Adaptación a través del liderazgo combinado
Liderazgo combinado para el nuevo paradigma
Aunque a veces lo parezca, no estamos llegando al fin de los tiempos. Es solo cambio. Más rápido y dramático de lo que a veces podemos gestionar, como son estos duros tiempos de pandemia, bloqueo económico y confinamiento.
Todo ello nos conduce a un ecosistema más cambiante e impredecible que nunca, que los expertos, hasta ahora, calificaban como de VUCA (acrónimo en ingles de volatilidad, incertidumbre, complejidad, ambigüedad) y que ahora, arrastrados por una situación casi distópica, ha sido rebautizado como VUCAC, con el añadido del acrónimo que define estos tiempos, Covid-19.
Un entorno que se ha convertido en una variable clave en la planificación estratégica de las empresas, condiciona el valor aportado a los clientes y el estilo de vida de sus empleados.
Hace 20 años, era una rareza absoluta y ostentosa pasearse de la mano con un teléfono -pretendidamente- móvil. En 2025, con 9.000 millones de líneas en activo, la telefonía se ha convertido casi en un apéndice más de nuestros cuerpos. Quizás pronto lo sea del todo.
Y a la espera de transfórmanos como individuos, la tecnología ya está transformando nuestro entorno. Todo nuestro entorno. Y ya no solo en la forma de disfrutar del ocio, sino también en los negocios, en el ecosistema de las empresas, en la forma de trabajar con y dentro de ellas, en los modelos de relación entre empresas, instituciones y sociedad.
Por tanto, tener las claves para gestionar ese cambio se ha convertido en una exigencia para ser más ágiles.
Paraménides, Heráclito y Demócrito, gurús del Management
Parece que acabamos de inventarlo todo, incluso los entornos cambiantes e imprevisibles. Pero no. La verdad es que la pregunta “¿Hay que cambiar ante las amenazas del entorno?” ya era foco de debate ente los filósofos europeos hace más de 25 siglos.
En Mileto (Grecia), el filósofo Parménides concluyó que ningún cambio verdadero es posible, a pesar de las evidencias que jalonan el entorno natural. Para él, meras ilusiones de los sentidos. Por tanto, en su opinión,
“No hay nada que se pueda convertir en algo distinto a lo que es”.
Una postura que se vería radicalmente impugnada por Heráclito, para quien los cambios constantes son la característica más básica de la naturaleza. Suya es la famosa imagen de que no podremos nadar dos veces en el mismo río, en la medida en que ni el agua ni nosotros seremos los mismos. Por lo que Años más tarde llegaría el compromiso entre las dos teorías, tercera vía en la que ni la primera estaba del todo en lo cierto, ni la segunda estaba del todo equivocada.
“Lo único constante es el cambio”
Para demostrarlo, Demócrito “inventó” los átomos, elementos pequeños, indivisibles e inmutables, cuya combinación sería la responsable no solo de la creación de la materia, sino, a través de sus infinitas combinaciones, de los todos cambios observables.
Un reflejo de la filosofía en la empresa
Estas tres corrientes filosóficas griegas pueden verse reflejadas en el espejo del mundo de la gestión empresarial.
Por un lado, el líder Parménides, que cree que, por muchos esfuerzos que se realicen, las cosas son como son y nada va a cambiar. Sistemas estables, inmutabilidad, prevención por delante de reacción. En términos empresariales, poca tolerancia a la ambigüedad y orientación a la seguridad, contención de costes por encima de inversiones, jerarquías industriales y de comunicación unidireccional y controlada.
Por el otro, el líder Heráclito que, por el contrario, se mueve. Inmerso en su teoría de la fluidez, piensa que los sistemas sociales tienen la capacidad de adaptarse a las circunstancias, como hacen los fluidos, adoptando a las formas/demandas necesarias en cada momento. El sociólogo, filósofo y ensayista Zygmunt Bauman es su abanderado. Aquí, las empresas necesitan fluir, adaptarse y transformarse ante los nuevos entornos. Y ya no solo gestionar el cambio, sino también su velocidad para poder acomodarse a cualquier grado de tensión.
En el punto intermedio se encuentra el líder Demócrito, con su teoría atómica. Para este líder, las empresas son entes que se adaptan y permutan al ritmo de las presiones internas o externas. Pero ese cambio es producto de la combinación de los átomos que las forman: las personas, los elementos más pequeños, indivisibles de la empresa. Y la permutación se produce a raíz de las modificaciones en la configuración de las conexiones entre esos “átomos” básicos.
Si te parece interesante la lectura y quieres seguir profundizando, puedes descargar el paper con el contenido completo en este enlace:
IT Auditor | Information Security and Business Continuity Management | IT Governance and Strategy | Data Protection | Cybersecurity
4 añosLa clave está en saber cuándo actuar como Parménides, Heráclito o Demócrito, o una mezcla de las diversas combinaciones. Por otro lado, el ser humano es muy complicado. Si bien estos modelos ayudan a entender mejor nuestras debilidades, debemos recordar que son eso: modelos de una realidad mucho más compleja. Me ha gustado mucho el trabajo. Gracias Raquel!!!
E- Commerce Manager - Consultor - Formador - Coach
4 añosMuchas gracias Raquel por este artículo. Absolutamente de acuerdo en que la situación actual no es ni más ni menos que una situación de cambio, con un coste social y en vidas demasiado alto y doloroso, pero una situación de cambio que como tal tiene que ser afrontada para salir reforzado. De nuevo gracias por el artículo y el paper. Un abrazo