AFGANISTÁN y su tormentoso camino

Foto Mapa Atlas Pixabay

Afganistán es un país montañoso sin salida al mar ubicado en Asia que limita con Pakistán al sur y a este con Irán y al oeste con Turkmenistán, Uzbekistán y Tayikistán al norte y con China al noroeste a través del llamado corredor de Waján. Kabul es la capital de Afganistán y su ciudad más grande con una población estimada de 4,6 millones compuesta mayormente por pastunes, tayikos, hazaras y uzbekos, que son algunas etnias de Afganistán.

Este país que se constituye exclusivamente de forma multiétnica y tribal como bien señala su himno nacional y Constitución donde se menciona un total de 14 grupos étnicos diferentes está gobernado desde el 15 de agosto de 2021 por el Emirato Islámico de Afganistán controlado por los talibanes tras la retirada de las tropas occidentales y las instituciones de la internacionalmente reconocida República Islámica de Afganistán tras la toma de la capital de Kabul por los talibanes.

Para entender la situación actual en esta parte del mundo hay que hacer memoria y acudir a parte de su historia. Si acudimos a la historia más moderna Afganistán vivió su independencia a principios del siglo XX manteniendo un régimen monárquico hasta 1973, fecha en la que se estableció la República de Afganistán hasta que en 1978 la Revolución Saur de inspiración comunista estableció la Republica Democrática de Afganistán. La intervención de la entonces Unión Soviética en apoyo del gobierno comunista inició la guerra de Afganistán (1978-1992) contra la guerrilla islámica, que recibió el apoyo de Estados Unidos, Arabia Saudita, Pakistán y otras naciones occidentales y musulmanas.

Posteriormente los soviéticos se retiraron en 1989 pero la guerra civil eternamente creada en este territorio prosiguió hasta que en 1996, los talibanes establecieron el Emirato Islámico de Afganistán basado en su interpretación de la Sharia o ley islámica.

La palabra Sharia significa literalmente “el camino a la paz”. Para los musulmanes con la sharía se guían todas las actividades durante su vida incluidas las rutinas diarias, las obligaciones familiares y religiosas, y los negocios financieros. Esto proviene del Corán o “libro sagrado del islam” (palabra de Dios revelada a Mahoma y transmitidas oralmente hasta el Califato de Uthmán ibn Affán que tomaron la forma de 114 capítulos) y de la Sunna (dichos, prácticas y enseñanzas de Mahoma). Todo ello en consenso con la comunidad musulmana que juega un papel importante en el devenir de la sociedad.

La sharia se constituye no solo como un código religioso sino también como un código de vida que codifica la conducta y rige todos los aspectos de la vida de los creyentes y practicantes musulmanes. Por tanto por ejemplo los tribunales de justicia según los talibanes se instituyen como tribunal islámico y velan por su cumplimiento. Dichas prácticas clásicas de la sharia implican desgraciadamente graves violaciones de los derechos humanos o crímenes de guerra o de lesa humanidad. Y aunque existen países del mundo islámico que discrepan en esa actuación no se han definido de forma completa como Estado Islámico y han adoptado parcialmente en su legislación elementos de la sharia en áreas como las herencias y los testamentos o regulación de las actividades bancarias y de los contratos para mantener un equilibrio social y religioso delicado pero posible.

Afganistán desde la memoria siempre ha sido un lugar de conflicto bélico. La Guerrilla islámica de Afganistán que recibió en su momento el apoyo de Estados Unidos, Arabia Saudita, Pakistán y otras naciones occidentales y musulmanas para que los soviéticos se retiraran en 1989 mantuvo la guerra civil que prosiguió en 1996 mientras los talibanes establecían el Emirato Islámico de Afganistán.

Fue en 2001 tal vez en reacción directa a los atentados del 11 de septiembre de 2001 en EUA que una coalición internacional de la OTAN liderada por EUA entró en el país para derrocar a los talibanes y colocó en el poder al gobierno que constituye la Republica Islámica de Afganistán dando inicio a una nueva guerra de Afganistán.

En 2014, EUA y la OTAN declararon formalmente que abandonaban la guerra pero mantuvieron tropas en el país en apoyo al gobierno. En septiembre de 2020 el gobierno y el Talibán –que controlaba más de la mitad del territorio nacional- iniciaron negociaciones “históricas” con el fin de alcanzar la paz y constituir un nuevo régimen constitucional, para combinar ambas visiones del Estado islámico. Las negociaciones no prosperaron y las partes siguen en conflicto a día de hoy con ventaja para el talibán. 

