23S04: La regla de Gabino y los protocolos antiviolación en los planes de seguridad.

Hola, muchas gracias por abrir la cuadragésimo octava edición de El Morrión, que corresponde a una semana llena de sobresaltos que se nos ha acabado por hacer larga.

La noticia más alarmante de la semana ha sido un extraño incidente en un hotel de Barcelona. Una persona de origen marroquí con un aparente transtorno mental ha activado el protocolo TEDAX de los Mossos. Estos incidentes merecen mucha atención ya que se puede tratar de un tanteo, de una estratagema para averiguar cual es la respuesta y usar la información para diseñar un atentado.

La conducta de los terroristas que colocan bombas es la misma que la de los tramperos, se trata de engañar, de colocar trampas para lograr el mayor número de víctimas. Un ejemplo típico, ya superado gracias al método de respuesta de los TEDAX, es el que prevé una primera explosión contra el objetivo y una segunda contra los servicios de emergencia que acuden a auxiliar a las víctimas.

Las técnicas han evolucionado y en un pasado no tan lejano se han producido incidentes muy graves que aprovecharon el conocimiento de la actuación policial y de los procedimientos de emergencia para multiplicar por 10 y hasta por 100 el número de víctimas. Dichos atentados se produjeron en países lejanos y me van a permitir que no los cite por aquello de no dar ideas, que una cosa es divulgar y fomentar la cultura de la seguridad y otra muy distinta dar facilidades a los malos.

El hecho es que los protocolos policiales, especialmente los de los TEDAX, deben ser absolutamente secretos y los procedimientos de emergencia de los planes de seguridad deben contemplar procedimientos especiales cuando la alarma tiene origen en una explosión o en una amenaza de bomba para prever "las trampas". Dichos protocolos deben ser también confidenciales y ser activados por sorpresa.

El incidente del hotel en Barcelona ha activado una alarma en nuestro sistema procedente de uno de los análisis de riesgo del mismo que se basa en la probabilidad de que hechos aparentemente inconexos estén relacionados.

Lo llamamos la regla de Gabino, en recuerdo del oficial de la Policía Nacional que formaba parte del equipo de protección de la Embajada de España en Afganistán cuando se produjo el atentado de Kabul de 2015. Contamos su historia aprovechando una publicación de María del Pilar Rangel Rojas que conmemoraba el aniversario del fallecimiento de dos policías nacionales españoles en dicho atentado ––María Pilar, además de guardar la memoria, es una experta en derecho y relaciones internacionales que realiza un interesantísima labor de divulgación en LinkedIn, no se la pierdan.

Días antes del atentado de Kabul, el Oficial de la Policía Nacional Isidro Gabino Sanmartín Hernández, advirtió del extraño comportamiento de los albañiles que estaban realizando una reparación en la embajada, lo que junto a un tanteo realizado al coche del embajador, debería haber puesto en alerta al equipo, además hubo una alerta de inteligencia que al parecer no se leyó. La regla de Gabino establece que la unión de dos puntos son suficientes para desencadenar un protocolo de respuesta.

Volviendo al incidente, un tanteo a los TEDAX es un hecho muy significativo a escasos 7 días de la Reunión de Alto Nivel entre España y Marruecos. Sin embargo, hay más puntos que unir. Esta misma semana se han producido dos atentados terroristas extraños, aparentemente se podrían catalogar de etiología yihadista, pero ambos han sido perpetrados por enfermos mentales diagnosticados, al igual que el individuo que aseguraba en el hotel de Barcelona que tenía una mochila con explosivos.

Tres enfermos mentales, el primero en un tren en Alemania bajo los efectos de una mezcla de cocaína y de alcohol y antecendentes psiquiátricos no bien diagnosticados ya que era un sin techo, el segundo en dos iglesias en Algeciras, diagnosticado de esquizofrenia y finalmente el de Barcelona que padecía un transtorno bipolar.

En algunos círculos se habla de un cambio de estrategia del DAESH que ante las dificultades para reclutar jóvenes están explotando el filón de los enfermos mentales. Lo cual sería un buena noticia, porque de ser cierto marcaría el final de la Yihad, si se asimila la idea del martirio con la enfermedad mental se acabó el apoyo, ningún adolescente va a soñar en su cama con ser de mayor un enfermo mental.

En este caso habría que aplicar el principio de la navaja de Ockham, un fraile franciscano que en el siglo XIV enunció el principio metodológico que también se denomina principio de parsimonia que dice:

«En igualdad de condiciones, la explicación más simple suele ser la más probable»

No hay duda de que la explicación más simple es que el DAESH sufre derrota tras derrota y pocos quieren sumarse al bando perdedor, motivo por el que están echando mano de los enfermos mentales para atentar. Y entre nosotros, sea cierto, o no, se trata de un relato muy eficaz para desmontar una lacra que ha causado mucho sufrimiento en el mundo.

