Cuando un cliente encuentra una marca que le gusta, no la suelta tan fácil y en este océano de opciones: "más vale pájaro en mano que ciento volando". Yo, por ejemplo, soy de las que se casa con las marcas, es por eso que casi toda mi ropa la compro en la misma tienda; siempre uso la misma app de movilidad para transportarme y voy donde el mismo odontólogo por años.
Puede parecer sencillo, pero desde el lado de las marcas, fidelizar a un cliente no es una tarea fácil, construir esa lealtad requiere esfuerzo y dedicación, especialmente cuando estás empezando. Por eso te traigo 3 refranes que hemos escuchado toda la vida y que seguro te ayudarán a convertir tu emprendimiento en una marca que enamore y fidelice a tus clientes.
- "Como te ven, te tratan": así como te arreglas para una primera cita, ¡tu marca también necesita lucirse desde el principio! No importa si apenas estás empezando, preocúpate por los detalles que la hacen única y memorable. Desde la forma en que saludas a tus clientes, hasta cómo resuelves sus dudas o entregas tus productos. ¿Envías tus productos en un empaque personalizado que los haga sentir especiales o simplemente los metes en la primera bolsa que encuentras? Cada detalle cuenta para construir una imagen profesional y confiable. Ojo, esto no significa que tengas que gastar millones en un chatbot o un empaque súper lujoso. Se trata de cuidar la presentación, de demostrar que te importa la experiencia que ofreces. ¡Recuerda que la primera impresión siempre cuenta!
- "Más vale malo conocido, que bueno por conocer": Todas las marcas han tenido un cliente insatisfecho alguna vez, la clave está en cómo manejas la situación. Puedes decirle al cliente "lo siento mucho" y quedarte de brazos cruzados, o puedes ir más allá y convertir esa experiencia negativa en algo positivo. Piénsalo: un cliente insatisfecho es como una emisora de radio a todo volumen, ¡todos se enterarán de lo que pasó! Pero un cliente que tuvo un problema y vio cómo te esforzaste por solucionarlo... ese cliente no solo volverá, sino que le contará a todo el mundo lo buena que es tu marca. Porque, al final, más vale malo conocido (una marca que la embarra a veces, pero que se pone la camiseta para solucionarlo), que bueno por conocer (una marca nueva que quién sabe cómo responderá ante un reclamo).
- "Del dicho al hecho hay mucho trecho": una marca de alto valor siempre va a ser consecuente. Cada paso que des, cada decisión que tomes, cada interacción con tus clientes, debe gritar a los cuatro vientos: "¡Esto es lo que somos!". Es como alardear de ser fitness, pero en realidad pasas el día en el sofá comiendo papas fritas. ¡No cuadra! Una marca auténtica defiende su propósito con hechos, no solo con palabras. Si dices que te importa el medio ambiente, pues demuéstralo con acciones concretas. Si prometes una experiencia al cliente inigualable, ¡prepárate para darla! Al final, la coherencia es la que construye confianza y te hará pasar de tener un pequeño emprendimiento a ser una marca en la que tus clientes crean.
¿Qué otro refrán añadirías y cómo lo aplicarías a la marcas? Déjalo en comentarios.