9 DE MAYO... ¡FELIZ DÍA DE EUROPA!
Javier M. Valle
Profesor Titular de Política Educativa de la Unión Europea en la Universidad Autónoma de Madrid
Hoy, día 9 de mayo, conmemoramos el día de Europa. Es una fecha digna de celebrar, por cuanto que la Declaración Schuman, que se propuso ese día en 1950, supuso el inicio del proceso de integración europeo que hoy vive nuestro continente, un espacio geopolítico que, hasta entonces, y desde su más remota historia, venía siendo escenario constante de cruentas guerras -algunas de ellas, las más trágicas para la historia de la humanidad, como es el caso de la II Guerra Mundial-.
Hoy, sin embargo, abrazamos con orgullo un proyecto de paz que, iniciado entonces, ha recorrido ya más de siete décadas y se proyecta hacia el futuro no sin dificultades, pero con aspiración irrevocable de mantener unidas y en paz a las naciones europeas en un marco de colaboración que les permita a todas alcanzar altos niveles de progreso.
No quería pasar el día sin prestarle la atención que se merece. Y lo hago con esta publicación que, hoy de manera excepcional, me complace firmar en colaboración con Sara Martínez Méndez, estudiante muy destacada de la carrera de Maestra de Educación Infantil en la Universidad Autónoma de Madrid.
Es la autora de un video que ya este mismo día hace un año compartí, realizado por ella en el marco de la asignatura que imparto en esa universidad: “Políticas Educativas de la Unión Europea”. El video hace un recorrido por los hitos socioeducativos del proceso europeo de integración. Hoy lo compartimos de nuevo, en una segunda versión aún mejorada, mostrando el progresivo sendero construido a lo largo de todos estos años para diseñar una Europa, desde el pasado, en el presente y para el futuro, que proyecte algo de esperanza en unos tiempos de una desazón generalizada tanto política como social y económica.
Este año 2024, la importancia de recordar ese camino trazado en el video se torna especialmente relevante, pues, en tan sólo un mes, viviremos las trascendentales elecciones al Parlamento Europeo, que servirán también para configurar la Comisión Europea que orientará el rumbo de la acción política de los 27 durante el próximo lustro.
Los ciudadanos estamos convocados a las urnas para elegir a quienes orientarán los próximos pasos en el camino de una armonización europea que, desde nuestro posicionamiento, esperamos sea cada vez mayor. En cualquier caso, estas elecciones definen, como todas las que suceden en democracia, el futuro inmediato que los ciudadanos quieren proponerse a sí mismos.
Pero, sin duda, para ir hacia esta Europa, día a día mejorada, se necesitan buenas propuestas que aboguen por hacer real este camino. Sin poder quedar al margen de ello, queremos proyectar algunas de esas propuestas en esta publicación, ceñidas al ámbito educativo, por considerar la educación un pilar fundamental en la construcción europea como ya señalara el Informe Janne en 1973.
1) En el marco de la Educación Obligatoria, pensamos, en primer lugar, (1.1) que podría ser útil no olvidar en el currículo una Dimensión Europea de la Educación como se viene reclamando ya desde 1993 con el Libro Verde sobre la Dimensión Europea de la Educación y que ha sido extensamente fundamentada también desde el ámbito académico español, por ejemplo en la revista Bordón. (1.2) Decisivo resultaría también en este nivel de enseñanza, adoptar una visión del currículo más EUROGLOCAL, desde una comprensión de la identidad europea, asumiendo críticamente sus valores, desde una intersubjetividad que constantemente los reafirma y los reconstruye al mismo tiempo; y, muy importante, sin olvidar el respeto a la diversidad local y la proyección hacia un sentimiento de ciudadanía mundial. (1.3) A esto puede ayudar la incorporación de contenidos sobre la integración de la UE. Podría ser una asignatura que, en definitiva, potenciara el "estilo de vida europeo", algo que viene reclamando la Comisión hace tiempo. (1.4) Y todo ello en un nuevo marco educativo donde se fomenten de manera realista las Competencias Clave en el currículo y en la evaluación, como parte de (1.5) la incorporación de España, con mayor firmeza al Espacio Europeo de Educación - 2025.
