3 ideas clave y 7 habilidades concretas que te harán ser más "digital"... ¿Las tienes?

La palabra "digitalización" está en boca de todos. Hay mucho ruido, mucho titular, mucho consenso general sobre la importancia que tiene y va a tener la digitalización. Pero luego, mucha gente se pregunta (nos preguntamos), casi siempre en silencio: "Todo eso, ¿cómo se hace? En concreto, ¿qué tengo que hacer diferente?".

Es una buena pregunta. ¿Cómo digitalizarse? ¿Hay alguna escuela con un programa formal que pueda hacer y que me ponga el sello de "tipo digital, antiguo analógico reciclado"? Pues no, no la hay. Esto no va de sellos o títulos.

La digitalización no es una bendición divina que nos lloverá del cielo como el maná, ni un nuevo protocolo que nos introducirán en el cerebro y que nos convertirá automáticamente en mejores y más digitales ciudadanos por la gracia de Dios, de Google, de Apple o del Ministerio de Empleo y Competitividad (por este último, me temo que aún menos).

La digitalización no ocurrirá de arriba a abajo... ¡sino de abajo a arriba! Persona a persona. Departamento a departamento. Empresa a empresa. Por tanto, para que esa progresiva digitalización ocurra, hay que dar a la gente pautas concretas sobre qué cambiar, y en detalle. Y de ahí este post.

La digitalización no ocurrirá de arriba a abajo... ¡sino de abajo a arriba! Persona a persona.

Pero antes de meternos en lo concreto, tres ideas fundamentales:

• La digitalización es un proceso relacionado claramente con la tecnología, sí, pero la tecnología es solo un factor, y no necesariamente el más importante. La digitalización es un cambio de paradigma en el que confluyen un movimiento social con valores propios y nuevos, y una tecnología habilitante que permite su cristalización. Aunque no te vuelva loco la tecnología, puedes digitalizarte. No tengas miedo.
• La digitalización es transversal: no pertenece sólo a los jóvenes, o a los tecnólogos, o a los directivos, o los ciudadanos del suroeste asiático, o a los ricos, o a los listos. Es una ola que nos va a ir envolviendo a todos, inexorablemente, sea cual sea nuestra posición en los múltiples cortes en que se puede dividir la sociedad. Todos tenemos el derecho -y la obligación- de digitalizarnos.
• La digitalización no es excluyente: lo digital no necesariamente arrasa con todo lo anterior. Vamos a una nueva economía, en la que se conservarán (adaptándose) gran parte de las bases, actores y elementos de la economía "clásica". Por tanto, el hecho de que recuerdes "Un globo, dos globos, tres globos" no te condena a un trabajo analógico y con muy mal salario. La transición digital es posible para la inmensa mayoría de la población.

Todos tenemos el derecho -y la obligación- de digitalizarnos.

Vamos, ahora ya sí, con esas competencias: de qué van, y para qué sirven.

¿Cómo son las personas "de comportamiento digital"? ¿Qué valor aportan?

1 - Conocen, usan y comprenden los elementos principales que les ofrece el entorno digital:

Se trata de saber usar herramientas digitales, entender su potencial y su impacto, las posibilidades que tienen por el hecho de que sean multiformato (texto, audio, vídeo), para poder así relacionarse mejor con los demás. Usan las herramientas no sólo para comunicar sino también para pensar, y lo hacen tanto en el plano personal como en el profesional.

Generalmente, quien tiene esta competencia es juguetón, le gusta probar, arriesgar, equivocarse, auto-aprender. Y además, a medida que desarrollan la competencia, cada vez tienen más criterio para saber si lo que tienes delante es confiable o no, si tiene "sentido digital", si es bueno o no, no sólo técnicamente, sino sobre todo en el valor que tiene para las personas y para la sociedad.

Quien desarrolla esta competencia suele ser productivo, intelectualmente inquieto, innovador, flexible, y responde bien y con naturalidad a los cambios rápidos.

2 - Localizan, procesan y estructuran información dispersa

Hay tanta información que abruma, pudiendo llegar a ser bloqueante. Por tanto, una competencia esencial es la capacidad de encontrar rápido lo que se quiere, y de construir conocimiento bien organizado a partir de fuentes variadas e inconexas, distinguiendo la relevante de lo accesorio, y aportando valor personal al resultado.

Los que tienen esta competencia surfean internet como si tal cosa, movilizan a su entorno con conocimiento relevante de forma muy eficiente, y aportan valor de forma aparentemente sencilla. Tienen la habilidad de construir conclusiones razonables a partir de retazos de información de orígenes y niveles de confiabilidad muy variados.

3 - Colaboran y participan

Cada vez más, el valor se crea en las interacciones más que el trabajo individual. Por eso, una competencia fundamental consiste en ser capaz de trabajar en remoto con otros, de compartir información y criterios, de tener una actitud proactiva en la generación de contenido relevante (y no sólo de consumir pasivamente lo recibido), y de hacerlo presencialmente y online.

Las personas más digitales destacan por ser muy colaborativas, generosas en su forma de interactuar con otros, abandonando el clásico celo por la propiedad de la información, más habitual en la vieja economía. Ahora, la información ya no es poder: el poder está en quien aporta valor en las relaciones.

Así, esta clase de individuos son valorados por su transparencia, por su aportación al equipo (en sentido amplio, no sólo sus colaboradores director), por su vocación de aportar aunque no obtengan un beneficio tangible a corto plazo, y por ser facilitadores de las relaciones digitales entre los participantes de equipos distribuidos.

