y prejuicios. Cuanto más diversidad apliques en esta persona externa, mejor será el resultado. Incluso puedes comparar, por ejemplo, cómo procedería un niño, un adolescente, un adulto y un anciano sobre el mismo tema.
Técnica de Da Vinci: concéntrate bien durante unos cuantos minutos. Luego, suelta esas ideas y relájate dibujando lo primero que se venga a la cabeza. No importan tus trazos ni la precisión: lo que se busca es una idea asociativa o complementaria como disparador creativo.
Utiliza verbos para la creatividad: manipular las ideas puede ser muy útil. Esta técnica propone que, ni bien tengas un indicio de algo interesante, los apliques sin demora y registres el proceso: puedes agrandar, achicar, mudar de posición, superponer, cambiar, readaptar, sustituir, invertir, reestructurar, y todo lo que se te ocurra, con el fin de conseguir el resultado.
Pescando ideas: es una forma de brainstorming. En dos grupos separados, uno observa cómo procede creativamente el otro; y viceversa. Las miradas diferentes traen valiosa información.
Técnica de Gordon: aquí hay un jefe del grupo, que es el único que conoce el problema que necesita dilucidarse. Desde este rol guía al equipo mediante preguntas y aprovecha las respuestas para re-preguntar, buscando encauzar respuestas.
Phillips 66: varios grupos pequeños debaten la misma consigna al mismo tiempo. Luego, exponen sus resultados, se analizan las ideas y se evalúan en conjunto, obteniendo al final un resultado aproximado del punto de resolución.
Utilizando estas técnicas, o combinándolas, ya estarás listo para dar el próximo paso ante un bloqueo creativo. Recuerda que ejercitarte es clave; es como andar en bicicleta: lo aprendes una vez, cometes algunos errores, y, finalmente, lo recordarás por siempre.
Daniel Colombo
Master Coach especializado en alta gerencia y profesionales; conferencista internacional; escritor y comunicador profesional
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