Actitudes del docente que forman niños emprendedores, autónomos y felices.
La siguiente descripción de las actitudes del profesor no tiene como propósito presentar un “ideal de profesor”, muchas veces a los docentes que asistimos a charlas, seminarios, talleres, etc., se nos presenta un modelo de profesor a seguir, que nos hace sentir abrumados por la cantidad de cualidades, actitudes, destrezas y conocimiento que se supone éste debe tener, algo que seguramente le sucede también a los padres cuando asisten a charlas sobre temáticas relacionadas con la crianza de sus hijos. No pretendo hacer sentir incómodos a los docentes, sino indicar que a partir de la experiencia como coordinador docente, coordinador de convivencia escolar y haber recorrido gran parte de Chile reflexionando sobre la labor docente y visitando escuelas , pudiendo observar el desempeño del profesor en el aula , asistentes de aulas, educadoras de párvulos, no presencié una clase, ni conocí a profesional alguno en el área de la educación que presentará todas las actitudes que vamos a revisar a continuación , lo que quiero decir; es que los que obtenían un clima adecuado, estimulante y de armonía en el aula; y que lograban desarrollar autonomía y emprendimiento en los niños y jóvenes presentaban alguna o algunas de las siguientes características:
- Es paciente, ya que para desarrollar hábitos de autonomía, sabe permitir las repeticiones necesarias para generar las conexiones neuronales necesarias y así lograr el aprendizaje de los estudiantes, es decir, sabe que cuesta tiempo. Tal vez como docentes no nos agrade mucho al principio: Echamos mano a frases como; “no funciona” , “quien me va ayudar” “tengo que hacerlo solo” “¿es más trabajo’? ” pues supone enfrentarnos a aquello que nunca quisimos ver o abordar; tal vez nos resulte incómodo, desagradable, difícil, lento, tedioso, complicado e incluso hasta doloroso de enfrentar, pero el resultado suele transformarse en un trampolín que nos impulsa para poder acceder o llegar a lo que realmente queremos hacer. Por eso es fundamental trabajar nuestra paciencia y dedicación, darle el tiempo que requiere a cada proceso y confiar en nuestros niños y jóvenes. Cuando enseñamos o educamos con amor, los adultos contenemos a nuestros niños y jóvenes y dejamos los espacios para que vivan sus propias experiencias..
- Muestran convicción, Es consciente del alumno que quiere formar, y tiene por principio los valores como el esfuerzo, la disciplina y la constancia, el Profesor desarrolla hábitos de estudios en sus alumnos, porque reconoce la importancia de estos y sabe con certeza que son la base de todo el proceso de aprendizaje, y que se desarrollan en conjunto con el conocimiento, tiene claro hacia dónde va y la ruta que debe seguir para alcanzar ese objetivo. El Profesor les exige responsabilidad, respeto a todos los miembros de la comunidad, muestra una dedicación continua y permanente en su formación y la formación integral de sus estudiantes, manifiesta a diario la importancia de la educación y se lo comunica a toda la comunidad, por lo que es respetado por sus alumnos y colegas.
- Mantiene control sobre sí mismo; sus reacciones son prudentes y atinadas; esto quiere decir que no grita ni amenaza a sus estudiantes en la sala ni en el patio bajo ninguna circunstancia, el Profesor trabaja metódicamente, aún cuando los alumnos y alumnas no han alcanzado los resultados u objetivos planteados, no pierde la calma en condiciones adversas, el Profesor maneja las situaciones. No se hiperventila, ni se confunde, no actúa impulsivamente, está plenamente consciente que es un modelo para los estudiantes, por lo tanto sabe que su actuar equilibrado hará que los estudiantes sigan su ejemplo, sean ponderados y tranquilos también.
- Es coherente; lo que dice y sus actos están en sintonía con su pensar, y por supuesto con la forma en que lo comunica. Los estudiantes saben con certeza que lo que dice, se cumple. El Profesor es sinónimo de esfuerzo, de trabajo, de alguien en quien confiar, porque está seguro de lo que hace y tiene plena convicción en que lo que hace va en directo beneficio de los alumnos y no tiene otro fin que no sea el aprendizaje de los estudiantes.
- Es mediador; porque confía no sólo en él, sino también en las condiciones de sus estudiantes, da el espacio necesario para que los alumnos realicen su propio esfuerzo, sin estar interviniendo siempre, permite que se equivoquen; frente a una pregunta no da respuestas ni soluciones inmediatas y deja que el estudiante falle y lo intente las veces necesarias hasta llegar su objetivo; lograr el aprendizaje. Sabe que en este proceso de aprender haciendo, el estudiante se puede equivocar y es el profesor quien da el espacio para facilitar el proceso de toma de conciencia para que sean los mismos estudiantes quienes hagan los ajustes necesarios, corregir y lo vuelvan a intentar, el profesor sabe que la independencia es hacer por sí solo lo que hasta ahora alguien tenía que hacer por uno , quizás para lograr la mediación es importante confiar en nuestros alumnos, es importante dejar de resolver todos sus problemas, dejar de sentir aprensión y miedo a que no “podrán” e intentar alejarlos del fracaso para no dañar su autoestima, en ocasiones intervenimos desmedidamente, a pesar que muchos de los objetivos primordiales de la educación es desarrollar la autonomía en los estudiantes.