El 14 de abril de 2021, el secretario general de la OTAN Jens Stoltenberg, dijo que la alianza comenzaría a retirar sus tropas de Afganistán antes del 1 de mayo. Poco después de que comenzara la retirada de las tropas de la OTAN, el Talibán lanzó una ofensiva contra el gobierno afgano, avanzando rápidamente frente al colapso de las fuerzas del gobierno afgano. Según un informe de inteligencia de Estados Unidos, era probable que el gobierno afgano cambiara de gobierno dentro de los seis meses posteriores a que la OTAN completase su retirada del país.

El 15 de agosto de 2021, cuando los talibanes controlaban una vez más la gran mayoría del territorio afgano que  comenzaron a capturar la ciudad capital de Kabul con evacuaciones a gran escala de civiles, funcionarios gubernamentales y diplomáticos extranjeros a través del Aeropuerto Internacional de Kabul controlado por las fuerzas de los Estados Unidos. Al parecer, se ordenó a los combatientes talibanes que no interfirieran en las evacuaciones de civiles y que dejaran salir de la ciudad a quienes quisieran

Actualmente la situación en Afganistán es crítica. Y la información que llega es caótica. No sabemos si es un bulo que el 16 de agosto de 2021 la bandera blanca del Emirato ondeaba en el palacio presidencial de la capital, Kabul tras abandonar el presidente afgano, Ashraf Ghani, junto al vicepresidente Amrullah Saleh el país. Según Ashraf Ghani lo hacía para “evitar un baño de sangre”, ya que temía que “innumerables patriotas fueran martirizados y Kabul destruida” si él se quedaba. Hoy países como España no pueden ayudar a salir de Afganistán a sus colaboradores durante la Campaña Humanitaria.

Después de haber derrocado al gobierno talibán gracias a la intervención en el país de la coalición liderada por EUA a finales del 2001 se instauró un sistema político con elecciones parlamentarias. En 2010 fueron convocadas nuevamente elecciones y desde 2014 y hasta 2021 el presidente designado libre y democráticamente fue Ashraf Ghani. Y las Naciones Unidas fueron cruciales en la reconstrucción democrática de un país que hace muchos años que está en “reparación” para establecer el orden interno del país.

Hasta hace 10 días el parlamento de Afganistán era bicameral es decir se regía por dos cámaras: la Cámara de los Ancianos y la Cámara del Pueblo. A partir de ahora no se sabe cómo se desarrollará políticamente el país porque el talibán decidirá cómo se desarrollará y sobre todo como se relacionará con el resto de la comunidad internacional.

Solo podemos pensar en que Afganistán es considerado a nivel occidental como un país peligroso para las mujeres y niños si se toman en cuenta factores como la salud, la violencia y la discriminación. Según una encuesta realizada por la Thomson Reuters Foundation en 2011 y el International Rescue Committee, las mujeres corren mayor peligro por falta de acceso a servicios médicos y por la violencia de sus congéneres que a las propias bombas. De forma anecdótica decir que la violación a una mujer no está penada por la ley.

Y durante el gobierno  talibán las mujeres debieron taparse la cara para poder ver a un hombre que no era su padre, marido o hijo. Para ello se cubrían con el  burka completo (pieza de tela que cubre la cabeza y deja solo una rejilla de tela para ver). No podían salir solas de casa y ser azotadas públicamente era el castigo por mostrar los tobillos, usar tacones altos, lavar ropa en público, asomarse al balcón de su casa, viajar en taxi sin su tutor legal (padre, hermano o marido). También eran castigadas por apariciones públicas, ya fuera en revistas, libros, televisión, radio, o incluso baños públicos, ir a reuniones donde hubiera hombres o estrechar la mano o tocar a un hombre que no fuera su marido.

Y las mujeres tenían prohibido trabajar, hacer tratos comerciales, usar maquillaje, pintarse las uñas, reírse en voz alta, vestirse con colores, ser fotografiadas o filmadas. Y lo más preocupante es que las mujeres tenían prohibido estudiar (excepto la religión). La mujer tenía vetado la educación y la formación. De este modo los derechos humanos de las mujeres y niñas eran constantemente subyugados en pos de creencias religiosas y culturales. Y tampoco tenían la posibilidad de cambiar esa situación ya que no podían acceder a la función pública o a la política ya que eran perseguidas y acosadas si lo intentaban o reclamaban de alguna forma.

Y aunque la Constitución Afgana de 2004 mejoró la situación de la mujer porque prohibió cualquier tipo de discriminación y distinción entre los ciudadanos de Afganistán lo cierto es que aún se han sancionado leyes inconstitucionales contra las mujeres como la que obliga a obedecer las exigencias sexuales de los esposos barones y otorga a estos el derecho a retirar la manutención básica de los alimentos si ella se niega, o que otorga la custodia de los hijos exclusivamente a los varones, o que no esté penada la conducta de violencia doméstica contra la mujer.

