Analizar una idea personal
Con el nuevo año entero por delante, es muy común hacer un balance del anterior y plantearnos cómo queremos gestionar el nuevo. Es un momento personal de brainstorming en el que hacemos mil planes para crecer y mejorar.
Elucubramos muchas ideas que, claro, son todas buenísimas porque estamos cargadísimos de energía positiva y tienen el fin de incrementar nuestros beneficios (ya sean personales o profesionales). Esta confluencia de factores puede hacer que perdamos objetividad ante nosotros mismos y que como consecuencia nos enfoquemos prioritariamente en unas ideas que puede que no cumplan nuestras aspiraciones.
Antes de plantear una idea a nivel interno, a terceros como agencias, o incluso a un cliente, me gusta evaluarla. El proceso de buscar las respuestas y razonarlas me da una visión objetiva sobre mi propia idea.
- Es una idea genuina?
- Relevante? Impactante?
- Qué me quiere decir? Es fácil de entender?
- Transmite bien la promesa de mi producto/servicio/marca/empresa?
- Es única para mí o le serviría también a mi competencia?
- Es interesante o adecuada para mi target?
- Evoca respuestas positivas?
- Construye o integra la identidad de marca?
- Es aplicable a diferentes ejecuciones?
- Su implementación es versátil?
- Cuánto va a costar?
A mí personalmente me resulta súper útil, y sobre todo, si no veo claras y razonables las respuestas, rechazo la idea.