Mientras el movimiento yihadista se descompone hay que seguir alerta, como bien dice Miguel Lorenzo Gawenda en su publicación de esta semana:

«Mientras vivimos en una supuesta tranquilidad y una sensación de seguridad (subjetiva) otros se juegan la vida para mantener nuestra seguridad (objetiva)»

Lo dice a raíz de la detención por la policía española, que se produjo el mismo día del atentado en Algeciras, de un terrorista que planeaba atentar en Benidorm ametrallando bañistas. Otra muestra de la tremenda eficacia de los servicios de lucha contra el terrorismo, que por silenciosa no siempre es reconocida ni debidamente agradecida como bien dice Miguel.

Otra trampa es considerar que los atentados perpetrados por enfermos mentales son menos eficaces:

• El asesino del tren de Alemania fue neutralizado por los propios viajeros.
• El asesino de Algeciras centró su atención sobre los sacerdotes descartando al resto de personas presentes.
• El de Barcelona no consideró oportuno meter una bomba en la mochila.

Pero siguen siendo letales, en total 3 fallecidos: una niña de 16 años, un joven de 30 años y un hombre de 65 años y más de una docena de heridos algunos de ellos de gravedad.

Es por tanto necesario incorporar la categoría de personas con trastornos mentales en el grupo de riesgo de atentado terrorista, esto es especialmente importante en los protocolos de detección temprana de actividades de preparación de un atentado en los planes de autoprotección y seguridad de los lugares que ellos frecuentan: dispensarios, ONG, etc.

Según parece los signos de radicalización son los mismos que en personas sanas y se perciben mejor si se presta atención a los cambios: mejora la vestimenta y el cuidado personal, se habla más de la religión y puede que se profieran amenazas relacionadas con la religión. En los días u horas previas al atentado se produce un fuerte estado de agitación y nerviosismo.

Además, todos los ciudadanos tienen un papel en la prevención ––denuncia de comportamientos extraños o evidencias de radicalización– y en la respuesta a un atentado terrorista, sigue siendo necesario recordar que hay que llamar a la policía, en los vídeos del atentado de Algeciras se ven muchos testigos que no llaman.

Una herramienta muy eficaz para ello es la App para el teléfono: AlertCops, que le permite ponerse en contacto directamente con la Policía Nacional o la Guardia Civil, enviando fotos, videos y audios geolocalizados o simplemente llamando.

La aplicación también es de mucha utilidad en caso de agresión sexual, lo que nos lleva al otro tema de actualidad de esta semana, que como decimos en el encabezado han ocurrido tantas cosas que se nos ha hecho larga.

Empezábamos la semana con la noticia de una presunta agresión sexual en una discoteca de Barcelona. Los medios indicaban que la actuación de la discoteca había sido impecable al activar el "protocolo contra las violencias sexuales" en cuanto tuvieron conocimiento de los hechos.

El problema es que la propaganda de ideología radical es tan intensa que estamos perdiendo el buen hacer y es muy difícil sustraerse al delirio que se ha instalado en España, incluso un servidor, que se considera centrado, ha sentido una sensación extraña al escribir "presunta violación".

Hemos desarrollado un sofisticado mecanismo para establecer la verdad y hasta que un juez no lo dice, la violación es presunta, y lo que opine cada uno sobre lo ocurrido carece completamente de interés. El "yo te creo" y el "yo no te creo" son tan absurdos como darle un tríptico a una persona que acaba de sufrir un acto violento y se encuentra en un natural estado de agitación y angustia o colocar carteles en el baño de mujeres con una palabra clave para informar de una situación de acoso ––cuando lleguemos al análisis comprobarán hasta que punto es ridículo poner un cartel en al baño.

Ya no se trata de ideología, es deseable un mínimo de educación y caridad humana con ambas partes que en absoluto contradice el principio de justicia y de reparación del daño.

La respuesta a una persona que presuntamente ha sido agredida en una instalación con plan de autoprotección es siempre la misma:

• Proteger a la víctima, lo que incluye evitar que las personas presentes le hagan fotos, vídeos o interfieran.
• Llamar a la policía y pedir una ambulancia.
• Proteger el escenario por si se ha producido un delito.
• Y en caso de que se pueda identificar al presunto agresor protegerlo del mismo modo que a la presunta víctima y si es necesario y se puede hacer con seguridad retenerlo, hasta la llegada de la policía.

