6 Limitaciones del EBITDA

El uso del EBITDA como indicador clave de la salud financiera de una empresa se está generalizando en los mercados financieros. EBITDA es el acrónimo de Earnings Before Interest, Taxes, Depreciation and Amortization. Es decir, los beneficios que genera una empresa antes de aplicar amortizaciones, depreciaciones, intereses e impuestos.

La información disponible y los indicadores de beneficios

El EBITDA se obtiene a partir de la cuenta de resultados de la empresa. La cuenta de resultados es uno de los tres pilares fundamentales de la información financiera de una empresa. Para cualquier empresa, es fundamental conocer además del balance de situación y el estado de flujos de efectivo.

En la cuenta de resultados se parte de la facturación de la compañía y se deducen los costes directos y de estructura, las amortizaciones y los resultados excepcionales. De esta manera se obtiene el BAII (Beneficio Antes de Intereses e Impuestos, o EBIT en inglés).

Cómo se calcula el EBITDA

Sencillamente, a partir del margen operativo. Añadimos los deterioros y amortizaciones para obtener este indicador. En concreto, la función es observar si el negocio de una empresa es o no rentable. Tiene que ser suficiente para compensar el resto de gastos debajo de la línea operativa y ofrecer una ganancia.

En este aspecto, muchos expertos creen que el EBITDA es la medida de la aportación de valor que hace un director de proyecto o de unidad de negocio. Ya que normalmente no tienen responsabilidad sobre la financiación o las inversiones, sería injusto incluirlo en la medición de su desempeño.

Nosotros no estamos de acuerdo, debido a las limitaciones que enumeramos más adelante. En caso de no tener resultados excepcionales el BAII es una medida más adecuada del éxito de un director de negocio.

Usos del EBITDA

1.- Determinación del valor de una empresa para operaciones de fusiones y adquisiciones. En función de los sectores, los precios de las empresas adquiridas se suelen mover en un rango de entre cinco y seis veces el EBITDA generado de forma consistente.

2.- Fijación de los importes máximos a prestar en operaciones de transacción. Los límites aceptables se suelen situar entre tres y cuatro veces el EBITDA, sin superar el 50% del valor de la transacción.

3.- Fijación de ‘covenants’ o compromisos cuyo incumplimiento supone una situación de ‘default’ o vencimiento anticipado de la operación. Los covenants más aceptados en los mercados financieros que incluyen este parámetro son:

·      Deuda/EBITDA (Máximo normalmente aceptado 3 ó 4 veces)[1]

·      Cobertura de Intereses: EBITDA/Gastos financieros netos. (Mínimo 5 ó 6 veces)

4.- Determinación de la parrilla de precios de las operaciones.

Sin duda en estos momentos el parámetro más importante en una empresa es el EBITDA, como indicador clave de la salud financiera. Es ampliamente utilizado tanto para conocer el valor potencial de una empresa para una posible venta como para obtener fondos en los mercados financieros.

Limitaciones del EBITDA

Una reflexión en profundidad sobre el EBITDA, ofrece las siguientes limitaciones:

1.- El EBITDA no toma en consideración los cambios en el capital circulante de la empresa.

Aunque se hayan generado unos beneficios, esto no implica que los cobros se hayan producido. Hay que prestar atención a aquellas compañías que presentan rápidos crecimientos, unidos a un aumento del plazo medio de cobro ya que se puede producir un desequilibrio entre beneficios y posición de tesorería.

2.- El EBITDA puede dar una idea equivocada de la liquidez de una compañía a nivel de grupo.

Se puede tener un importante EBITDA consolidado, pero no disponible para atender los pagos. La tesorería puede estar en una subsidiaria y ser reinvertida sin restricciones o distribuida a los socios vía dividendos. Asimismo, se debe prestar atención a la posible estacionalidad de los flujos de caja. Una elevada cobertura de intereses puede ser de escaso valor si el pago debe realizarse en Junio y la tesorería se genera en Diciembre.

3.- El EBITDA no considera las necesidades de inversión de la empresa (CAPEX).

El uso del EBITDA como indicador de la cobertura de la deuda, indica que los importes que la firma amortiza no son necesarios para nuevas inversiones. Si una empresa debe usar los fondos generados para atender nuevas inversiones de capital, este importe (CAPEX) debe ser deducido del EBITDA.

4.- El EBITDA ignora las características peculiares de cada sector.

Este parámetro es más relevante para los sectores intensivos en capital.

5.- El EBITDA no es un denominador común aceptable para las transacciones transnacionales.

6.- El EBITDA puede ser sujeto de manipulación a través de prácticas contables agresivas

Estas prácticas se refieren a la contabilización de ingresos y gastos, amortizaciones de activos improductivos, etc. Se han observado casos, especialmente en empresas que se iban a poner en venta, en que los beneficios han sido artificialmente hinchados y los gastos recortados para obtener un mejor precio.

En conclusión, un indicador útil, pero con limitaciones importantes

Los mercados financieros están tomando el EBITDA como indicador clave de la salud financiera de la empresa. Se está convirtiendo en la referencia más importante. Y los mercados marcan el entorno donde operamos, por lo que debemos aprender a utilizarlo correctamente.

En principio es una buena herramienta de trabajo, siempre y cuando seamos muy conscientes de las seis limitaciones fundamentales indicadas en el apartado anterior. Las empresas no devuelven su deuda con el EBITDA que generan, sino con su Cash Flow.



[1] Este ratio tiene una curiosa similitud con el clásico predictor monovariable de Beaver (Cash Flow/Deuda), el primero con capacidad demostrada para discernir entre una empresa sana y otra con problemas potenciales.




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