Actividad para mitigar tus molestias físicas… Combatir el dolor crónico con menos reposo
Un dolor es crónico cuando ha durado más del tiempo de sanación habitual del cuerpo. Después de un mes de haberse sanado una lesión o cuando la molestia persiste más de 3 meses. Si transcurridos tres meses con un dolor adicionalmente sientes fatiga, ansiedad, depresión y una mala calidad de vida, es probable que puedas mejorar incorporando como habito ciertas prácticas deportivas, previa consulta con tu médico.
Por mucho tiempo, cuando alguien padecía un dolor crónico se les prescribía o recomendaba descanso. Sin embargo, los especialistas han variado las estrategias, ya que mantenerse activo es tan necesario para la salud como saber reposar, por lo que existen nuevas formas de atender el dolor e incluso para paliar y resolver los problemas asociados.
¿Cuáles son las mejores disciplinas o movimientos más eficientes para lograr que nuestros músculos y/o articulaciones experimenten menos molestia? Conversa con tu especialista de confianza sobre el tipo de ejercicio adecuado para tu lesión, tomando en cuenta el dolor que sientes, tu nivel de aptitud física y las actividades que te gustan.
Si el nivel de tu dolor crónico lo permite, caminar es la forma perfecta de acondicionarte, pues se trata de un trabajo cardiovascular que traslada “cargas”, las equilibra, te facilita mermar la rigidez y el dolor muscular más articular. Caminar aumenta tu flujo sanguíneo y por consiguiente el oxígeno, lo que subirá tu energía y potenciará la neuroplasticidad.
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Flotar en el agua puede ayudarte si sufres algún tipo de dolor músculo-esquelético o articular. Para la mayoría, nadar o realizar ejercicios en el agua relaja los músculos, mejorar la salud cardiovascular, aumenta la fuerza muscular, además de incrementar flexibilidad, con lo cual, mejorará la tensión que genera el dolor. Los movimientos en el agua trabajan los músculos claves en la espalda, hombros, piernas, torso e incluso, favorece la neuroplasticidad como el caminar.
Por otra parte, el yoga también puede ser muy útil para bajar los niveles de dolor crónico si adoptamos sus posturas sencillas, de acuerdo a las recomendaciones del Centro de Artritis Johns Hopkins. Las técnicas de respiración usadas en el Yoga pueden ser favorables, así como los estiramientos y la fuerza aplicada en algunas de sus posiciones. Además, la meditación basada en la conciencia plena que implica y propone esta disciplina contribuyen a reconocer y aceptar el dolor crónico. Ahora bien, el yoga en pacientes con patologías o dolor siempre debe ejecutarse con la supervisión de alguien especializado.
Por último, el pilates, es otra de mis recomendaciones, ya que esta disciplina puede favorecernos de muchas maneras al regalarnos fuerza mental y corporal, nos otorga resistencia, estabilidad, mejor postura, equilibrio y menos síntomas de dolor; sin embargo, al igual que el Yoga, el Pilates requiere instrucción, además de supervisión especializada en los casos de dolencias preexistentes.
Yo soy un ejemplo, de que tener una dolencia crónica y una lesión controlada, no impide movernos y que ese movimiento, por el contrario, realizado de manera adecuada, puede mantenernos fuertes y alejados del dolor.