Agile #1: Cuando un sprint no sirve para nada
Hoy quiero hablar sobre una cuestión que suele generar controversia:
¿Y si un sprint no sirve para nada?
Es cierto que la metodología Agile se basa en sprints y que estos son una herramienta esencial para desarrollar productos de forma rápida, eficiente, blablabla... Pero, ¿qué pasa si el sprint no logra su objetivo? ¿Es una pérdida de tiempo y recursos?
Os voy a contar mi experiencia (donde más de alguno se verá reflejado).
Teletrabajando en mi primera startup pude ver con mis propios ojos como la metodología Agile se deshacia poco a poco cada semana como una pastilla efervescente.
Las primeras semanas todos estábamos muy motivados, las tareas de la app se iban cumpliendo y los sprints salían satisfactoriamente. En un mes se dejó de hacer Sprint Review, en mes y medio nadie se acordaba de lo que era Agile.
¿La razón?
Vimos que, aun completando los sprints, la empresa no avanzaba, estábamos estancados. No nos paramos en pensar de forma realista cuales eran los objetivos prioritarios y nos centramos en sacar lo urgente pero no lo importante.
Otras de las cosas que puedo destacar es que había tareas totalmente independientes entre departamentos (es normal cuando empiezas, pero lo suyo es converger en un objetivo final). Esto hizo que nadie dependiera de nadie y por lo tanto las reuniones perdieron el sentido de enfocar al equipo.
Todo ello provocó un efecto dominó que hizo que la gente no siguiera sus tareas, no estuviera comprometida y se modificaran constantemente las tareas porque se perdió el foco.
El mayor consejo que puedo dar: Evita nuestros errores
Error 1: Falta de preparación
No se tuvieron claros los objetivos, el alcance y las tareas a realizar, los sprint acababan sin haber conseguido nada significativo.
Error 2: Falta de comunicación
Uno de los valores fundamentales de Agile es la comunicación constante y efectiva entre los miembros del equipo. Si no se mantiene esta comunicación durante el sprint, puede haber malentendidos, falta de alineación y un resultado pésimo.
Error 3: No seguir el proceso
No deja de ser una metodología que se basa en un proceso establecido y documentado. Si no se sigue el proceso correctamente, no se podrán obtener los beneficios que promete la metodología.
Error 4: Falta de compromiso
Es importante que todos los miembros del equipo estén comprometidos con los objetivos del sprint y trabajen juntos para conseguirlos. Si uno o varios miembros no están comprometidos, el sprint puede acabar sin haber conseguido lo esperado.
Error 5: Falta de flexibilidad
Aunque Agile promueve la adaptabilidad al cambio, es importante mantener una cierta estabilidad durante el sprint. Si se cambian constantemente los objetivos o se modifican demasiado las tareas, se puede perder la eficiencia y el enfoque del sprint.
Los sprints son una oportunidad para aprender y mejorar.
Si un sprint no ha sido efectivo, es importante analizar qué ha fallado y por qué mediante estas preguntas:
- ¿Hemos definido bien el objetivo?
- ¿Hemos contado con las herramientas adecuadas?
- ¿Hemos tenido en cuenta todos los factores?
Es importante no caer en la frustración o el desánimo ante un sprint fallido. En lugar de eso, debemos verlo como una oportunidad para aprender y mejorar. Si sabemos qué ha fallado, podremos corregirlo en el siguiente sprint y aumentar nuestras posibilidades de éxito.
En definitiva, bajo mi experiencia puedo decir que un sprint que no cumpla con sus objetivos no es necesariamente un fracaso. Todo dependerá si lo mantenemos lo suficiente en el tiempo, y lo aprovechamos para aprender y mejorar.
¡No te desanimes y sigue adelante!