AGRICULTURA POST-ORGANICA.      
     EL MANGO NUTRABIOTICO
Previo a la primera cosecha de mango kent nutrabiótico en San Rafael-Casma, Ancash, Perú

AGRICULTURA POST-ORGANICA. EL MANGO NUTRABIOTICO

Una forma natural y productiva de hacer
una agricultura más sustentable donde no se agrede al suelo, los cultivos y el ambiente agrícola se está desarrollando en el valle de Nepeña obteniendo consecutivamente exitosas cosechas de palta Hass con tecnología Nutrabiótica. Lo que quiero comentar en este artículo que también, está sucediendo una experiencia parecidad en uno de los principales cultivos del valle de San Rafael en la cuenca del Rio Casma, el mango de la variedad Kent para exportación del Ingeniero Rafael Poma Silva. La Nutrabiótica (biomejoramiento y bioaceleracion energética de los procesos vitales del suelo) y su adopción necesaria está  poco a poco creciendo por iniciativa de algunos pocos productores exportadores y pequeños grupos de agricultores de uva de mesa, maracuyá, palta y mango en los valles de Nepeña y de Casma. La capacitación conceptual y tecnológica en esta nueva forma de hacer agricultura sustentable es la base para la formación de los futuros agentes de desarrollo y de cambio metodológico en este particular y adecuado manejo de la producción agrícola que sea respetuosa del medio ambiente y de la naturaleza viviente del suelo.  Este nuevo sistema de agricultura está basado en la dinámica y potencialidades de un suelo sustentable (o durable) que es la base de un crecimiento y desarrollo sustentable de una nueva forma de agricultura que sea naturalmente eficiente, de pocos insumos, de muy bajo costo y de calidad altamente productiva.  Las Ciencias de la Vida y del Suelo nos aproximan a nuevos conceptos sobre la estructura y la funcionalidad de la Calidad y la Salud del suelo. Un suelo saludable y de calidad es la aproximación científica de un suelo sustentable. Las nuevas tecnologías y metodologías deben ser sustentables para que sean naturales, económicas y eficientes, sin contaminación química ni complicaciones para el agricultor o el productor. Una manera de reconocer que un suelo está en decadencia es observando cuanto más se necesita de los paquetes de productos químicos u orgánicos para poder producir convencionalmente en muchos de nuestros cultivos comerciales y de exportación. En una agricultura química u orgánica los problemas más comunes de la producción agrícola de alimentos y de fibras no se han solucionado ni se tiene la esperanza que así sea mientras no enfoquemos correctamente el principal problema de fondo de la agricultura actual. No se han resuelto con la tecnología convencional vigente la baja fertilidad, la poca productividad, las enfermedades y las plagas del suelo y de los cultivos. Cuantos más abonos orgánicos o fertilizantes y plaguicidas se requieran tanto más pobres y débiles se convertirán los suelos fértiles originales. Si no preguntemos a los agricultores que lo saben desde sus abuelos. La agricultura química y la agricultura orgánica ambas no se diferencian en la aplicación de los excrementos de animales como practica del abonamiento de fondo, en la aplicación de fertilizantes para la reposición de los nutrientes exportados y por la fatiga del suelo, y en la rotación de biocidas o controladores biológicos o en la rotación de cultivos y variedades mejoradas con resistencia genética para el control integrado de las plagas. Todos controlan solamente al parásito pero no curan a la planta y al suelo que está enfermo. Ambos sistemas son reactivos, controladores y no sustentables porque han olvidado el manejo ecológico de la potencialidad productiva del suelo en su estado más natural y más limpio (sin toxinas), el suelo sustentable se convierte para la agricultura necesariamente en la base de la sanidad y la calidad de los cultivos. En un suelo sano solo hay plantas sanas. En el manejo preventivo de la sustentabilidad del suelo se reduce la incidencia y la severidad de las plagas insectiles y de los patógenos. Mejorando la biología del suelo mejoramos la acción supresora del suelo contra los daños causados por las plagas. La supresividad natural de las plagas, la inducción de la resistencia sistémica, la fertilidad natural y la productividad sustentable se basan principalmente en procesos biológicos que gobiernan los procesos químicos en el estado natural de los suelos agrícolas. Sin el crecimiento y desarrollo de los microorganismos nativos del suelo no hay fertilidad biológica ni una eficiente disponibilidad de los nutrientes y sustancias bioactivas (quelatos, antibióticos, enzimas y hormonas naturales) al alcance de las raíces de las plantas. La biomasa y la biodiversidad de los microorganismos nativos del suelo natural sustentable y sus metabolitos nutricionales y energéticos constituyen la materia orgánica activa de muy alta calidad. Los microorganismos nativos son el fermento y el alimento de la buena tierra. La buena tierra es la nodriza y el alimento natural de las semillas y de los cultivos, y de los organismos del suelo. El desarrollo de los cultivares no depende de la riqueza mineral de la materia orgánica adicionada sino de su efecto energético sobre la vida del suelo. El efecto se mide en la formación esencial de la bioestructura superficial del suelo para sostener e incrementar la productividad en forma natural y sustentable. La materia orgánica de alta calidad (carbono fácilmente disponible) sirve especialmente para vivificar el suelo ya que es energía y  alimento de los microorganismos aeróbicos que lo agregan, formando grumos y criando un sistema macroporoso (o bioestructura), donde entran el agua y el aire indispensables a la producción vegetal. Con la decadencia de la bioestructura disminuye la productividad del suelo.
Fundo La Portada. Plantas de mango v. Kent Nutrabiótico

EL MANEJO NUTRABIOTICO DEL SUELO NATURAL SUSTENTABLE

El cultivo nutrabiótico del mango debe ser el resultado del aprendizaje, de la comprensión, y de la adopción de métodos naturales y herramientas tecnológicas nutrabióticas que están basados en principios dinámicos aprendidos del mundo natural. La naturaleza es una entidad muy dinámica que nos enseña cómo hacer la crianza del suelo para producir buenas cosechas y de alto valor biológico sin fertilizantes sin pesticidas (sin herbicidas) sin excrementos sin patógenos sin toxinas. El suelo se considera un recurso no renovable por el extenso periodo de tiempo requerido para formarse, este recurso requiere miles de años para su desarrollo. Desde el punto de vista de la ecología de la restauración, no puede basarse en dejar de hacer, sino en intervenir para favorecer el retorno a determinadas condiciones. En este caso se trata de restaurar los suelos fatigados de uso agrícola para incrementar las condiciones de fertilidad, sanidad, calidad y productividad en el corto y mediano plazo. Se deben utilizar los recursos renovables de la propia finca que son el agua de regadío o agua subterránea o de lluvia, buena luz solar, aire limpio, tierra esponjosa (o coloidal), biomasa verde o seca y biomasa microbiana benéfica nativa, y variedades adaptadas al suelo y al clima de la localidad o del valle. La tecnología adoptada y adecuada debe ser renovable y ecológica para que sea el iniciador que encienda el motor de la fuerza productiva o reproductiva del suelo, la tecnología debe ser natural para que  vigorice al suelo, es decir que alimente y provea de energía a los microorganismos nativos del suelo agrícola. Los insumos energéticos para la alimentación y nutrición de la microbiota del suelo agrícola son la herramienta tecnológica de la Agricultura Nutrabiótica. “Nutrabiótica” significa etimológicamente: <nutrición (energía) de la microbiota del suelo>.

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