ADMINISTRACIÓN DE PERSONAL EMBARCADO (1a. parte)

ADMINISTRACIÓN DE PERSONAL EMBARCADO (1a. parte)

LA VIDA A BORDO.

La vida a bordo de un barco es una EXPERIENCIA ÚNICA, muy difícil de comparar con un trabajo en tierra. Ser parte de la tripulación del barco, te ofrece la posibilidad de viajar y conocer diferentes países, nuevos lugares y paisajes, permitiéndote a la vez, interactuar con un sinnúmero de personas. Todo esto puede convertir al MARINO MERCANTE en una persona con una conciencia y amplitud de perspectivas hacia problemas y realidades del mundo, difíciles de entender para una persona de tierra.

La buena marcha de un barco exige una coordinación entre los miembros de la tripulación, además de cumplir una serie de necesidades físicas. Todos deben conocerse y cooperar en la solución de problemas personales. Ello recae sobre todos los miembros de la tripulación, porque, el cuidado del CLIMA LABORAL es tan importante como el mantenimiento del barco. La camaradería y el espíritu de equipo deben ser prioritarios para todos en el barco.

No obstante, hay que considerar el hecho de que este tipo de actividad profesional implica una serie de problemas y dificultades, para las compañías navieras que deben atender PROBLEMAS INUSITADOS derivados de la forma en que se desarrolla la vida a bordo de un barco, tratándose, sin duda, de una ocupación que requiere, además de un interés verdadero, la calificación y cualificación del profesional encargado de atender estos asuntos.

EL ADMINISTRADOR NAVIERO.

Existe una jerarquía interna abordo, presidida por el CAPITÁN del buque, que es la máxima autoridad del mismo. Todos los miembros de la tripulación deben acatar sus órdenes e instrucciones. Los nuevos tripulantes deben ser adecuadamente INFORMADOS sobre este hecho, durante su proceso de adaptación al puesto, con el fin de adquirir el necesario conocimiento acerca de los diferentes rangos de a bordo.

Así, un ADMINISTRADOR INEXPERIMENTADO, puede llegar a contratar tripulantes propensos a sufrir mareos o náuseas a bordo, o tripulantes que caen en estado de pánico por encontrarse la embarcación ante condiciones climatológicas adversas o, incluso cuando se presentan fallas mecánicas mayores. Igual sucede cuando el RECIÉN CONTRATADO se rehúsa a participar en tareas de emergencia, solo porque éstas se desarrollan fuera de su jornada de trabajo o, aquel que se queja constantemente, por permanecer largos periodos en situación de confinamiento extremo y alejado de la familia, amigos y posibles relaciones.

PROCESOS ADMINISTRATIVOS

Dependiendo del tipo de empresa, al tripulante, se exigirá la documentación que acredite su debida calificación y certificación, de conformidad con las disposiciones del CÓDIGO STCW, lo que incluye: Certificado de aptitud física y psicológica, constancias de participación en los cursos estatutarios o normativos (cursos modelo OMI) y certificados por parte de la Autoridad Marítima.

Dependiendo también de las POLÍTICAS de la compañía naviera, todos deberán contar con sus pasaportes y es recomendable que cuenten con la visa americana tipo C1/D Múltiple, independientemente de que deben contar los documentos personales que faciliten la solución de posibles problemas de pagos y/o tramitación de documentos.

La parte documental, relacionada con el CÓDIGO ISM, debe tomarse muy en serio, por lo que un solo documento faltante puede acarrear consecuencias muy desafortunadas para la operación comercial del buque. Asimismo, se debe tomar particular atención, con los DOCUMENTOS APÓCRIFOS, los cuales generan graves conflictos ante las autoridades marítimas y portuarias.

PROBLEMAS INUSITADOS

Al interior de una compañía naviera, el manejo y control del PERSONAL EMBARCADO es parte de la administración como tal, sin embargo, una actividad cargada de problemas inusitados, de toda índole.

Muy a pesar que los salarios son altos en comparación con los trabajos en tierra, los ÍNDICES DE DESERCIÓN, a bordo de los buques son elevados. Las causas pueden ser varias, atribuidas unas, al clima laboral a bordo y otra al alma de mercenario que han generado algunos elementos que integran la gente de mar.

Estos actos son mucho más sensibles, cuando el tripulante presenta renuncias antes de finalizar su contrato, e incluso renuncias a bordo antes del zarpe. Como consecuencia de una DESERCIÓN DE ÚLTIMO MINUTO, la embarcación podría incumplir con las disposiciones del Certificado de Dotación Mínima de Seguridad, ante la Autoridad Marítima, quedando también inmersa en un problema, por contravenir lo establecido en el MANUAL DEL SMS de la compañía.

…… Fin de la primera parte

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