¡Amo mi trabajo! ¡Amo mi trabajo!
Yo soy fan de "El diablo viste la moda", película taquillera y exitosa del 2006, en ella, hay una escena que podría ejemplificar la situación de muchas personas en sus trabajos, la escena es donde Emily, sintiéndose mal físicamente trata de darse ánimos repitiéndose "Amo mi trabajo, amo mi trabajo..." para hacerse recordar que tiene que estar ahí a pesar de cualquier cosa. Esa escena me causa muchos conflictos y me hace reflexionar al mismo tiempo, ya que lo primero que se me viene a la mente es la pregunta: ¿realmente amamos nuestros trabajos? o simplemente nos lo repetimos como Emily todos los días al levantarnos temprano, de camino, estando en la oficina, después de una reunión con el jefe o al emprender el camino de regreso a casa.
El año pasado (2019), la revista Forbes publicó un artículo sobre la insatisfacción laboral en México y mostró que solo 12% de los trabajadores están satisfechos con su trabajo, un 60% está desconectado, mientras que un 28% no duda en afirmar que está totalmente insatisfecho con su empleo. Esta información es totalmente relevante, ya que las afectaciones por una insatisfacción laboral son de gran impacto:
- Afecta directamente a la salud
- Perjudica la productividad
Lo que considero más grave aún, es la auto limitación que nos provocamos, a pesar de no estar satisfechos (de perdida) o sentirnos realizados en nuestros empleos, permanecemos en ellos alimentándonos con la idea de "amo mi trabajo", que más allá de una declaración de realización, es una de resignación, ocultando la idea central de "necesito mi trabajo". Esto hace que mantengamos una actitud pseudo positiva, y que pongamos una sonrisa falsa cada día, pero tanto la "buena" actitud y la "sonrisa" diaria son combustible que se va reduciendo cada día que pasa, llegando el día en el que no soportamos la idea de estar un día más en esa oficina o empresa, llega el día en el que estamos hartos y "explotamos". Es ahí cuando nos gritamos más fuerte que amamos nuestro trabajo para llenarnos de combustible nuevamente, y llegar el siguiente lunes con la sonrisa y las ganas de trabajar. Esto es grave, ya que nuestro cuerpo (de manera integral) se va desgastando ante esta dinámica, se refleja en nuestras frustraciones y los dolores empiezan a aparecer.
¡Debemos ser valientes! Y tratar de hacer algo al respecto, pero, ¿qué podemos hacer?. Necesitamos movernos, cambiar, buscar algo diferente que nos lleve por el camino de la satisfacción y realización laboral, un camino que nos haga realmente crecer y poder decir "con todas las letras" que amamos nuestro trabajo. Esa es la meta.
Se escribe y se lee muy fácil, y no pretendo hacerlo desde un pedestal que me ponga en una posición cómoda y que "con la mano en la cintura" te aconseje que te muevas, pero si estás en una situación de gran insatisfacción o sin motivación, necesitas tomar decisiones que cambien tu situación; ahora, no siempre cambiar de trabajo es la primera opción, se pueden buscar alternativas dentro de la misma empresa: buscar un nuevo proyecto, un reto laboral, cambio de área; pero eso sí, las siguientes opciones sí se tratan de moverte a otro lugar. Los tiempos han cambiado, y la situación actual de contingencia sanitaria que vivimos nos agregan estrés y temor que hace unos meses no se tenían, pero eso ha provocado que los negocios y empresas evolucionen generando nuevas oportunidades laborales.
En la misma película "El diablo viste a la moda", Andy, la protagonista de la historia, debe tomar una decisión similar, después de recorrer varias etapas en su trabajo y estando "en el camino correcto" de su crecimiento laboral, la insatisfacción estaba presente. La protagonista de la película toma la decisión que cambiaría su vida, renuncia, y lo hace para reorganizar sus prioridades, sus deseos y su propia vida. Esa decisión es muy fuerte, pero son más fuertes las consecuencias negativas de estar en una insatisfacción laboral continua. Dejemos de repetirnos que amamos nuestro trabajo como un aliente falso, como un recurso desesperado para auto programarnos de que a pesar de todo, inclusive de nosotros mismos, nuestro trabajo es primero y está por encima de todo.
Busquemos trabajar en donde realmente amemos nuestro trabajo, que amemos lo que hacemos, que nos haga crecer, que nos rete, que nos haga ser mejores cada día, nos haga ser productivos, y sobre todo, en el que cada día aportemos un poco a nuestra propia realización y felicidad.
"Si uno avanza con confianza en la dirección de sus sueños y se esfuerza por vivir la vida que ha imaginado, se encontrará con un éxito inesperado en algún momento."
Henry David Thoreau.