Lo cierto es que la situación ahora cambiará y con toda seguridad se hará más dura para las mujeres y niñas afganas. Ahora entre otras cosas no podrán ir a la escuela más que a aprender el Corán.

Dice la estadística que a partir de 2006 más de 4 millones de alumnos de ambos sexos estaban inscritos en todo el país aún con los obstáculos significativos en la educación en Afganistán debido a la falta de financiación y normas culturales. Me pregunto cuántos alumnos y alumnas habrá el próximo curso en Afganistán.

También me pregunto qué pasará con la falta de profesorado ya que los padres no dejan tampoco que sus hijas tengan clase con un hombre y como hay pocas mujeres que accedieron a la educación no hay tampoco maestras para las niñas y mujeres que no pueden disfrutar de la riqueza cultural de un país que tiene una historia compleja fruto del cruce de caminos de múltiples rutas comerciales e imperios que lo conformaron en la antigüedad creando una cultura afgana multilingüe y multiétnica que desde hace al menos 50.000 años ya estaba presente y que se han descubierto en excavaciones en yacimientos prehistóricos. Restos prehistóricos  que han demostrado que las comunidades agrícolas de la zona de la actual Afganistán fueron de las primeras que existieron en torno a la agricultura en el mundo. Y esa zona se convirtió en un territorio que fue un punto de encuentro donde numerosas civilizaciones interactuaron a lo largo de la historia hasta llegar a convertir a Afganistán en el hogar de varios pueblos durante diferentes épocas.

Un pueblo que destacó en Afganistán fueron los iranios, que tuvieron una importante función en el desarrollo de las civilizaciones en Asia Central. El territorio fue incorporado a importantes imperios como el Imperio Aqueménida, el Imperio Macedónico, el Imperio Maurya y el Imperio Árabe.

Hoy Afganistán es un país extremadamente pobre, con una alta dependencia en la agricultura, pues la mayor parte de la población trabaja en el sector agrícola cultivando cereales, frutales, frutos secos, algodón y papaya. La mayoría de las actividades agrícolas en el país se realiza en las llanuras del norte, cerca de las fronteras con TurkmenistánUzbekistán y Tayikistán. También hay importantes rebaños de ovejas karakul, así como artesanía de alfombras. Pero en Afganistán también existen importantes reservas de gas natural explotadas a baja escala por empresas de capital estadounidense. También existe una pequeña pero cada vez más importante industria textil y alimentaria emergente. Ya que la agricultura es la principal fuente de ingreso de este país, pues se cultiva principalmente trigomaízarrozcebadahortalizas, varios tipos de frutos secosnuecestabacoalgodónremolacha.

También destaca la ganadería en Afganistan con la cría de ganado ovino que origina gran cantidad de carne, además de lana y pieles, para exportación. También se crían allí camellos, burros, vacas y cabras.

Curiosamente destaca una producción agrícola en el país que es la flor de la amapola adormidera de la que se obtienen opiáceos de los que Afganistán es el principal productor ilegal del mundo. De este modo Afganistán está a la cabeza en la producción de opio y sus derivados como la heroína según datos de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito

Desde siempre la economía afgana tiene muy bajo desarrollo debido a la situación de guerra permanente y conflictos bélicos constantes y a la falta de un gobierno central efectivo, y a la fragmentación de la sociedad en grupos tribales. Además la corrupción también existe en Afganistán. Allí la economía ha sufrido bastante debido a agitaciones políticas y militares, así como a una sequía severa que ha añadido dificultades al país desde 1998. La mayoría de la población sufre de insuficiencia de comida, vestido, vivienda, atención médica y otros problemas, todo esto empeorado por operaciones militares e incertidumbre política que siempre ha vivido el país.

La inflación constituye un serio problema. Tras la guerra contra la coalición liderada por Estados Unidos, que provocó el derrocamiento del régimen talibán en noviembre de 2001, muchos de los agricultores cambiaron sus cultivos por pagas en efectivo. En vez de cultivar alimentos para consumo interno dieron lugar a cultivos ilícitos como el de adormidera o amapola para producir opio, el cual se ha incrementado grandemente en las últimas décadas.

A pesar de la labor de la comunidad internacional y el gobierno de Karzai para erradicar los cultivos ilícitos de adormidera o amapola, la dependencia de ésta en la economía del país sigue en aumento. Según la UNODC, en el año 2006 el cultivo de adormidera creció un 59 por ciento y la producción del opio creció un 49 por ciento. En un artículo de la Washington Quarterly, Peter van Ham y Jorrit Kamminga dan más detalles de la economía ilícita del opio en Afganistán y posibles soluciones.

