2020: Decir / Digo / “Decía en la radio”.
Decía en la radio que los balances son una figurita repetida estas semanas y que no quería caer en esa idea para aquel último programa del año. Todos nos sentimos en la necesidad de hacer esa catarsis de lo que suponen esos 365 días de experiencias de todo tipo.
Y es que escribir es terapéutico, DECIR es terapéutico.
Se me ocurren muchísimas cosas para decir de este año que nos tocó vivir y, puntualmente de cómo lo viví y las cosas que me pasaron.
Podría hablar también de otras cosas y situaciones que me tocó vivir en el plano laboral, académico o personal. Y aburriría a quien lea esto quizás cayendo en esa fórmula de balance más generalista por un lado. Y por otro, me urge quedarme con esta espontaneidad que me surge a medida que salen estas palabras, y detenerme en la mágica y necesaria combinación que se da entre la frase “decía en la radio” y otra palabra muy significativa: compañía.
En un año en el que el tiempo se detuvo y detuvo a muchos en distintos planos, soy un convencido de que quienes no se quedaron quietos y siguieron moviéndose, reinventándose, emprendiendo, creando y haciendo son quienes más se llenaron de aprendizajes, oportunidades, crecimiento sostenido y proyección, sembrando y cosechando posibilidades de sentirse beneficiados ahora o en el corto/largo plazo.
Posibilidades: quizás una de las palabras que más me resonó promediando el año encerrado en casa durante esos meses de “cuareterna”. Nos tocó extrañar las posibilidades que ya no teníamos: decidir aceptar cualquier plan: ir a un bar, a ver un partido de futbol, a bailar, ir al centro de la ciudad… o lo más importante: visitar a un ser querido. Todo esto llevó a adaptarnos a nuevas posibilidades y a la vez, a crear otras nuevas. La tan denominada “nueva normalidad”.
Y justamente la posibilidad de hacer compañía es lo que más me queda de este año que pasó.
Un año donde todos tuvimos que aprender a convivir más que nunca con nosotros mismos, a sabernos hacer compañía a nosotros mismos y sobrellevar la distancia social: aprender a hacernos compañía a la distancia, en la ausencia física.
Fue así que, perdido en todo ese lio y un poco agotado mentalmente de esta situación de aislamientos y nuevas normalidades, a quien escribe estas líneas le surgió la necesidad de conectar con algo distinto, con algo que lo mantenga a flote y bien, estable en el momento más inestable de la vida humana en todo el mundo.
“Decía en la radio” es algo que nunca me imaginé que me iba a ver haciendo este año, y que pasó. Decidí llevar a cabo mi propio proyecto radial. Me animé y me embarqué. De a poquito, manteniendo una base de humildad, pero con el mayor profesionalismo posible de uno que, poniendo en juego conocimientos y otras experiencias, sabe que todavía está aprendiendo y aprende todos los días, superándose.
Aprendí a armar un equipo de trabajo estratégicamente donde, entre nosotros mismos, nos acompañamos como profesionales y sobre todo, como personas. Y donde todos entendimos que el proyecto, está por encima de todo y todos. Donde amamos lo que hacemos, nos apoyamos y nos hacemos sentir bien entre nosotros cada vez que lo hacemos. Con la buena comunicación como base de todo (y así sin que lo quiera, la palabra “Decir”, aparece una vez más en este texto).
Junto con ellos, disfruté y disfruto todas las semanas la posibilidad de decir en la radio.
Hacer radio se convirtió no solo en mi cable a tierra de todos los demás aspectos y la realidad general misma. Se convirtió en mi mejor forma de hacerme compañía y hacerle compañía a alguien, sea quien sea, en uno de los peores momentos del mundo.
Digo en la radio. Eso es y será para siempre, lo más importante de mi año y de mi vida.
Que hacer lo que te hace bien, sea tu mejor compañía.