15 acciones gratuitas (o casi) para conquistar más felicidad

Siempre se ha dicho que la felicidad está en las pequeñas cosas y que se trata solo de momentos, a veces apenas instantes, que muchas veces pasan desapercibidos dentro de la catarata de situaciones y emociones complejas con las que convivimos.

Este artículo te propone quince acciones de un minuto o menos para que cada día puedas conquistar mayor felicidad y bienestar en tu vida. La única condición es que te animes a experimentarlas con continuidad.

Dedicarte un momento cada día, en medio del trajín cotidiano, es la forma más apropiada de ganar mayor autoconfianza y merecimiento: la felicidad es un derecho natural para todos los seres humanos.

Más allá de los enormes desafíos que solemos atravesar tanto a nivel individual como global, siempre es posible reconectar con esa parte nuestra intuitiva, también llamada conocimiento natural. Desde allí, es más sencillo dejar aflorar las virtudes que construyen una mayor autoestima y fortaleza interna.

Posiblemente muchos de los que están leyendo este artículo pensarán que la felicidad no es algo que se construya, sino que se siente y se vive: es exactamente así. Lo que puedo asegurarte es que a veces necesitamos sintonizar externamente con pequeñas acciones que contribuyan a darnos impulso para aceptar que podemos ser felices.

Conozco un amigo de muchos años, Ariel, que es alegre por naturaleza, y ese ha sido el gran aprendizaje que me legó. ¡Y mira que le han pasado muchísimas cosas complicadas en la vida!

• Aquí vamos: 

1. Mira un niño a los ojos: Conecta con su mirada. ¿Qué ves? ¿Te sonríe o llora? ¿Tú te pones tenso o disfrutas del momento? ¿Te animas a jugar un poco?

 2. Acaricia una mascota: Por ejemplo, los perros suelen ser absolutamente incondicionales con sus amos, y esa conexión va más allá de las palabras. Es gestual y emocional.

1. Observa el cielo: esté brillante con un sol radiante, o nublado y lloviendo, siempre es maravilloso mirar más allá. Solo observa, respira y proyecta una buena intención para ti, tu familia, amigos, tu barrio, tu ciudad, tu país, el mundo. 

1. Respira conscientemente: toma aire unas diez veces, inspirando por la nariz. Hazlo profundamente; retén el aire unos pocos segundos y suéltalo despacio. El hacerlo repetidamente, observando la respiración, te traerá una sensación de calma, paz y mayor claridad en la visión. 

1. Saluda y habla con palabras amables: “Hola”, “Buen día”, “Por favor”, “Te amo”, “Gracias”, aplicadas todos los días en las distintas situaciones, cambiarán tu forma de relacionarte con las personas y dejarás de estar literalmente peleado con el mundo cuando las cosas no marchen bien. 

1. Busca un libro que te inspire: lee biografías, libros de frases o algo que te interese investigar y conocer un poco más. También pueden ser novelas de amor o de temáticas que te lleven a descubrir la aventura de la vida. Al leer, quitarás algo de tiempo a mirar televisión o escuchar noticias aterradoras en otros medios. Sin negar la realidad, desconectarás durante lo que te lleve leer algunas páginas, y recargarás pilas para estar más feliz y completo. 

1. Agradece por todo: este acto tan sencillo de hacer una breve lista mental o en voz alta al ir a dormir te coloca en una posición significativamente distinta al 90% de los seres humanos. Y lo que hace es enlazar tu sueño de esa noche desde una perspectiva más constructiva para ti y los demás. Todas las cosas que tienes, que vives, las experiencias —incluso aquellas que puedas ver como muy duras—, las personas que te rodean, tu casa, tu cama, y todo lo que te falta aún son parte de esta lista. Verás cómo muy pronto empezarás a recibir una respuesta más asertiva acerca de aquellos aspectos en los que deseas evolucionar. 

1. Pregúntale a una persona de muchos años: cuando estés un poco perdido, ayuda a alguien a cruzar la calle. Y si puedes entablar unas palabras, mucho mejor. Pregúntale qué le hace feliz, o cuál es el sentido de la vida para una persona de su edad. Y observa lo que te responde. 

1. Enfoca tu mente: siguiendo con lo anterior, las respuestas aparecen en el momento menos pensado. Por lo cual te sugiero que te abras a la posibilidad de que no todas las respuestas que buscas salgan de tu mente. Puedes formular la pregunta que te inquieta, “soltarla” y esperar observando atentamente por dónde llega una respuesta u orientación. Te vas a sorprender viajando en el ómnibus, en el metro o subterráneo, viendo un anuncio en un cartel, o un diálogo escuchado al pasar con la respuesta precisa. 

1. Escribe tu frase del día: si deseas generar un resultado distinto, haz una pequeña tarjeta que puedas ver en todo momento durante un día determinado; también puedes colocarla como fondo de pantalla en tu computador, o en tu teléfono, o como estado en tus redes sociales. La frase, en positivo y en tiempo presente, te conectará con esa respuesta que buscas. Inconscientemente empezarás a poner en movimiento un sentido de observación consciente que derivará sin dudas en lo que deseas obtener. Ten cuidado con lo que pides, porque es altamente probable que se te cumpla. 

1. Perdona: si hay algo que desde el ego y el orgullo te impide conectarte mejor con alguna persona, y tienes la posibilidad de repararlo, hazlo de inmediato. Si no puedes personalmente, envíale una pequeña carta o lo que consideres que ayudará —de tu lado— a sanar esa relación que quedó cortada por algún motivo. Observa el resultado en los días siguientes. Esto tiene que ver contigo, no tanto con la otra persona, por lo que no te preocupes ni tengas expectativas sobre la reacción del otro. Enfócate en ti y en el estado de bienestar interno que deseas lograr. 

1. Sintonízate con música: hazte una lista de canciones que te mueven y te inspiran. Baila, canta, coloca esa música cada vez que desees alegrar tu día y conquistar un mayor sentido de bienestar. Al mover el cuerpo y cantar, sacas afuera tus endorfinas que son las que provocan un estado de mayor felicidad. 

1. Ayuda a alguien: muchas personas me comentan que no saben qué hacer ni cómo asistir a otros. Por otro lado, algunos piensan que la ayuda debe ser económica o de gran dimensión. Todo es solo una excusa para cercenar tu posibilidad de dar y de recibir. Observa si no estás satisfecho con lo que tienes: es muy probable que estés dando de ti muy poco. Entonces, simplemente una ayuda, una palabra, un gesto, una mirada, un saludo; donar la ropa que ya no usas, o lo que quieras, ya pone en movimiento ese proceso vital que es el dar y recibir. 

1. Dona tiempo: si tienes una profesión, hay muchas organizaciones que asisten a personas vulnerables o de menores recursos que pueden beneficiarse. No será necesario que dispongas de más que un par de horas al mes para contribuir con alguna causa que signifique algo valioso para ti. Te aseguro que saldrás recargado de energía positiva. 

1. Disponte a escuchar: el ruido externo nos impide silenciarnos internamente, por lo que la mente, inquieta por naturaleza, siempre estará moviéndose para que satisfagas todos sus deseos. Si te entregas al dominio de la mente, es probable que te pierdas de la mejor parte de la aventura: el Ser. Es como hacer un viaje a un lugar maravilloso y quedarte todo el día durmiendo. Silénciate, en esa pequeña acción cotidiana, sin ponerle palabras a todo, ni sonidos alrededor, te reencontrarás con lo mejor del mundo: la mejor versión de ti mismo.

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