Ambientalismo tendencioso, de quienes se oponen a la Reforma Eléctrica.
Los opositores de la Reforma Eléctrica

Ambientalismo tendencioso, de quienes se oponen a la Reforma Eléctrica.

En relación a los argumentos que con una supuesta base ambientalista, han planteado algunos opositores a la propuesta de Reforma Eléctrica emitida por el presidente Andrés Manuel López Obrador, pongo a consideración de quien me lee, algunos aspectos que, desde el punto de vista estrictamente ambiental, pudieran servir de base para tener más claridad acerca del tema.

En aras de apoyar a las empresas privadas de generación de energía eléctrica, algunos ambientalistas ya sea de manera tendenciosa o por falta de apertura de miras o de conocimiento, faltan a la verdad o en el peor de los casos, promueven información parcial y tendenciosa, para desinformar o propagar solamente los argumentos que sirvan a los intereses de las empresas, que defienden.

En torno a los aspectos ambientales que pudieran llegar a influir en el tema relacionado con la propuesta de Reforma Eléctrica, expongo aquí, los siguientes puntos:

  1. En los 90’s tardíos, en la Región de la Ventosa, Oaxaca, la Comisión Federal de Electricidad desarrolló el primer proyecto de energía eólica (La Venta I), en tanto trabajaba simultáneamente con incipientes proyectos de generación de electricidad a partir del biogás procedente de los residuos municipales y otros más con tecnología fotovoltaica, sin embargo, estos fueron frenados para dar paso a la instalación de parques solares y eólicos de empresas trasnacionales (en lo personal, me tocó colaborar desarrollando estudios de factibilidad ambiental, para esos proyectos de la CFE).
  2. Es un hecho de que la generación de energía a partir de aerogeneradores o celdas fotovoltaicas, “contamine menos que la generada mediante el uso de gas natural o combustóleo”, sin embargo, los detractores de la Reforma Eléctrica, han tratado de engañar sistemáticamente acerca de ello, pues las posibilidades que tiene la CFE para generar energía, no están representadas en su totalidad por plantas que utilizan combustibles fósiles, independientemente que hoy en día, existen alternativas tecnológicas para controlar las emisiones procedentes de fuentes fijas como son, las plantas termoeléctricas y de ciclo combinado.
  3. Si bien la regulación ambiental mexicana es perfectible, la operación de las plantas generadoras de la CFE, cumplen con las disposiciones ambientales que les aplican (leyes, reglamentos y normas oficiales mexicanas). Las emisiones de partículas sólidas a la atmósfera específicamente (un tema que para algunos de los detractores de la Reforma Eléctrica resulta preocupante), están reguladas por los parámetros de la norma NOM-043-SEMARNAT-1993 que, si bien es un instrumento al que le hace falta actualizarse, su promulgación y propuesta no depende de este gobierno, sino más bien, de aquel que estaba vigente en el sexenio 1988 -1994.
  4. En el marco de la gestión ambiental, las plantas generadoras de electricidad que utilizan combustibles fósiles, han estado implementando las medidas de control aplicables, lo cual se ha demostrado mediante su incorporación al Programa Nacional de Auditoría Ambiental, impulsado por el Gobierno Federal desde 1992 y más allá de los Certificados de Energía Limpia que hoy tanto defienden los detractores de la reforma; dichas plantas han obtenido su Certificado de Industria Limpia, lo que significa que cumplen con las regulaciones ambientales que les aplican y las buenas prácticas de operación e ingeniería (lo que sería más que suficiente para posicionarlas como instalaciones ambientalmente certificadas).
  5. Nos han querido hacer creer que, la generación de energía mediante el viento o la radiación solar, son las únicas consideradas como energías limpias, lo cual es una falacia. Esas dos formas de energía no resultan ser más sustentables que la generada por el movimiento de turbinas impulsado por la caída del agua en las presas hidroeléctricas, ni tampoco por el aprovechamiento del vapor de agua procedente del subsuelo que, luego de condensarse, se inyecta nuevamente en el subsuelo para su reciclaje, como ocurre con la energía geotérmica.
  6. Haciendo un comparativo, la generación de energía eólica o solar, no es más sustentable que la hidroeléctrica y geotérmica, en términos de “mantenerse de manera consistente y constante”, tal como lo hace la propia naturaleza en sus procesos. Más allá del concepto de Desarrollo Sustentable, yo entiendo como sostenibles, a los procesos capaces de mantenerse por tiempo indefinido, como sucede con los procesos naturales, y como ocurriría con una eficiente operación de las instalaciones hidroeléctricas y geotérmicas.
  7. Para que las presas hidroeléctricas operen, es necesario mantener los regímenes de lluvia que satisfagan las necesidades de recarga de esos embalses. Eso implica conservar en buenas condiciones a los ecosistemas naturales de su área de influencia, lo que obliga además, a la regulación de las formas de producción y al aprovechamiento del agua y de los recursos naturales que dichos embalses proporcionan, todo ello desde una perspectiva sustentable (pocas cosas son más sustentables que eso).
  8. En cuanto al cambio climático, la protección de los ecosistemas naturales, preferentemente forestales, en las zonas de recarga y de alta precipitación pluvial como aquellas donde se localizan las presas hidroeléctricas en la riquísima Cuenca de los Ríos Grijalva y Usumacinta por ejemplo, es una cuestión ineludible para mantener la capacidad de generación de electricidad a futuro, lo cual tiene consecuencias favorables en la producción de bienes y servicios ambientales y por supuesto, en la mitigación del cambio climático.
  9. El aprovechamiento no consuntivo que implica la hidroeléctrica y la geotérmica, contribuye a mantener el ciclo hidrológico, y a propiciar la conservación de los ecosistemas naturales, pero también, al aprovechamiento consuntivo del agua y otros recursos como los pesqueros y los recursos pétreos de su zona federal, todo ello por supuesto, mediante la aplicación de políticas de protección ambiental y del cumplimiento irrestricto de la ley.
  10. Aun cuando algunas regiones de México tienen condiciones ideales para la generación de energía eólica y fotovoltaica, apostar únicamente por la generación de electricidad utilizando medios que dependen de condiciones ambientales fluctuantes, como son la velocidad del viento y la insolación, hacen que las posibilidades de generación no sean continuas y por tanto confiables, pues esta disminuye o se detiene cuando la velocidad del viento no es la adecuada o bien, durante la noche o en situaciones de alta nubosidad respectivamente. Lo anterior se complica si consideramos que, hasta ahora, no es posible almacenar la electricidad generada por esos medios.
  11. En la dimensión social, cabe decir que, el posicionamiento de aerogeneradores de empresas privadas en la zona de la Ventosa, Oaxaca por ejemplo, ha dado lugar a abusos en el uso del suelo, así como a marginación y descontento de los arrendadores de los terrenos que ocupan, pues no todos están recibiendo las contraprestaciones que se les prometieron por la renta de esos espacios. Supongo que esto no es relevante para el diputado Gabriel Quadri, uno de los detractores de la Reforma Eléctrica, quien alguna vez expresó que, México sería mejor “si no tuviera que cargar con Guerrero, Oaxaca y Chiapas”, entidades las dos últimas, en las que paradójicamente se generan grandes proporciones de la electricidad limpia que abastece al país.
  12. La distribución de aerogeneradores de empresas privadas en la Ventosa, Oaxaca, da lugar a un efecto de fragmentación del ecosistema en esa importante zona de transición ecológica y de convergencia de rutas migratorias, con sus consecuentes afectaciones en la vida silvestre, en particular sobre algunas poblaciones de aves y de fauna de bajo desplazamiento.
  13. El paisaje de la Ventosa se ha transformado, no precisamente para bien, pues las grandes estructuras de los aerogeneradores y su movimiento, le han dado una configuración que ya no es acorde a la estética y a la identidad de los pueblos y comunidades que habitan ahí, comunidades que por otra parte, no han salido de su rezago económico a pesar de la llegada del “progreso” representado por la modernidad que implica la generación de energías limpias.
  14. Considero que desde el punto de vista ambiental, se deben aprovechar las ventajas competitivas que los propios recursos naturales brindan al país, para una generación de energía eléctrica continua y eficaz (como la hidroeléctrica y geotérmica), complementada por supuesto, por las alternativas que aprovechan las inmejorables condiciones de velocidad del viento e insolación de algunas regiones de México (como la eólica y solar) pero que dada la intermitencia de estas últimas y a fin de lograr la autosuficiencia en ese rubro, la generación se debe complementar con plantas que utilizan gas natural, energía nuclear y finalmente las que utilizan combustibles fósiles más pesados. Todo ello, sin dejar de impulsar en el corto y mediano plazo, la generación de energía mediante el uso de fuentes como el biogás que se produce en los rellenos sanitarios o incluso el gas asociado que se obtiene de la extracción de hidrocarburos; la energía maremotriz, y la instalación de paneles solares, para un verdadero autoconsumo doméstico o para su uso en servicios públicos de zonas rurales alejadas de la infraestructura de transmisión y distribución, incorporando por supuesto, los avances tecnológicos que apliquen a una generación de electricidad eficaz, segura y barata.