Para hacer todo ello, es necesario saber qué ha ocurrido, dónde ha ocurrido y quién ha sido. Dado que en cuanto llegue la policía ellos se harán cargo, los recursos a aplicar en esta tarea dependen del tiempo medio de llegada de la policía que es una de las primeras cosas a calcular en un plan de seguridad. En la mayoría de los casos, en instalaciones urbanas, el tiempo de llegada es inferior a 5 minutos, con lo que no serán necesarios grandes recursos.

En otros casos, o simplemente buscando la excelencia, es útil que los VSP reciban formación de primeros auxilios psicológicos y aprendan técnicas para tratar con personas que han sufrido un fuerte trauma psicológico.

Pero esa parte no es la importante.

Es necesario tener muy claro que el objetivo del plan de seguridad es que no se produzca la agresión sexual y que si ocurre, es un absoluto fracaso de la seguridad.

Para evaluar el riesgo se necesitan datos. El Hospital Clinic de Barcelona es el centro de referencia para tratar las agresiones sexuales en Barcelona y su zona de influencia. Lo que significa que todas las agresiones en la zona se tratan en él, disponen de un magnífico equipo y mucha experiencia lo que les convierte en una fuente de información muy fiable. Hay que tener en cuenta que en lo que se refiere a agresiones sexuales los datos contienen un fuerte sesgo, ya que muchas no se denuncian, y es lógico pensar que algún tipo de violación será más fácil de ocultar que otras, por tanto, hablar de porcentajes de ocurrencia en lugares es solo orientativo.

Según el Clinic de Barcelona el 17% de las agresiones sexuales que trataron entre enero y octubre del año 2022 se produjeron en locales de ocio nocturno: salas de fiestas, discotecas, restaurantes, etc. De ellas la práctica totalidad se produjeron en los lavabos (lo que oye, el mismo lugar donde se coloca el dichoso cartel), con alguna rara excepción como almacenes si el agresor formaba parte del personal del local o camerinos si el agresor era un artista.

El dato de interés es que en Barcelona, en los diez primeros meses de 2022 se denunciaron 95 violaciones en locales de ocio, la casi totalidad de las cuales se produjeron en los lavabos.

Y ahora vienen las preguntas complicadas. En todo local de ocio hay carteles que indican que está prohibido realizar algunas actividades o que establecen reglas de acceso. Por ejemplo, en cumplimiento del ordenamiento jurídico, todos los locales indican en carteles que está prohibido el consumo de alcohol por menores de 18 años. También que se prohíbe el consumo de tabaco en los espacios cerrados, incluso existen reglas que indican que no se permite el acceso con zapatillas de deporte.

Pero a la hora de diseñar el plan de seguridad es necesario determinar qué drogas se pueden consumir en el local y si se pueden practicar relaciones sexuales en su interior. La respuesta debería ser, de acuerdo a nuestro ordenamiento jurídico, que solo se puede consumir etanol y que no se pueden practicar relaciones sexuales en el interior del local. Una respuesta diferente cambiaría la actividad del local y se entraría en una situación compleja que no se va a tratar ahora para no perder el hilo.

Por tanto, con dicha regla, el control del riesgo de agresión sexual es sencillo, se parte de una sala sin puntos ciegos a las cámaras de seguridad cuyo visionado debe estar centralizado en una sala de seguridad y ser operado durante todo el horario de apertura por vigilantes de seguridad privada, VSP, en adelante. Las zonas no cubiertas por el sistema de cámaras deben estar protegidas por la presencia física de VSP.

Los aseos de los locales de ocio deben estar protegidos por vigilantes de seguridad privada. Si no lo están, debe plantearse abandonar el local y no volver.

La explicación es sencilla, en los aseos no se pueden instalar cámaras y por tanto requieren de la presencia física de personal de seguridad del mismo modo que se protege la entrada al local y al igual que esta, los aseos requieren de un estudio pormenorizado de seguridad. Existen muchos recursos: botones de alarma, apertura centralizada de puertas, diseño del espacio...

Y hablando de la entrada hay muchas más cosas que mejorar, la primera es que las normas deben indicar la prohibición de la práctica sexual, del consumo de drogas diferentes al etanol y que solo se autoriza un consumo moderado del mismo. La ebriedad tampoco se debe permitir lo que requiere control desde la entrada y a la salida. Esta medida también permite dar un trato especial a las personas que aparentan sufrir una intoxicación, que en determinados casos incluye repasar su actividad en el local para identificar agresiones químicas.

Las reglas de acceso y el código de conducta en las salas de ocio son un compromiso que obliga a clientes y propiedad para disfrutar del ocio en condiciones de seguridad y confort.

Para terminar y sin salir del tema de la seguridad en el disfrute del ocio le proponemos una lectura sobre los riesgos del consumo de bebidas alcohólicas en países lejanos.

Y hasta aquí ha llegado la cuadragésima octava edición de El Morrión, que ha salido larga como la semana, pase un buen domingo y mejor semana.