2030: Agua para todos en la Cuenca del Plata
Por Juan Notaro
Más de 273 millones de personas, que hoy tienen un acceso al agua potable, que varía entre el 60 y el 90% de la población, están bien posicionadas para alcanzar las Metas de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, que establecen que para 2030 debe haber acceso universal y equitativo al agua y el saneamiento para todos.
(Publicado originalmente en la columna mensual del autor en El Huffington Post)
En efecto, recientemente, concluyó en Brasil el 8° Foro Mundial del Agua, que coincidió, además, con el Día Mundial que la ONU dedica al líquido, este año enfocado en la gestión sostenible de los recursos hídricos: es decir que la gestión eficiente permita que haya agua para los habitantes actuales y futuros del planeta.
La alerta es clara. "Si hasta el 2050 no hacemos nada, cerca de cinco mil millones de personas vivirán en áreas con poco acceso al agua", afirmó Audrey Azoulay, directora general de la UNESCO, en la apertura del evento, realizado en Brasilia, la capital de Brasil.
El calentamiento global es una de las causas de la sequía en diversas partes del planeta. La escasez de agua alcanza más del 40% de la población mundial. Es urgente encontrar formas de usar el agua de manera más racional para todos.
En el evento se aprobó una Declaración de principios por parte de jueces de todo el mundo que llevan temas de agua en sus respectivos países. El primero de esos principios establece que el agua debe ser considerada un bien de interés público y es deber de los Estados administrarla y protegerla para el bien de las generaciones actuales y futuras.
Afortunadamente, vivimos en la región más rica en agua de todo el mundo. En América Latina se concentran el 33% de todos los recursos hídricos de la humanidad. Lamentablemente, sin embargo, también somos uno de los continentes que peor la administra, con zonas que padecen de sequía o regiones en las que no hay suficiente infraestructura de agua y saneamiento.
Según CAF – Banco de Desarrollo de América Latina, “para cubrir la demanda de infraestructura hídrica en América Latina es necesario invertir el 0,3% del PIB hasta 2030, unos niveles de inversión que no se han cumplido hasta la fecha. Pero teniendo en cuenta que el costo de la mala calidad del agua representa entre el 1 y 2% del PIB, este esfuerzo tiene una relación coste-beneficio muy favorable”.
En otras palabras, el costo económico (además de las consecuencias sociales y para la salud humana) de tener agua de mala calidad o no tener acceso al líquido, rebasa con creces la inversión requerida en infraestructura de agua y saneamiento para cubrir las necesidades de la población latinoamericana.
En FONPLATA estamos apoyando a los países miembros a hacerle frente a los problemas que genera la falta del líquido o la ausencia de una infraestructura adecuada para que llegue a todos sus ciudadanos.
En el Programa de Desarrollo Social en Áreas de Frontera del Noroeste y del Nordeste Argentino, también conocido como PROSOFA, FONPLATA financió el 90% (poco más de US$28 millones) para el proyecto de agua potable con la ampliación de la cobertura y la mejora de la calidad de los servicios de agua en las comunidades rurales en las provincias de Misiones, Catamarca y Santiago del Estero.
En Potosí, departamento del sureste de Bolivia, el programa "Cosechando agua, sembrando luz" es modelo integral de servicios de agua y de energía eléctrica a través de paneles de energía solar. Se financiaron US$10 millones para llevar este proyecto a unas cinco mil familias rurales y en situación de extrema pobreza.
La contaminación en los márgenes de los ríos también significa riesgo de contaminación. En Brasil existen tres programas del FONPLATA para la preservación de afluentes. Uno de ellos es dirigido a la cuenca del arroyo Diluvio, en Rio Grande do Sul, cuyo aporte fue de US$1,1 millón. Medidas similares se aplican en el Imbirussu y el Sóter, arroyos ubicados en el estado de Mato Grosso do Sul.
El impacto causado por las enfermedades tiene efectos directos en la economía familiar. Erradicar problemas de salud causados por el agua no tratada es uno de los focos del programa de cooperación en las obras en algunos departamentos de frontera en Paraguay.
El programa "Brasilia, capital das aguas", con un financiamiento de más de US$40 millones, busca mejorar la disponibilidad de agua en los principales reservorios de la capital brasileña, aquejada por problemas periódicos de sequía, así como mejorar las condiciones ambientales del Lago Paranoá, además de crear zonas para el esparcimiento y el deporte en los alrededores de ese cuerpo de agua.
Por otro lado, en la Cuenca Hidrográfica del Río Santa Lucía, en Uruguay, se trabaja en mejorar la calidad ambiental con la reducción de la concentración de materia orgánica. En este programa FONPLATA financia US$30,5 millones.
Son obras con las que, junto a los países miembros, estamos haciendo realidad el sueño de agua potable para todos y un futuro de buena salud, desarrollo y mejores oportunidades para decenas de miles de personas en la Cuenca del Plata.
(*) Juan Notaro es el presidente Ejecutivo de FONPLATA.