2) Acercándonos a este nuevo horizonte, en Bachillerato, resulta imperativo dirigir nuestros esfuerzos hacia (2.1) una incorporación integral del Bachillerato Europeo en nuestro sistema educativo, que propicie (2.2) un acceso armónico a la Educación Superior Europea. Este acceso lleva reclamándose desde mediados del siglo XX (European Convention of the Equivalence of Diploma leading to Admission to Universities, 1953), pero no termina de promover una verdadera comunidad académica europea que permitiera establecer Europa como un distrito único universitario, globalizado, armonizado y al que todos los estudiantes que hayan terminado un Bachillerato en Europa pudieran acceder desde criterios de equidad. Las medidas en este nivel facilitarían resolver los muchos problemas que aún persisten y que la propia Comisión Europea ha reconocido en un informe propio.
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3) En esa Educación Superior Europea, en la que ya estamos inmersos desde hace 15 años -con la puesta en marcha del Proceso de Bolonia-, es necesario profundizar desde una nueva perspectiva, como hace la Comisión al proponer (3.1) mayor cooperación transnacional que promueva y facilite la movilidad de los estudiantes y docentes. Y, sin ninguna duda, siguiendo la línea de armonización, (3.2) creando una universidad propiamente europea que aúne los valores europeos y la comprensión de todo lo que rodea a este marco. Es algo que hemos propuesto desde hace ya 20 años. También en el marco universitario es necesario (3.3) promover mayor número de cátedras Jean Monnet que garanticen profundizar en la enseñanza de estudios sobre la UE dentro de los planes de estudios oficiales de todas las instituciones de educación superior europeas, garantizando así una nueva educación supranacional, competencial y global.
4) Ahora bien, ninguna de estas propuestas podrá cristalizarse sin reforzar la formación de maestros y profesores. En ello, tendrá un papel crucial (4.1) el establecimiento de un Marco Europeo de Competencias Profesionales Docentes. Hay avances parciales en esa dirección, como el Marco Europeo de Competencias Digitales Docentes, pero estamos lejos todavía de asumir una marco compartido y accesible para todas las competencias que implica la profesión de los docentes. Un punto de partida podría ser el Modelo 9:20 desarrollado en el seno de GIPES.
Y si queremos llegar más lejos, ese Marco Europeo de Competencias Profesionales Docentes podría ser el primer paso para el diseño de un (4.2) Cuerpo Europeo de Docentes, propuesto también desde hace 20 años. Se trataría de acreditar docentes cualificados para enseñar en las escuelas de los sistemas educativos de todos los países de Europa. Podría constituir un profesorado de alto nivel capaz de erigir esa nueva sociedad europeísta que lidere la continuación del camino hacia una Europa global y armonizada. Una sociedad con una visión inspiradora hacia un futuro compartido que luchará por esa idea y esencia de Europa: un futuro en el que estemos orgullosos de ser ciudadanos europeos.
Ojalá estas propuestas pudieran ser asumidas por alguna de las numerosas agrupaciones políticas que se presentan a estas elecciones europeas. Alguien podrá pensar que son utópicas, pero no lo son menos de lo que era pensar en 1945 que Francia y Alemania podrían llegar a vivir casi 80 años en paz; o pensar en 1950 que algún día alemanes y portugueses compartirían una misma moneda; o pensar en 1988 que un austriaco podría visitar Hungría, Alemania o Italia sin tener que cruzar fronteras…
Jaen Monnet en su Memorias lo dejó escrito: “Si por algo merece la pena luchar es por las utopías”.
Javier M. Valle – Sara Martínez Menéndez
GIPES - UAM