Las personas más digitales destacan por ser muy colaborativas, generosas en su forma de interactuar con otros

4 - Aprenden de muchos temas y de muchas fuentes, y hacen que su entorno aprenda

Un humano "de corte digital" está siempre aprendiendo, casi siempre de manera informal. Suelen ser eclécticos: les interesan muchos temas, algunos aparentemente no relacionados con su actividad profesional principal.

Un tipo "súper-digital"se sabe buscar la vida, encontrando fuentes y personas clave de las que beber conocimiento, usando inteligentemente las redes sociales, con cierto descaro para interactuar con sus fuentes de igual a igual. En este sentido, no les atemoriza establecer un diálogo con quienes están en niveles más altos de la (supuesta) jerarquía, formal o informal.

También les gusta enseñar, compartiendo su conocimiento con otros iguales de los que vuelve a aprender, en un círculo virtuoso. Las personas que tienen esta capacidad contribuyen al desarrollo del equipo, evangelizando sobre nuevos conceptos, apps, ideas, entornos... Diseminan conocimiento a quien se deje, pero con más interés y frecuencia en aquellos que también le aportan.

Gente así es percibida como eficiente, muy al día, que aporta al grupo, y que promueve la innovación en las formas de trabajo.

5 - Comprenden con perspectiva el impacto de "lo digital"

Si el hábito no hace al monje, el dominio de ciertas tecnologías no convierte a una persona en digital. Una competencia esencial es ser capaz de leer con perspectiva el impacto que los cambios derivados de los constantes avances tecnológicos pueden tener en las personas, en las organizaciones, en los negocios, más allá de la mera y evidente funcionalidad técnica.

Quien tiene esta habilidad, aporta criterio y sentido a su empresa, convirtiendo las herramientas en oportunidades y las tendencias en vectores de desarrollo estratégico, abriendo opciones que a simple vista otras personas no detectan.

6 - Movilizan a otras personas dentro del ecosistema digital

Un líder "analógico", que sólo usa una aproximación tradicional con sus equipos, sus clientes y sus proveedores ve limitada su capacidad de influir en el entorno: los "analógicos" creen en el presencialismo, en el valor del aspecto físico para demostrar profesionalidad, en la planificación y el control como claves de la buena gestión.

Por el contrario, "la gente digital" sabe explotar el potencial del que dispone para impactar más y mejor en aquellos con quienes interactúa.

Un perfil así suele estar asociado con gente a la que le gustan las estructuras organizativas planas, los espacios de trabajo abiertos y compartidos, un estilo de comunicación y vestimenta aparentemente informal pero mucho más claro y directo; son gente que no necesita observar a su equipo físicamente para entenderles, motivarles ni hacerles seguimiento.

Suelen tener una aproximación madura hacia el concepto de responsabilidad, sabiendo pactar el formato de relación con cada cual, en función de su grado de madurez y de dominio técnico. Su autoridad no es impuesta, sino merecida. Los líderes digitales movilizan bien equipos en la distancia, integrando la diversidad en el sentido amplio, fomentando la participación. La imposición no tiene cabida en su estilo de dirección.

Merece especial interés el manejo de la información dentro de los grupos que lidera un perfil "digital": la información se comparte rápidamente, y los miembros del equipo disponen de ella abiertamente. En las reuniones, no se pierde el tiempo en "reporting" de datos, que ya estaban ahí para que los participantes introdujeran los suyos y leyeran el conjunto: se reserva el tiempo de interacción entre personas para el debate, la conformación de criterios y la toma de decisiones.

Su autoridad no es impuesta, sino merecida.

7 - Tienen foco en el cliente, en serio

Las personas que viven plenamente el mundo digital tienen mecanismos para tener monitorizados a sus clientes y a sus competidores, para comunicarse con sus clientes actuales y potenciales sistemáticamente.

Conciben y construyen productos y servicios para sus clientes considerando desde el inicio todo el potencial que tiene el añadir características digitales. A la hora de diseñar y entregar su "offering", piensan desde la perspectiva del cliente, y no con visión proceso/fábrica. En muchas ocasiones, se atreven a configurar soluciones que dan saltos sobre el "estado del arte", provocando verdaderas innovaciones más que ligeras mejoras incrementales.

Son gente que escucha lo que el mercado y los clientes tiene que decirles, y considera de verdad que una crítica es un regalo, una oportunidad de aprender y mejorar; "si es malo, cuanto antes lo sepamos, mejor". La excelencia que persiguen sólo se construye desde la conciencia plena de los ámbitos de mejora.

A la hora de diseñar y entregar su "offering", piensan desde la perspectiva del cliente, y no con visión proceso/fábrica.

¿Conoces a alguien que se aproxima bastante bien a este perfil? Seguro que sí, que hay gente cercana a ti que tiene, en mayor o medida, muchas de estas siete competencias.

Como dice mi amigo Raúl Castro (no el cubano, sino el madrileño), "copyright" significa "copia bien". Por tanto, si quieres progresar en su proceso personal de digitalización, observa con detalle a esas personas que serán tu referencia, e imita sus comportamientos. Haz una lista de las 10 cosas que hacen que más te gustaría replicar, y ve incorporándolas poco a poco a tu día. Y si no sabes cómo, acércate a ellos, pregunta, prueba, arriesga, aprende, y corrige. En unas cuantas iteraciones, ya serás más "digital". Y probablemente, más humano, por contradictorio que parezca.

Es éste un camino que no tiene fin, afortunadamente. Lo que nos queda (a todos) por aprender es mucho más útil, divertido y apasionante que lo que conocíamos hasta ahora.

Nos vamos encontrando por el camino. Será un placer.