- Es sistemático; Mantiene una línea metodológica y la sostiene en el tiempo, convencido que es la forma de desarrollar conocimiento; no cambia continuamente su manera de enseñar; lo que hace variar es su estrategia y los ritmos en la entrega de la clase; el objetivo se mantiene.
- Es claro; cuando les dice a sus estudiantes: “pórtense bien”, ellos entienden exactamente lo que éste quiere decir, y lo que eso involucra; ya ha sido trabajado en un conjunto de normas que forman parte del acuerdo tácito entre Docente y estudiante; sus alumnos saben qué actitud el Profesor espera que tengan en el inicio, desarrollo y cierre de la clase. No necesita repetir muchas veces las instrucciones, sus alumnos no se preguntan constantemente ¿Qué hay que hacer? ¿qué fue lo que dijo el Profesor? Cada vez que da una instrucción, ésta es precisa, puntual, breve. Sabe que su voz es también una herramienta pedagógica, por lo tanto el Profesor la utiliza con habilidad; es firme y elocuente, mas no violento. Su instrucción es precisa y clara, entonces alzar la voz o hacerla destemplada no tiene sentido para él. En una encuesta realizada por los autores norteamericanos Harold W. Stevenson y James W. Stigler, The Learning Gap, en el que se recogen diez años de investigación, más de cuatro mil horas en salas de clases a nivel de enseñanza básica, en Chicago, Minneapolis, Sendai, Beijing y Taipei una de sus consultas a los profesores asiáticos fue ¿cuál era una de sus mayores cualidades? las cualidades más citadas por los maestros chinos , fueron factores relacionados con la habilidad para dar explicaciones claras.
- Cree que todos los alumnos pueden aprender; reconoce que hay diferencias en sus alumnos en cuanto al aprendizaje, por lo que entiende que hay alumnos que necesitan menos esfuerzo para aprender algunas materias, y que sus alumnos que pueden presentar alguna dificultad para el aprendizaje, tienen que sistematizar y automatizar aún más su trabajo, practicar más que otros compañeros, hacer que se enfrente a sus obstáculos, no evitarlos, sino que muestra como vencerlos; jamás resuelve por ellos, porque sabe que a través del trabajo continuo y el propio esfuerzo diario; el alumno irá mejorando los resultados y en vez de centrar su hacer en la autoestima del alumno, le exige el esfuerzo justo , logrando una buena autoestima como consecuencia del propio esfuerzo del estudiante que con el tiempo podrá dirigir su atención a lo nuevo que va a aprender y que mejorará sus resultados . Estos alumnos alguna veces suelen ser disruptivos, por lo que necesitan aprender hábitos y no dejar gobernarse por caprichos; para que así estos nuevos hábitos sigan siendo usados en todo el periodo de escolaridad, casi sin darse cuenta.
- Centra su energía en el aprendizaje y el conocimiento; este profesor es un profesional que se siente, no sólo con la capacidad de enseñar una materia o asignatura, sino que también es capaz de adaptar la enseñanza y actualizar este conocimiento según el nivel al que se dirige, utilizando recursos personales, como su madurez, responsabilidad, versatilidad, habilidad social y su energía mental, etc. Reconoce la importancia del contenido, y lo perjudicial que significa en un alumno no recibir de manera correcta una materia específica, muchos contenidos para los alumnos son un territorio desconocido; este profesor se preocupa de enseñar datos correctos para que sus estudiantes adquieran una formación que será base para los siguientes niveles; el docente ocupa un lenguaje correcto dentro y fuera del aula, tiene un vida intelectual propia que alimenta su mente y enriquece su quehacer docente, pero también sabe enseñar a trabajar, exige esfuerzo intelectual por parte de los alumnos, no da respuestas inmediatas, sabe que el adquirir conocimiento y aprendizaje sobre todo en ámbitos científicos requiere un esfuerzo y disciplina que se construye de forma sistemática y a largo plazo, y también reconoce que dirigir la atención es una tarea que regularmente no es algo que en el estudiante se muestre espontáneamente, sino que sabe que hay aprender haciéndolo. Este docente dispone de conocimientos sólidos de su área de conocimiento que se van incrementando cada año, aprende cada vez a estructurar mejor y más claramente sus presentaciones y se perfecciona para entregar su conocimiento de manera eficaz, por lo que se prepara de la mejor manera para estar al tanto, actualizado y así lograr nuevos aprendizajes. Un profesor que domina sus materias, no solo enseña conocimiento y virtudes de índole intelectual, sino también de forma transversal entrega valores como el respeto, la responsabilidad, la honestidad, el tener la mente abierta y el hábito de reflexionar.