7 Potenciadores para tu matrimonio

Dr. Carlos H. Campo

Casarse es formar parte de una institución pensada por Dios, y diseñada por nuestro Creador para que llenemos la tierra de su gloria.

Esto explica por qué el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su esposa, y los dos se convierten en uno solo. Gn. 2:24 NTV

Casarse es una decisión donde dos factores se entrelazan:

Primero: El deseo de formalizar una unión con la finalidad de construir un hogar

Segundo: Sentirse completamente lleno(a) como si fueras una copa rebozando hasta desbordarse, con la única finalidad de hacer un deposito constante en tu cónyuge, hasta que la muerte los separe.

Cómo podremos llenar nuestra copa.

Sólo podremos llenar nuestra copa, si nos disponemos desde nuestra mente y nuestro corazón a hacerlo, pues la mayor decisión de ser llenos es reconocer que estamos vacíos.

Y estoy hablando de tomar buena conciencia.

He visto a mucha gente tomar conciencia, pero no será para tu beneficio, hasta que sepas diferenciar entre tomar buena y tomar una mala conciencia. Una buena conciencia se distingue de la mala conciencia cuando al final del proceso arroja como resultado un gran beneficio, que te haga sentir dichoso(a), pleno(a) y sobretodo en paz con Dios contigo mismo, con tu futuro(a) cónyuge y con tu entorno.

La mala conciencia te traerá estrés sin tregua, angustia sin fin, insomnio y hasta desasosiego y ansiedad. Pues solo quienes busquemos hacer la voluntad de Dios, podremos decir: "En paz me acostaré y así mismo dormiré, porque solamente en tí Señor y Dios puedo dormir confiado".

Los siguientes 7 potenciadores nos ayudarán a llenarnos como si fueramos una copa que deberá estar rebozando para abastecer a nuestro cónyuge en amor, respeto, verdad y justicia divina:

1. Sensibilidad. Para captar y sentir la necesidad del cónyuge

2. Voluntad. Disponibilidad hasta mantener una buena disposición para el diálogo, la comunicación efectiva, incluyendo la escucha al cónyuge, la retroalimentación, el buen rapport, y la asertividad para resolucionar en los conflictos internos en el matrimonio.

3. Amor. Amar en tiempos revueltos y en tiempos de tranquilidad, en tiempos de bullicio y en tiempos de silencio, en tiempos de abundancia y en tiempos de escasez, en tiempos de salud y en tiempos de enfermedad, en tiempos de guerra y en tiempos de paz, no te atrevas a amar a tu cónyuge con tu amor propio!, porque vas a fracasar en el intento. Mejor ama con el amor de Dios que todo lo cree, todo lo soporta, todo lo puede, todo lo perdona y sobre todo no pierdes la fe, entendiendo lo que hará Dios en tu vida, cambiando tu mentalidad y hasta fortaleciendo tu carácter hasta aumentar tu paciencia para esperar sin desesperar.

Quienes han trabajado arduamente buscando llenar su copa de disposición han encontrado la realización de su vida, pues no necesitan algo más para vivir en plenitud, ni esperan una media naranja, porque han entendido que ellos(as) ya!, están completados por Dios, pues el vino a llenarlo todo.

4. Compromiso. Con Dios, contigo mismo(a) y tu cónyuge

5. Respeto. Con alguien que también es como tú, una creación de Dios, modela la imagen y semejanza de Dios en tí, y permítele a tu cónyuge que la vea para que puedas dar testimonio en el cielo y en la tierra del poder y la gloria del Dios Altísimo.

6. Responsabilidad. Somos responsables de nosotros mismos, y a la vez somos responsables de nuestro cónyuge, pues en la misma medida que nuestro cónyuge sea bendecido(a) y prosperado(a), nosotros seremos bendecidos. Igualmente le pasará a nuestro cónyuge, esa es la ventaja de habernos convertido en una sola carne.

7. Persistencia. Dios habla en la Biblia que tendremos un día malo, y nos exhorta a que vivamos con la "Armadura de Dios Puesta". (Ef. 6:10-12) No todos los días nos levantaremos de la misma manera con una bella sonrisa en la cara, positivos al 200%, etc.

Así tendremos la oportunidad de cambiar esa cara de lamento en cara de gozo, esa cara de tristeza en cara de alegría, esa cara enlutada en una cara de paz, y aceptación que nos ayudará en ese momento a entender que nuestro cónyuge no es el problema, (Is. 61) el problema será el problema y con un buen diálogo, confianza y buen tino podremos solucionar lo que sea en el nombre de Jesucristo y guiados en todo tiempo por su Santo Espíritu, mientras sea digno, y no apruebes el abuso, la manipulación, y la cruel humillación; ya que en estos casos se requiere de ayuda de personas profesionales y personas capacitadas para asistir tu matrimonio incluyendo a los dos que lo conforman.

Yo espero por la gracia de Dios que estos 7 Potenciadores que te he regalado, te sirvan a ti y a otros para edificar matrimonios en la verdad, en el amor y en la justicia divina y poco a poco estaremos construyendo un matrimonio Sobre La Roca que es Cristo mismo.

Muchas bendiciones.