En términos generales, considero que la información de corte ambiental que han emitido los detractores de la Reforma Eléctrica del presidente López Obrador, es a todas luces tendenciosa y omite aspectos que todo aquel que se dice ambientalista, debería considerar. Aún me sigue pareciendo contradictoria por decir lo menos, la existencia de “ambientalistas neoliberales” y, a riesgo de parecer de la vieja guardia, me resisto a creer en un ambientalismo que no tenga una visión clara de los ecosistemas y su importancia, que eso mismo no le permita tener un enfoque integral y sobre todo, que no anteponga las condiciones de vida de las personas y otros seres vivos, a los intereses económicos de empresas privadas que producen energías limpias, mediante “contratos sucios”.

JESUS ENRIQUE PABLO DORANTES

Perito por el Colegio de Biólogos de México, A.C. (CBM), en las materias de Impacto Ambiental (2000), Contaminación del Suelo y del Agua Subterránea (2003).

3 años

Estimado José J. Amaya Elías, aunque difiero en algunos de tus puntos, creo que la postura que presentas aporta mucho al diálogo constructivo que requerimos. Los opinadores profesionales son como los activistas ambientales, que son como el periodista de Nota Roja: el escándalo es lo que les genera ingresos. Nunca van a publicitar las soluciones implementadas porque eso no vende. Completando tu comentario, hay un uso indistinto de energías limpias = energías renovables, lo cual perjudica el entendimiento desde el arranque. Saludos

Gerardo E.

Field service Engineer

3 años

Como es de todos sabido la reforma anterior Estaba premeditada y amañada para tronar la cfe y pemex. Y con los contratos leoninos eran insostenibles ambas empresas, claro que los que la defienden se se ven afectados en sus intereses pues se acabarían los privilegios. pero si es aprobada La nueva reforma nos veremos beneficiados la mayoría de los mexicanos.

José Otoniel Concepción Álvarez

Facilitador de servicios de capacitación de expertos instructores.

3 años

Lo felicito estimado amigo por su información, nos ayuda a comprender mejor el tema. Saludos.

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