ACCIONES Y VIDA

“¿Qué estás haciendo en este momento que demuestre al mundo, o al menos a quienes están en tu mundo, que estás plenamente vivo?”, es la pregunta que me llamó mucho la atención mientras leía el libro “la última flecha” de Erwin McManus, y es que muchas veces vivimos una vida sin propósito y dejamos que transcurra sin tomar acción.

Se pueden relatar muchas historias de vida de gente que nació y vivió rodeado de circunstancias adversas pero que tomaron esas mismas circunstancias para salir adelante y ser de influencia positiva. Los sueños dejan de serlo cuando hacemos acciones que nos lleven a alcanzarlos. A veces culpamos al destino, a Dios, a los padres, a los hijos, a la familia, pero en realidad los culpables somos nosotros mismos, porque hablamos de los sueños, hasta planificamos lo que queremos alcanzar, pero hemos dejado de lado el hacer lo necesario para conseguirlo o simplemente decidimos que actuar sobre seguro porque es mucho mejor y más razonable.

El temor a dejar lo conocido, o como ahora se dice, la zona de confort, se constituye en una cárcel para quien no quiere tomar decisiones, ponerse en movimiento es un sinónimo de vida, pero quedarse quieto en un lugar “seguro”, es lo contrario.

Tomemos nuestras adversidades y problemas como una fuente de fuerza y de inspiración para avanzar y ser de influencia para otros. Algunas veces podemos ser la respuesta a la oración de otros. No dejemos pasar esas oportunidades porque nos darán más satisfacciones y estaremos dejando un legado en el corazón y en la vida de quienes nos rodean.

La invitación que hoy hago es “hacer y tomar acción” y más allá de eso, mi reflexión personal es qué huella estamos dejando en aquellos con los que nos relacionamos diariamente?.