5 Signos de que estás al borde del Burnout (y cómo evitarlo)
¿Has sentido últimamente que estás caminando por un campo de minas y que cada minuto en el trabajo es como un paso en falso a punto de desencadenar una explosión?
Si te ves asintiendo con la cabeza, atento a lo que sigue.
1. Vives cansado y el café ya no te salva:
No importa cuánto duermas, te despiertas y te sientes como si te hubiesen atropellado un par de camiones, o como si te hubieras pasado la noche en una maratón de baile flamenco. Este agotamiento crónico es uno de los primeros signos de que estás bordeando el precipicio del burnout.
2. Irritabilidad al nivel Hulk:
Si cada email, llamada o interrupción de un compañero te provoca un nivel de irritabilidad que te transforma en el primo gruñón de Hulk, tu alarma interna debería estar sonando a toda prisa.
3. Eres el Maestro del Procrastinator Universo:
Estás más desconcentrado que un koala después de su dosis diaria de eucalipto. ¿Procrastinas incluso las tareas que antes eran pan comido para ti? Quizás te encuentras en la cuerda floja del burnout.
4. Siesta eterna (en tus sueños):
Duermes mal, te despiertas varias veces, tienes pesadillas laborales o te quedas dando vueltas en la cama pensando en tu lista de tareas. Si cada noche es una aventura de insomnio, algo no anda bien.
5. La alegría de la huerta se ha marchitado:
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Antes disfrutabas de tu trabajo y ahora lo ves como una tortura, peor que una visita al dentista. Si ya no te motiva, si te parece monótono y aburrido, tienes una señal roja de burnout en tu camino.
Ahora bien, ya sabes que estás al borde del burnout... ¿Cómo evitar que te arrastre la corriente?
Primero: Pon límites. El trabajo es una parte de tu vida, no al revés. ¿Has oído hablar del concepto de vida laboral? Existe, y es bonito.
Segundo: Haz ejercicio. No digo que te conviertas en el próximo campeón de CrossFit, pero algo de actividad física ayuda a liberar el estrés.
Tercero: Aliméntate bien. La comida chatarra puede parecer un salvavidas, pero no te engañes. Tu cuerpo necesita nutrirse bien para lidiar con el estrés.
Cuarto: Desconecta. Encuentra un hobby, algo que te guste y te quite la mente del trabajo.
Quinto: No te sientas culpable. Es normal sentirse abrumado de vez en cuando. Pedir ayuda no es un signo de debilidad, es de valientes.
Si te ves reflejado en estos puntos, ya sabes, te toca hacer algo para ponerle remedio (antes de que vaya a peor).
Y recuerda, nadie se llevó la oficina al más allá ;) La vida está ahí fuera, no dejes que el burnout te la quite.
Por cierto, tengo un libro que recomendarte para ayudarte a entender cómo funcionan los pensamientos negativos y cómo convivir mejor con nuestras emociones: https://www.luismiguelreal.es/oso-verde
Unos signos fácilmente identificables, en particular para quienes conviven con el inmerso o inmersa en el burnout: el cambio se observa incluso en la postura corporal que transmite la sensación de ir arrastrando el peso del mundo sobre los hombros cual dios Atlas. Recibido y leído tu libro sobre los pensamientos negativos. ¡Altamente recomendable!