A 20 años del Manifiesto Ágil
En búsqueda de una respuesta a contextos turbulentos. Metodologías Ágiles
Hace un tiempo las llamadas metodologías ágiles toman mucho protagonismo en la agenda de negocios de las empresas, de la mano con algo que parecía tendencia: la transformación digital. En ese tiempo, las empresas deberían comenzar a prepararse para la transformación, para los cambios de hábitos de consumo de sus clientes, y para una innovación digital y una aceleración nunca antes vista en la historia del management. Recuerdo, que muchos de directivos nos mencionaban hace al menos tres años, “ todavía nos falta para llegar a eso, todavía nos queda mucho por recorrer, vamos a planificarlo con tiempo, detalle y haciendo pruebas pilotos”... Escribir esto en enero del 2021, en un año donde vivimos un 2020, lleno de incertidumbre, caos, y cambios radicales en los escenarios de negocio, nos hace una vez más confirmar que la transformación, ya no es más una tendencia, o algo que va a venir, sino que vive en la agenda de negocios, y toma todo su protagonismo, y es por ello que en escenarios donde la complejidad, (falta de conocimiento acerca de cómo se comportan las variables, volatilidad, y un alto nivel de incertidumbre ) nos hacen recurrir a la cultura agile como una búsqueda adaptativa a este mundo.
Como siempre en la historia de las formas en que organizamos el trabajo, detrás hay una forma de pensarlo, por este motivo antes de hablar de Metodologías Ágiles, debemos hablar de la cultura agile, de su mindset, de su forma de pensar, de ser y el porque cobran tanto sentido en la agenda de negocios actual. Cuando hablamos de ser agile, hablamos de entender y aceptar la incertidumbre, movernos en ella a partir de comprender que necesitamos experimentar para lograr la mejor adaptación posible y sobretodo hacer foco en la entrega de valor temprana y constante para nuestros clientes, y esto nos hace cambiar la forma tradicional de cómo veníamos configurando las organizaciones. Necesitamos movernos rápido, pero sobretodo con un norte claro y entregando valor, logrando el equilibrio entre la estabilidad y flexibilidad para contextos complejos. Se hace necesario crear marcos de trabajo donde podamos co-crear en conjunto con nuestros clientes y usuarios, de manera conjunta, y dejar de lado los viejos paradigmas donde la solución la tenía solo un experto.
En este contexto, donde las metodologías agiles, conjunto de marcos de trabajo, nos posibilitan encontrar el cómo podemos hacer esto posible, cómo podemos aprender trabajar en ciclos cortos, con mucho foco, cuidando nuestra energía, y asegurando la entrega de valor para el cliente y el negocio. Las metodologías ágiles, no son nuevas, tienen más de dos décadas, y los primeros en utilizarlas fueron las áreas de sistemas, hoy sabemos que son utilizadas no solo en los ámbitos empresariales, sino en los gobiernos y en sector educativo, hasta en el ejército en algunos países. Mencionemos algunas metodologías como por ejemplo scrum, design thinking, less, OKRs, y las lista podría continuar. En este punto, es que recomendamos equilibrar el ser y hacer agile, es decir aprender haciendo, y evolucionando la cultura de nuestras organizaciones. Es clave, que aprendamos las metodologías, nos formemos, comprendamos sus fundamentos técnicos, ceremonias y roles, pero sobretodo que podamos incorporar lo que supone a nivel cultural para nuestros equipos. Es decir, sin cambio de cultura, las metodologías por sí solas no generan resultados. Nos vemos obligados a dar cada vez mayor autonomía a los equipos, a buscar diversidad en los equipos y construir como organización un propósito o razón de nuestra existencia en la comunidad en la actuamos buscando ciertos lugares de estabilidad para un ritmo evolutivo y cambiante.
Entonces más que nunca se hace importante trabajar en el compromiso y sobretodo en lograr que nuestra empresa sea un lugar donde nuestra gente quiera conectarse a trabajar, para desplegar su propósito personal en comunidad, es decir, lo mismo que queremos generar en nuestros clientes, debemos hacerlo con los equipos que forman nuestra organización, como si nuestras paredes o límites sean transparentes. Se hace necesarios dejar los egos, las jerarquías brillosas, y pasar a una organización donde las personas son el centro, donde operamos por confianza, donde cada decisión que tomamos se hace con el cliente en el centro, y donde podemos mejorar de manera continua y orgánicamente.
Hoy más que nunca se hace necesario pensar un reskilling, en una actualización continua de nuestras capacidades, incorporar agile como cultura y como metodología para el hacer, se presenta como una oportunidad para seguir apostando a la sobrevivencia basada en la adaptación creativa en contextos turbulentos. Pero también podemos pensar que es una forma de generar espacios de trabajo más saludables, que tengan que ver más con nuestra forma de pensar, sentir y hacer, y que sean habilitadores de despliegue de nuestros deseos. Agile como cultura, busca generar sentido en lo que hacemos, y estar conectados y fluyendo con lo que hacemos, pensamos y sentimos en nuestros espacios laborales, ser protagonistas empezando por nuestro metro cuadrado.
Para iniciar en este viaje, te recomendamos muchos contenidos que hoy son abiertos, por ejemplo muchas webinars en youtube, podcast en Spotify y libros, que nos sirven para poder construir nuestro propio camino, y formarnos de manera continua para lograr generar valor con sentido. Siempre recomendamos empezar por el mindset agile, entender el manifiesto ágil, sus valores, principios como una forma de acercarse desde la mirada y luego apropiarse de las metodologías para los ámbitos de exploración en nuestras empresas, siempre pensamos en grande, empezamos en pequeño buscando equivocarnos rápidamente para capitalizar y evolucionar.
Consultora de Cultura y Aprendizaje | Culture Hacker | Agile People Coach | Speaker | Founder en The Breaking Lab
3 añosExcelente Matias Ponce!! Para mí la evolución y la transformación es inevitable. Gracias por compartir!