3 razones por las que te da hambre
Seguramente te ha pasado que, pese a llevar una alimentación balanceada y hacer ejercicio, de repente te dan ataques de hambre que te llevan a romper la dieta.
Además de ser molesto, esto puede ocasionar que no consigas bajar de peso o mantener tu figura, pues por lo general se antojan alimentos poco saludables y ricos en grasa o azúcares.
Es por eso que existen las tres razones de estos ataques de hambre y las formas de evitarlo para que no te desvíes de tus metas saludables. Échales un vistazo.
Estrés
En términos simples, el estrés es un mecanismo de autodefensa que nos pone en alerta para reaccionar rápidamente ante una amenaza. Se activa por estímulos externos, como cuando nos sentimos incómodos o presionados.
Debido al estrés se producen adrenalina y cortisol, hormonas que, a su vez, provocan que se liberen azúcares en el torrente sanguíneo. El objetivo de esto es que los órganos y músculos tengan rápido acceso a energía de fácil absorción en caso de una emergencia.
Sin embargo, esos azúcares se almacenan en forma de grasa alrededor de los órganos centrales, revirtiendo los logros obtenidos gracias al ejercicio. Además, para sustituir esta grasa, tu cuerpo te pide en forma de antojos de comida rica en azúcares refinadas y grasas.
Entonces, es obvio que el objetivo es reducir el estrés a su mínima expresión. Si bien no se puede renunciar al empleo, sí se pueden mejorar las condiciones laborales y de traslado.
Por ejemplo, puedes hablar con tu jefe y subalternos para mejorar el ambiente laboral sin renunciar a la productividad; además, escuchar o leer durante los traslados, en lugar de pensar en los pendientes, sirven de mucho para relajarte.
Dormir poco
Cuando duermes bien, tu cuerpo produce una hormona llamada leptina, la encargada de avisarle al cerebro que ya comiste suficiente y de suprimir el hambre entre comidas.
Cuando no duermes bien, se produce la hormona grelina, que hace todo lo contrario a la leptina: estimula el apetito.
Es simple, ¿no? Tu objetivo debe ser dormir por lo menos siete u ocho horas cada noche, pues es lo que necesita tu cuerpo para repararse y mantener el equilibrio hormonal.
Para lograrlo, intenta definir una hora de ir a la cama, para que tu organismo se acostumbre a dormir a esa hora y evites el insomnio. También evita llevar la televisión, teléfonos y celulares a la recámara.
Pero, sobre todo, asegúrate de que la luz exterior no ingrese a tu dormitorio, pues la oscuridad es la responsable de avisarle a tu cerebro que es hora de descansar. Si con eso no basta, consulta en nuestro blog las diez posturas de yoga para curar el insomnio
El azúcar
Consumir azúcar en exceso produce un desequilibrio hormonal que favorece el aumento de peso. Recordemos que el azúcar se absorbe rápidamente al torrente sanguíneo, pero para ello se aumenta la producción de insulina, que es la hormona encargada de transportarla a los músculos y los órganos.
A su vez, la insulina bloquea otras hormonas como la leptina, que como dijimos líneas arriba, es la encargada de avisar de la saciedad, evitándonos comer en exceso.
Por ello es de vital importancia que evites consumir azúcar y los alimentos que la contienen. Lamentablemente, mucha de la fruta que se considera inofensiva, como la piña, el mango y el plátano, contienen altas cantidades de ella.
Dale preferencia a los alimentos bajos en azúcar, pero ricos en proteínas, como las nueces y el huevo duro. También evita refrescos, bebidas re-hidratantes y aguas de frutas. Cámbialas por agua simple con clorofila, limón, té de hierbas o agua de coco.
Como puedes ver, estas tres razones que podrían ser consideradas simples tienen una gran influencia negativa en nuestro organismo. Intenta poner en orden estos tres aspectos y verás cómo se reduce el hambre y obtienes mejores resultados de tu rutina de ejercicios y alimentación balanceada.