3 excusas baratas para no hacer ejercicio por tener mucho trabajo

El ritmo acelerado de vida y las múltiples responsabilidades laborales a menudo nos llevan a descuidar nuestra salud y bienestar físico. Una de las áreas más afectadas por esta falta de atención es la práctica regular de ejercicio físico. Muchas personas argumentan que no tienen suficiente tiempo o energía debido a su carga de trabajo. Sin embargo, es fundamental mejorar nuestra relación con nuestra energía y comprender cómo el ejercicio puede beneficiarnos tanto física como mentalmente. En este artículo, exploraremos tres excusas comunes para no hacer ejercicio debido al exceso de trabajo y analizaremos su validez desde una perspectiva neurocientífica.

Excusa: Tengo tanto trabajo que o duermo o hago ejercicio

Realidad: Siempre tienes más energía de la que crees tener        

Uno de los argumentos más utilizados para justificar la falta de ejercicio es la creencia de que no se tiene suficiente energía debido al agotamiento laboral. Sin embargo, la neurociencia nos enseña que nuestro cuerpo y mente tienen una capacidad sorprendente para generar energía, incluso en momentos de estrés o fatiga. La práctica regular de ejercicio físico tiene el efecto de aumentar nuestros niveles de energía, estimulando la producción de neurotransmisores y mejorando la circulación sanguínea. Al hacer ejercicio, liberamos endorfinas, hormonas responsables de generar sensaciones de bienestar y vitalidad. Al comprender que siempre tenemos más energía de la que creemos tener, podemos superar esta excusa y encontrar tiempo para hacer ejercicio, incluso en los días más ocupados.

Excusa: Lo que necesito ante todo es descansar, no importa la calidad

Realidad : Descansar requiere de sueño profundo, el ejercicio lo garantiza        

Otra excusa frecuente es que el trabajo agotador nos deja sin tiempo para descansar adecuadamente, lo que nos hace sentir demasiado cansados para hacer ejercicio. Sin embargo, la calidad del descanso es tan importante como la cantidad. La falta de sueño profundo y reparador puede llevar a un círculo vicioso de fatiga y falta de energía. Aquí es donde el ejercicio físico desempeña un papel crucial. La actividad física regular mejora la calidad del sueño, promoviendo períodos más profundos y reparadores. Además, el ejercicio ayuda a regular nuestros ritmos circadianos, mejorando la sincronización entre nuestro reloj interno y el ciclo natural del sueño. Al hacer ejercicio, no solo garantizamos un descanso más profundo, sino que también aumentamos nuestra capacidad para enfrentar las demandas diarias, incluso aquellas relacionadas con el trabajo.

Excusa: Solo necesito placer de repente para estar bien

Realidad: Más serotonina y menos dopamina        

La falta de motivación para hacer ejercicio debido a la carga de trabajo puede estar relacionada con los niveles de neurotransmisores en nuestro cerebro. Cuando estamos ocupados y estresados, a menudo buscamos actividades que nos proporcionen gratificación instantánea, como comer alimentos poco saludables o pasar tiempo frente a una pantalla. Estas actividades estimulan la liberación de dopamina, el neurotransmisor asociado con el placer y la recompensa, el cual, a largo plazo desgasta tus receptores neuronales y te " quema" el cerebro. Por otro lado, el ejercicio físico activa la liberación de serotonina, neurotransmisor relacionado con el estado de ánimo, la felicidad y la regulación emocional. Al hacer ejercicio regularmente, equilibramos nuestros niveles de neurotransmisores para poder obtener felicidad y no solo placer, que al final no nos lleva a descansar y recuperarnos.

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