Esfuerzos internacionales para la reconstrucción de Afganistán llevaron a la creación de la Autoridad Interina de Afganistán, como resultado del Acuerdo de Bonn de 2001. Y en enero de 2002, en la Conferencia de Donantes para la Reconstrucción de Afganistán en Tokio, se recolectaron unos 4500 millones de dólares, que serían administrados por el Banco Mundial y que debían reconstruir Afganistán en especial las áreas sanitarias, educativas y de salud para crear un país con mejoras para la economía agrícola, así como de las infraestructuras logísticas en carreteras, energía y telecomunicaciones. Pero hoy 20 años después el país sigue sin haber sido “reconstruido” y sigue en “guerra”. Y lo que es peor seguirá sufriendo la pobreza no solo económica, sino también educativa de toda la población.

Y curiosamente y tal vez ese sea uno de los motivos de tratarse de un país en constante conflicto es un país que tiene riqueza económica ya que por ejemplo la minería no ha sido explotada por completo. Durante la época de los soviéticos se realizaron introspecciones para extraer esmeraldas, cromo, cinc, uranio e hidrocarburos y petróleo. Se cree que solo en la cuenca del Amu Daria hay una explotación de 322 pozos con unos 1000 millones de barriles del Oro Negro sin hablar de los yacimientos petrolíferos de Angut. O del gaseoducto que termina en Uzbekistán y construyeron los soviéticos. O la explotación minera dirigida por China Metallurgical Group Corporation. El oro, la plata, el cobre, el berilio y el lapislázuli han sido explotados en pequeñas cantidades en las áreas montañosas de Afganistán junto al carbón y el gas natural. Hace unos años se publico un hallazgo de litio entre los yacimientos del país. Un mineral necesario para la fabricación de baterías.

Por tanto Afganistán es hoy un país envuelto por muchos intereses donde hoy por hoy mujer y la niña afgana está condenada a no poder disfrutar de poemas escritos en persa y pastún o no aprender a tocar el  dutar o el tanbur o practicar el buzkashi o kokpary tampoco podrá ir a la escuela donde aprendería todo lo que los niños y niñas tienen derecho a aprender porque la EDUCACIÓN es un derecho no un privilegio (articulo 26 de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 10 de diciembre de 1948 en París). Y aunque Afganistán no ratificó la Carta de Naciones Unidas y no hay posibilidad de “obligar” legalmente a un Estado independiente aceptar de forma beligerante las “razones de occidente” si es posible pedir a Afganistán y a su futuro gobierno como hizo la Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay que “no se obstaculice el derecho fundamental a la educación, especialmente para las niñas y las mujeres”. Señala la Directora General de la Unesco, Audrey Azoulay que desde 1948, la UNESCO ha prestado asistencia técnica para reforzar y consolidar la educación en Afganistán. A través de su oficina en Kabul, la UNESCO ha invertido en políticas educativas, especialmente en la enseñanza de las niñas. Mediante una de las mayores campañas de alfabetización de la historia de la Organización llegando a 1,2 millones de afganos de los cuales 800.000 eran mujeres. 

Petición que también se da en la Declaración de ONU Mujeres de 18 de agosto de 2021 donde se pide explícitamente a Afganistán que “proteja los derechos humanos fundamentales de todas las personas, incluidas las mujeres y niñas, cumpla con las obligaciones de proteger a la ciudadanía y permita que el personal humanitario pueda acceder sin restricciones al país para prestar servicios y asistencia oportuna y vital” Uniéndose a la declaración del Secretario de las Naciones Unidas António Guterres, ha instado este lunes 23 de agosto de 2021 a las partes en conflicto en Afganistán, “especialmente a los talibán”, a ejercer la “máxima moderación”, asegurar la ayuda humanitaria y “proteger” a los civiles, después de que los insurgentes hayan conquistado la capital, Kabul. Y solo cabe pedir al Nuevo Estado Afgano que respete la vida y también la educación de quien no podrá ser evacuado de su país. Porque el futuro del ser humano depende sin lugar a dudas y entre otras cosas de su educación para crear o reconstruir un país afectado por la destrucción constante de la guerra y poder alcanzar la necesaria paz futura. Como señala UNICEF “los niños no deben pagar con su infancia este conflicto que se agrava. Los niños y niñas de Afganistán necesitan la paz”.

Foto Paz Pixabay











Inicia sesión para ver o añadir un comentario.

Otros usuarios han visto

Ver temas