40 universidades podrían quedar fuera de la acreditación
En octubre pasado, la CNA presentó una propuesta de criterios y estándares para la acreditación de las universidades y programas de estudio en el país. Varias son las voces que, a partir del ejercicio de aplicar dichas directrices sobre la situación actual de las instituciones, alertan sobre las repercusiones que tendrá para las instituciones. Conclusiones incluso que pueden terminar con la orden de cierre de algunos establecimientos.
Reacciones a las medidas
En carta al director para diario La Tercera, Ignacio Sánchez, rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC), comenta sobre cómo esta propuesta tiene "el riesgo de estimular el desarrollo de un enfoque técnico y minucioso en lo formal, dejando de lado una aproximación más sustantiva, que se basa en la confianza de las instituciones y su capacidad interna para innovar y determinar metas en su avance en la calidad".
Del mismo modo, su par Julio Castro, rector de la Universidad Nacional Andrés Bello (UNAB), hace lo propio, indicando que "las métricas utilizadas -en muchos casos- no son realistas y tampoco están alineadas con el marco actual de las instituciones... tema crítico, si consideramos que la acreditación institucional es mandatoria y que de ella depende el futuro de los estudiantes".
Expertos señalan que el sistema de educación superior del país podría ver limitado su crecimiento, desarrollo y diversidad.
El punto de quiebre
La principal crítica a la directrices se basa en algunos criterios netamente cuantitativos, y se refieren a que se pide a las instituciones que cumplan con tener un 30% de sus programas de posgrado acreditados (programas de doctorado, magíster, especialidades médicas y odontológicas y programas para las carreras de pedagogía), además de una cierta cantidad de estudiantes que puedan titularse dentro de los años formales de duración de la carrera y el cumplir con una planta docente que presente estudios de doctorado.
Un reporte preparado por el Centro de estudios Acción Educar, da cuenta de que la aplicación de esta norma generaría distorsiones claras, como se aprecia a continuación (se han destacado los 2 criterios más excluyentes).
Tabla 1. Indicadores cuantitativos que deben cumplir las universidades para su acreditación institucional (por Acción Educar, en base a propuesta de criterios y estándares institucionales de universidades entregada por la CNA, octubre 2020)
Tabla 2. Nivel de cumplimiento de las instituciones por indicador y nivel (por Acción Educar, en base a datos entregados por el Ministerio de Educación, Mineduc)
"Del total de 56 universidades en nuestro país, solo 16 universidades igualan o superan en nivel básico en ambos indicadores definidos como críticos".
En extenso, incluso instituciones como la Universidad de los Andes (UANDES) y la Universidad Diego Portales (UDP) no podrían re-acreditarse por no cumplir el criterio para sus posgrados, a pesar de estar dentro de las instituciones con las mejores tasas de retención estudiantil y titulación oportuna exigidas dentro de los mismos indicadores.
El escenario pesimista
Cabe recordar que si una institución no se encuentra acreditada (por un mínimo de 4 años), la Ley de Educación Superior indica que la CNA comenzará un proceso de supervisión hacia la institución, y que si ésta no mejora sus indicadores dentro de los siguientes 3 años entrado el proceso, se debe dar inicio a la etapa de cierre de la institución, suspendiendo de manera directa la matrícula para nuevos estudiantes.
Resultados de la consulta
De las actuales 40 instituciones "en riesgo", es importante recalcar como 30 de ellas están actualmente acreditadas y que comprenden nombres como la Universidad Tecnológica de Chile (INACAP), Universidad Santo Tomás (UST), Universidad de Viña del Mar (UVM) y Universidad Adolfo Ibañez (UAI), por mencionar solo algunas (se distribuyen entre 11 estatales, 4 privadas pertenecientes al Consejo de rectores, Cruch; y 25 privadas que no pertenecen al Cruch).
No se trata de que las instituciones no sean de calidad -de hecho muchas de éstas han mejorado significativamente sus indicadores, y han sido validadas en su acreditación todos estos años-, sino de que los nuevos parámetros no les permiten "pasar la marca", más aún ante la actual situación de emergencia sanitaria y que ha golpeado fuertemente a las instituciones.
En la opinión de los expertos, se debe revisar estos indicadores, dando mayor espacio para la autonomía y diversidad que han sido siempre reconocidos valores del sistema de educación superior del país. Similares espacios se observan en estándares comparativos en las normativas norteamericanas y europeas. Se debe valorar los sistemas propios de las instituciones, la "calidad interna" y que actualmente, se vería supeditada a criterios demasiado rígidos. Mejora continua y flexibilidad.