2020 ratificó nuestro propósito

Al empezar un nuevo año es momento para hacer reflexiones y recuentos, pues, aunque suene a cliché, el 2020 nos dejó importantes aprendizajes a todos. Hoy quiero compartirles 3 de estos aprendizajes que identificamos en Tigo: el poder de la convicción, la grandeza de la unión y el valor del agradecimiento, los cuales estuvieron presentes en cada desafío y, muy especialmente, para enfrentar el impacto del huracán Iota en San Andrés y Providencia. 

Iniciamos 2020 enfrentando una situación de incertidumbre sin precedentes, una pandemia mundial que aceleró la transformación digital de todos los sectores e industrias. Desde el principio los servicios para la conectividad se volvieron esenciales. Pasamos por un periodo retador en todos los frentes: un tráfico en las redes que se multiplicaba, así como el hurto de nuestra infraestructura. Unos protocolos de bioseguridad para aplicar en tiempo récord y proteger a nuestra gente, y por supuesto, a nuestros clientes. Mantener una operación sostenible, con la convicción de que podíamos lograrlo, y esa es la mayor lección: ¡Siempre pudimos! Y lo comprobamos nuevamente al cerrar el año con la llegada inesperada del Huracán Iota.

Desde el 12 de noviembre se presentaron las primeras afectaciones por la tormenta tropical en Cartagena, Barranquilla y Galapa, donde tuvimos unos 150 sitios de la red móvil sin servicio, que se pusieron en funcionamiento en los 3 días posteriores. El 15 de noviembre, ya como Huracán categoría 5, las islas de San Andrés y Providencia sufrieron los graves impactos que todos vimos en las noticias. Nuestro balance: 13 sitios completamente destruidos sin posibilidad de restablecimiento del servicio tras la pérdida del fluido eléctrico comercial. Nuestra meta: conectar el archipiélago en el menor tiempo posible.

Bajo esta premisa y nuestro incansable espíritu retador, fuimos el primer operador en activar en la zona una antena de 700 MHz, con cobertura en 3G y 4G.  Enviamos plantas de energía y personal de apoyo, y en paralelo, hicimos contactos para lograr transmisión satelital con el fin de obtener una conexión temporal y en tiempo récord pudimos restablecer la conexión. Y no nos quedamos ahí, duplicamos temporalmente la capacidad contratada con el cable submarino que conecta a la isla con el continente, para mejorar la calidad de los servicios móviles en la emergencia. A punta de esfuerzo y tesón, cerramos el 2020 siendo el único operador que desplegó en su totalidad la red de 700 MHz en las islas.  

Simultáneamente, otorgamos a nuestros clientes pospago datos adicionales en sus planes y paquetes con datos y minutos todo destino a nuestros usuarios prepago. Además, coherentes con nuestro sentido de responsabilidad social, entregamos 5.000 simcards con datos, minutos y SMS a los habitantes de las islas, para que estuvieran conectados con sus familias y seres queridos. Todo sin costo alguno.

¿Por qué les cuento esto? Porque todo este trabajo, para un cierre de año único, no hubiera sido posible solo con los esfuerzos de Tigo, y ese es nuestro segundo aprendizaje: siempre podemos hacer más si nos unimos. Nos articulamos con el MinTIC para cumplir los planes de reactivación total de los servicios en la isla y garantizar altos estándares de calidad. Y, en terreno, nos dimos la mano con nuestros competidores para sacar adelante las labores de recuperación del servicio. Y es que, todas las empresas tuvimos nuestros propios héroes ante esta y todas las situaciones que vivimos en el año.

Sin duda, un periodo que vio nacer nuevas alianzas, nuevas oportunidades de negocio, nuevas formas de hacer las cosas. Sí, la palabra de moda, literalmente nos reinventamos.

Termino aquí con el tercer aprendizaje, sobre el agradecimiento. Porque una compañía no es un logo, ni un edificio, ni siquiera los servicios o productos que ofrece, una compañía es su gente. Por eso no tengo más que manifestar mi orgullo y mi sincero agradecimiento a los miles de colaboradores de Tigo Colombia, a nuestros aliados y proveedores. Gracias por cada cosa que pensamos que no lograríamos ese año y que hoy podemos decir ¡sí se pudo! Ese es el mayor triunfo. Porque, como muchos, cada uno vivió sus propios retos personales y profesionales, sus pérdidas y ganancias en 2020, pero ninguna circunstancia hizo que se quitaran la camiseta por nuestros clientes.

Sin nuestros equipos, los líderes no hubiéramos logrado nada ni para San Andrés y Providencia, ni para el resto del país. En Tigo trabajamos todos por un propósito conectar cada vez a más colombianos, y el año pasado sí que lo demostramos de principio a fin.