5 razones por las qué tus finanzas sí son una cuestión de salud

Todas y todos hemos vivido en algún momento de nuestra vida el estrés. Ese temible enemigo que, según estudios recientes, mantiene a México en un burnout permanente, siendo uno de los países con más incidencia.

Ahora, cuando hablamos de salud, es común pensar en hospitales, médicos y tratamientos para enfermedades físicas o mentales. Sin embargo, existe una dimensión muchas veces ignorada pero igualmente crucial: la salud financiera. Sí, la misma que nos genera estados tan opuestos como alegría y euforia o una preocupación y estrés terribles.

Pero primero vayamos a los datos duros. En México, la Encuesta Nacional de Salud Financiera (ENSF) realizada por el INEGI arroja datos que dejan claro que el estado de nuestras finanzas sí tiene un impacto directo sobre nuestro bienestar integral. Mantener unas finanzas personales saludables no es simplemente una cuestión de disciplina económica, sino una necesidad para preservar nuestra salud física y emocional.

El estrés financiero afecta el bienestar mental

Uno de los resultados más impactantes de la ENSF es el alto nivel de estrés financiero que sufren muchas familias mexicanas. Según la encuesta, más del 60% de los encuestados manifiestan preocupación constante por su situación económica. Este estrés crónico puede derivar en problemas graves de salud mental como ansiedad y depresión. Los estudios han demostrado que la incertidumbre económica es una de las principales causas de insomnio y deterioro emocional, afectando negativamente la calidad de vida de las personas.

El impacto en la salud mental no se detiene allí. Cuando las deudas o la falta de ingresos ahogan a una familia, las discusiones familiares aumentan, lo que genera un entorno hostil que puede derivar en consecuencias aún más graves, como el abuso o la violencia doméstica. Al final, mantener unas finanzas saludables no solo mejora nuestra capacidad de gestionar imprevistos, sino que también es esencial para cuidar nuestro bienestar mental.

La falta de recursos limita el acceso a la atención médica

El acceso a servicios de salud en México, aunque es universal en teoría, está lejos de ser gratuito. La ENSF destaca que muchas familias evitan o retrasan la búsqueda de atención médica por falta de recursos, lo que puede tener consecuencias devastadoras a largo plazo. La encuesta muestra que un porcentaje significativo de mexicanos no cuenta con un fondo de emergencias para cubrir necesidades imprevistas, como una enfermedad o accidente. Esto significa que, cuando surge una emergencia médica, la única opción viable es endeudarse o, en el peor de los casos, ignorar la situación.

De acuerdo con datos del INEGI, alrededor del 20% de la población mexicana ha tenido que pedir prestado dinero o vender bienes para cubrir gastos médicos imprevistos. Esta carga financiera no solo empobrece a las familias, sino que también aumenta el riesgo de que las personas descuiden su salud por temor a no poder costearla.

La estabilidad financiera fomenta hábitos de salud preventiva

Tener unas finanzas personales sanas permite planificar y acceder a programas de salud preventiva, algo esencial para mantener una buena calidad de vida. La ENSF destaca que las familias que cuentan con ingresos estables y ahorros son más propensas a realizar chequeos médicos regulares, comprar alimentos saludables y mantener seguros médicos. Estos hábitos preventivos disminuyen considerablemente el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes o las enfermedades cardiovasculares, que tienen una alta prevalencia en México.

Sin una buena gestión financiera, las familias suelen optar por opciones más baratas pero menos saludables, como comida ultraprocesada, y se saltan controles médicos importantes por no tener fondos suficientes.

Aquí entra un dato clave que siempre menciono en mis conferencias o en las entrevistas que me realizan: diversificar es la clave para generar tranquilidad. No es solamente la relación que tenemos con el dinero, sino también cómo estamos gestionando los recursos que tenemos para tener siempre una planificación de nuestra vida, incluyendo en aspectos tan trascendentales como la salud.

El endeudamiento crónico puede tener efectos físicos

El impacto del endeudamiento crónico sobre la salud física es un factor a menudo subestimado. La encuesta del INEGI resalta que un tercio de los hogares mexicanos tiene algún tipo de deuda, ya sea por préstamos personales, tarjetas de crédito o compras a plazos. El problema es que esta deuda, al no gestionarse adecuadamente, puede generar presión y ansiedad, que se traducen en manifestaciones físicas como dolores de cabeza, problemas digestivos o hipertensión.

Investigaciones en todo el mundo han revelado que las personas con altos niveles de deuda tienden a tener peor salud física que aquellas que mantienen sus finanzas bajo control. El ciclo es vicioso: las deudas afectan la salud, y una mala salud impide que las personas puedan generar los ingresos suficientes para pagar sus obligaciones, perpetuando así el problema.

Y es que en muchas ocasiones, esa relación que tenemos con el dinero nos impide tener la capacidad de pensar más a futuro.

Las finanzas saludables protegen a las personas en la vejez

Finalmente, una de las conclusiones más importantes de la Encuesta Nacional de Salud Financiera es la relación entre la planificación financiera a largo plazo y la salud en la vejez. En México, menos del 30% de los adultos mayores cuentan con una pensión formal, lo que significa que muchos dependen de sus ahorros o de sus hijos para subsistir. Esta falta de previsión financiera tiene un impacto directo en la calidad de vida de los adultos mayores, quienes a menudo no pueden costear medicinas, tratamientos o incluso una dieta adecuada.

Planificar desde edades tempranas para la vejez no solo garantiza estabilidad económica, sino que también asegura un acceso a la salud sin comprometer otros aspectos de la vida. Aquí te preguntaría, ¿cómo estás planeando tu vida cuando la caja registradora deje de generar dinero? ¿Tienes otra fuente de ingresos? ¿Cómo estás diversificando tus ahorros (si es que pudiste ahorrar)?

En conclusión, la salud financiera es mucho más que números, ahorros y cuentas por pagar. En realidad, se trata de una estrategia de planificación racional que incluye todo un esquema de wellness financiero. Tener un adecuado manejo de nuestro patrimonio, no solo nos traerá prosperidad futura, sino también cuidará de forma activa nuestras finanzas y nos evitará todos los problemas de salud que puede acarrear la llamada enfermedad del siglo XXI: el estrés.