Algunas reflexiones sobre la gestión de conflictos. Parte 1: empresas y personas.
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Algunas reflexiones sobre la gestión de conflictos. Parte 1: empresas y personas.

Cuando se acaba un curso es interesante contrastar opiniones para descubrir nuevos puntos de vista, contrastar lo aprendido con tu experiencia profesional e intentar aplicar una parte del curso a tu vida profesional, y personal siempre que sea posible.

Cuando hablamos de los conflictos que pueden aparecer dentro de una empresa, siempre hay que tener presente que cualquier espacio de trabajo implica la convivencia de personas con sus propios intereses e inquietudes, que no tiene por qué ser amigos, pero sí que tienen que trabajar juntos. Es más, la base de cualquier empresa son las personas que la forman, si no saben trabajar en equipo por un objetivo común no es posible el éxito empresarial.

La empresa y las personas que la componen deben estar unidas por unos objetivos claros, con unos roles/puestos establecidos acorde con esos objetivos y con unas normas que garanticen el correcto funcionamiento de esos roles. Las decisiones de la empresa deben estar alineadas con esos objetivos, roles y normas propias de la empresa, además de otros factores más personales como los niveles de confianza y gestión de la información, el compromiso personal y el liderazgo. Cuando se tomas decisiones aparecen conflictos, puntos que deben mejorar y que si los resolvemos adecuadamente nos hacen más fuerte.

La aparición de conflictos es normal en nuestra vida profesional y personal, yo he atravesado un divorcio y ahora soy más feliz, al igual que muchas empresas superan sus conflictos y ahora son más fuertes.

Ahora voy a añadir mi pequeña contribución personal basada en mi experiencia, ¿qué tres factores destacaría en la gestión de conflictos?

Liderazgo, los jefes deben tener los objetivos claros y saber comunicarlos, además de ser líderes, si alguien no está al timón no se puede hacer nada. En ciertas ocasiones un empleado puede tener la iniciativa personal y sacar adelante un proyecto, es cierto, pero sin unos líderes en la dirección la empresa no va a conseguir los objetivos.

La división de trabajo, los roles, deben ser claros en cada puesto. No he visto una fuente más grande de conflictos que los que se generan porque una función queda en el limbo y no tiene ningún responsable, o cuando los compañeros se inmiscuyen constantemente en el trabajo del otro.

La motivación de cada empleado y su compromiso salvan muchos obstáculos, hacen que el trabajo se haga más rápido y mejor. La falta de compromiso tiene un efecto demoledor. Un miembro de un grupo de trabajo no comprometido lastra a todos sus compañeros de su grupo y afecta al resto de los grupos con los que coincide, cuidado con las conversaciones en el café, es una fuente inagotable de conflictos. Existe una gran diferencia entre un empleado desmotivado temporalmente pero comprometido con la empresa, ése siempre va a tirar del carro aunque esté triste, y el compañero que siempre está alegre y no tienen ningún compromiso, con ese no se puede contar.

Para terminar, esta última reflexión, si la convivencia en una relación personal es difícil, ¿por qué no lo iba ser también en la vida laboral? Comunicación, empatía y paciencia siempre son las claves de cualquier relación, hablaré de ellas en la siguiente parte.


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