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Xavier Guillamet
Socio fundador en Taller de Empresas | Estrategia, organización y expansión empresarial | Escritor humanista
En el mercado industrial faltan ingenieros...
En el sector sanitario faltan médicos...
En fábricas y talleres hay carencia de matriceros, torneros, fresadores...
En hostelería no encuentran camareros...
En muchos sectores de actividad no hay cantera de comerciales...
En retail falta personal de tienda…
En transporte por carretera faltan chóferes…
Las carencias del mercado laboral se atribuyen, normalmente, a que los estudios no están relacionados con la demanda de las empresas, especialmente en lo referente a la Formación Profesional. Pero, me pregunto, ¿con un índice de natalidad de 20/1000 tendríamos suficientes ingenieros, médicos, técnicos, camareros, comerciales y chóferes para satisfacer la demanda de empleo? Es probable que tengamos que hacer ajustes en las titulaciones, pero ¿y en los nacimientos?
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Los estudios demográficos demuestran que para que haya una renovación equilibrada y sostenida de la pirámide poblacional hacen falta 20 nacimientos por cada 1000 habitantes; la última Tasa de Natalidad publicada por el INE correspondiente a 2022 nos indica que la ratio actual es de 6/1000.
Hemos llegado al punto en el que las defunciones superan a los nacimientos, es decir, vamos quedando menos…
Desde el cuarto poder, el comunicativo, se nos alerta sobre las consecuencias de esta situación: vivimos en una sociedad cada vez más envejecida (pirámide social en proceso de inversión) y el estado del bienestar se resiente.
El comercio ha sido y es un motor de desarrollo. A lo largo de la historia la economía nos ha enseñado que lo que no hay en casa se trae de fuera. Por ejemplo, en nuestros hospitales y centros médicos se ha normalizado la presencia de médicos latinoamericanos y africanos sin que nos rasguemos las vestiduras por ello porque los necesitamos.
Creo que en los sectores arriba mencionados pronto empezarán a difundir sus procesos de selección en muchos de esos países de los cuales llegan tantos inmigrantes que ahora no sabemos qué hacer con ellos. Posiblemente, peque de iluso, pero espero que la economía arregle una situación muy compleja a la cual los gobernantes, los de aquí y los de allí, no están dando solución. Por ejemplo, ¿tanto cuesta formar a los jóvenes hacinados en los CIE para que se integren en el mercado laboral? ¿Utópico o real? ¿Dónde está el problema, en las leyes o en la voluntad política y administrativa de aquellos a quienes votamos y pagamos sus sueldos?