¿Acercamiento a Estados Unidos? España sólo puede tratar con Donald Trump la aceituna
Donald Trump, durante la cumbre del G-7 en La Malbaie (Quebec). GETTY

¿Acercamiento a Estados Unidos? España sólo puede tratar con Donald Trump la aceituna

PABLO PARDO. Corresponsal. Washington

@PabloPardo1

La decisión del Gobierno de mejorar las relaciones con Estados Unidos ofreciendo una especie de pacto de acceso a bases y aumento del gasto en defensa a cambio de retirada de aranceles se antoja complicada. La política de la Unión Europea solo deja autonomía a España para negociar en materia de aranceles a la aceituna de mesa, que han sido el blanco de un duro arancel por parte de EEUU.

Ése es un sector importante para los afectados, que se concentran en Andalucía, pero que, por su tamaño minúsculo en el contexto de las relaciones bilaterales, no parece que vaya a cambiar las relaciones entre los dos países. En otras áreas de conflicto, como en los masivos aranceles impuestos en octubre por las ayudas a la empresa aeronáutica Airbus -que, además, fueron incrementados por Washington el viernes-, España no tiene mucho que hacer.

La razón es que el comercio exterior de los países de la UE es competencia de la Comisión Europea. Por consiguiente, la mayor parte de los intentos del Gobierno para llegar a un acuerdo bilateral con EEUU en el que, a cambio de expandir su presencia militar en España, Washington reduzca o elimine los aranceles a las exportaciones españolas por la controversia de Airbus choca directamente con Bruselas.

Además, la Unión Europea no ve con buenos ojos que los países miembros vayan negociando por su cuenta con EEUU, lo que puede causar tensiones entre Bruselas y Madrid. A eso se suma que la política del equipo de Trump hacia la UE se basa en el divide y vencerás. Y le está empezando a dar resultados. El viernes, el subsecretario de Asuntos Exteriores italiano, Ivan Scalfarotto, declaró a la agencia de noticias Bloomberg que ese país debería quedar exento de las sanciones de Airbus porque no participa en la empresa. Scalfarotto reconoció que "estamos haciendo todo lo posible para limitar el impacto [de la guerra comercial] en Italia". Pero ese mismo día, la ministra española de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, insistió, en otra entrevista con Bloomberg, que "en el área del comercio internacional, la situación es muy clara: la UE negocia en nombre de todos sus miembros".

Por de pronto, la nueva política llega justo cuando el Gobierno de Donald Trump ha ampliado su guerra comercial contra la UE. El viernes, Washington anunció una subida de cinco puntos -del 10% al 15%- de los aranceles extra impuestos a la importación de aviones y helicópteros de Airbus, en la que el Estado francés tiene el 11% del capital, el alemán el 10%, y el español, el 4,13%.

GUERRA DE ARANCELES

El nuevo arancel, que entra en vigor el 18 de marzo, podría haber sido peor, ya que EEUU había considerado la posibilidad de subir más las barreras aduaneras a los casi 1.500 productos de 28 países europeos a los que ya se las impuso en octubre. Curiosamente, Washington ha eliminado la tasa del 25% a la importación de zumo de pasas francés, e impuesto otra a los cuchillos de cocina de ese país y de Alemania. Pero los aranceles al vino, aceite de oliva y aceitunas españoles, que ocasionarán pérdidas económicas por valor de entre 765 y 1.000 millones de euros al campo español, se mantienen inalterados. También continúan las sanciones a Gran Bretaña, aunque ese país ya no es parte de la UE.

Eso solo deja margen al Gobierno para negociar con EEUU los aranceles del 34,75% impuestos por ese país a la aceituna de mesa española en agosto de 2018, y que causaron unas pérdidas a los productores de 17 millones de euros en los nueve primeros meses de 2019. Es una cifra mínima que no parece que vaya a ser capaz de cambiar nada en la dinámica bilateral. En este momento, la disputa por las aceitunas está en los tribunales de EEUU, que el viernes fallaron a favor de los productores españoles, aunque la Administración puede recurrir la sentencia.

La cuestión es, entonces, qué puede ofrecer España a EEUU. Una posibilidad es ampliar la presencia militar estadounidense en Rota, Morón u otras bases. Pero no está claro que EEUU tenga interés en ello. De hecho, en septiembre Trump canceló una ampliación de la base naval de Rota para la que ya había destinado 21,6 millones de dólares (20 millones de euros) y dedicó esos recursos a su controvertido muro en la frontera con México. Fuentes diplomáticas españolas han confirmado que la decisión fue unilateral de Washington.

No está claro qué puede ofrecer España, ni siquiera en materia militar

Y, además, está la tasa Google, es decir, la creación de un impuesto para las grandes tecnológicas -en su mayoría estadounidenses- que eluden la fiscalidad de los países en los que operan, y al que el Gobierno de Donald Trump se opone en redondo. España quiere ese gravamen, que está siendo negociado en la OCDE, la organización que agrupa a las 36 economías industrializadas más grandes del mundo. "Si las negociaciones en la OCDE no progresan, ya hemos dejado claro que haremos esto [impondremos impuestos a las tecnologías] individualmente, como países", dijo González Laya a Bloomberg. En tal caso, EEUU replicaría con una guerra comercial mucho más amplia. De hecho, Francia tuvo que dar marcha atrás el 20 de enero en su plan para imponer la tasa Google tras la reacción de Washington.

Así pues, no está claro a día de hoy qué pueden negociar España y EEUU, salvo que el Gobierno de Pedro Sánchez se comprometa a elevar el gasto en defensa hasta el 2% del PIB, una cifra que Donald Trump ha convertido en una condición innegociable. Pero eso ya ha sido aceptado por Sánchez, que en agosto declaró que el presupuesto de Defensa de España alcanzará el 2% del PIB en 2024. En 2017, según la OTAN, España destinó a esa partida el 0,92 % de su PIB.

Pese a esas dificultades, el Gobierno quiere alcanzar un paquete de medidas concretas que incluya aspectos beneficiosos para EEUU y para España. Para ello, apuesta por la visita de máximo nivel de los Reyes a la Casa Blanca, invitados por Donald Trump, dentro de dos meses y medio, y un encuentro previo en la capital estadounidense entre González Laya, y su homólogo estadounidense, Mike Pompeo.

VISITA DE ESTADO DE LOS REYES

La visita de los Reyes a Washington parece el momento clave para el refuerzo de las relaciones bilaterales. EEUU ha dado al encuentro categoría de "visita de Estado", lo que significa que el máximo nivel de reconocimiento e importancia, y que incluye una cena de Estado en la Casa Blanca. En los más de tres años que Donald Trump lleva en el poder, solo ha tenido dos visitas de este tipo. Las otras dos fueron con el primer ministro australiano, Scott Morrison, en septiembre pasado, y con el presidente francés, Emmanuel Macron, en abril de 2018.

Precisamente, la visita de Macron ilustra las dificultades de llegar a acuerdos de alto nivel con el presidente de EEUU. En su estancia en Washington, durante la cual se dirigió al Congreso de EEUU reunido en sesión conjunta, Macron trató de convencer a Trump de que no rompiera el tratado nuclear con Irán. Diez días después de que el presidente francés dejara la capital estadounidense, Trump rompió el acuerdo. Y un mes y medio después, su relación con Macron concluyó con un formidable enfrentamiento entre los dos en la cumbre del G-7 de La Malbaie.

Inicia sesión para ver o añadir un comentario.

Más artículos de Pablo Pardo, PhD

Otros usuarios han visto

Ver temas