Amigo, Camarada, Compañero
Estos días, he estado redescubriendo algunas palabras que se utilizan para identificar a aquellas personas cercanas, con las que se suelen compartir vivencias comunes en el día a día.
Palabras muy comunes, pero cuyas etimologías nos hablan desde la real profundidad de un “compartir diario”. Entre estas palabras encontramos: “camarada”, que hace referencia a todas las personas que comparten una cámara, una habitación, un lugar. “Compañero”, siendo quienes comparten el pan, el alimento diario. Y finalmente, “amigo” que son las personas que te aman.
¿Realmente llegamos a vivir ese nivel de compenetración con nuestro entorno? ¿Realmente vivimos estas palabras? ¿o solo se quedan en eso, … en palabras?
A lo largo de los años, he vivido relaciones de altos y bajos. Algunas relaciones que pensé que durarían toda la vida, por decisiones de cambio interno y de valoración, generaron quiebres que no se pudieron reconstruir.
Otras, que, si bien son personas con las que compartes el día a día, no hay una profundidad en la relación misma. El factor de unión es un objetivo común, pero no se suele dar paso a conversaciones más sinceras o a generar lazos más fuertes.
Algunas, han aparecido fugazmente, te dan un consejo que cambia tu vida y luego desaparecen a los pocos días. Estas personas para mi son ayudas en el camino, esos ángeles que necesitas que te guíen justo en ese paso de gran incertidumbre. Cuando el paso ya se da, mágicamente desaparecen y vuelven a su campo habitual de acción.
Y hay unas pocas relaciones se han fortalecido con el paso de los años. Son esos amigos que, a pesar de no estar en contacto a diario, siempre están cuando los necesitas y sobre todo en tus mayores crisis. Algunos son hermanos de sangre, otros son hermanos de alma. Pero sabes, que cuando levantes la mano estarán ahí para sostenerte. Son esas personas que realmente son tus amigos, que te aman y desean lo mejor para ti. Son aquellos que comparten sus momentos de abundancia y te acogen e invitan a su hogar, y también te comparten de su pan en momentos de flaqueza.
Recomendado por LinkedIn
Son compañeros, camaradas y amigos, que están contigo en las buenas y en las malas, y realmente están dispuestos a dar por ti la vida, así como tú por ellos. De ser necesario van contigo al mismo infierno e incluso a batallas temblando, pero el corazón los hace valientes y se lanzan contigo.
Si existen estas personas en tu entorno, cuídalas, protégelas, comparte con ellas, porque son las relaciones verdaderas que nutren tu día a día y que le dan sentido a la verdadera hermandad.
Algunas personas han dejado de creer en ese tipo de relaciones. De tantos sinsabores, ven que son ideales muy altos para que puedan existir en este mundo hoy en día. Te comento que, si bien son difíciles de encontrar, sí existen y más cuando comienzas tú mismo a generar relaciones saludables.
Generar buenas relaciones, no significa que haya que caer en el “buenismo” y creer que todos nos desean lo mejor. Me refiero a no perder el buen trato, el respeto y el amor hacia una humanidad que, aunque sea minoría, nunca morirá si uno la sigue expresando y viviendo en su campo de acción diario.
¡Un gran abrazo y feliz fin de semana!
Hay un libro, que una señora me compartió en el año 2012 y que a veces abro para simplemente buscar inspiración y ver que punto de vista me acerca la vida. Se llama “El Oráculo del Guerrero” de Lucas Estrella, y no se lee de inicio a fin, sino que cuando sientas abres una página al azar y quizás es la respuesta que estabas necesitando escuchar.
¿Te ha gustado y quieres apoyar a nuestra Fundación de Educación? hazlo aquí: Donar