Los signos que muestran que debes cambiar de trabajo
De todos los momentos de la historia de la civilización occidental, quizá este sea precisamente el menos adecuado para replantearnos nuestro futuro laboral, dado que la movilidad entre empleos es mucho más reducida que apenas unos años atrás y resulta más complicado cambiar de aires. Pero, precisamente por ello, quizá debamos mostrarnos más alerta que nunca ante los problemas irresolubles que encontremos en nuestro entorno laboral, ya que nuestra voluntad por aferrarnos a nuestros puestos de trabajo a costa de todo puede arrojarnos a los brazos de diversos problemas de índole psicológica y social. O, simplemente, a malgastar nuestra vida (y talento) en un entorno que nos hace infelices.
El profesor Gerald Brong señalaba en un artículo en Quality Progress que cambiar de trabajo debe ser visto como una oportunidad de mejorar, y por eso mismo, debe formar parte de un plan detallado, concebido de antemano y profundamente estudiado. Sobre todo ahora que estamos en un momento en el que muchos saltan al mercado laboral sin red. Por su parte, el profesor de biomedicina Patrick Lynch realizó una lista para la revista Biomedical Instrumentation & Technology de aquellos detalles a los que sus compañeros deberían estar atentos en su trabajo y su motivación, producto de sus treinta años de experiencia. Y la periodista Elizabeth Conlin utilizó en las páginas de Inc. la historia de Jan Pringle, la fundadora de la agencia de publicidad Pringle Dixon Pringle, que aun sufriendo de desórdenes de estrés no estaba dispuesta a abandonar la firma, para preguntarse: “¿cómo sabes cuándo es el momento de dejarlo?” A continuación, presentamos algunas de las claves que estos estudios han identificados como síntomas de que nuestra relación con la empresa toca a su fin.
Estás quemado
Cuando el trabajo deja de ser divertido, aunque sea de vez en cuando, es signo de que las cosas van mal y que sólo pueden ir a peor. El burnout o síndrome del quemado provoca que nuestro trabajo nos termine pareciendo pesado, nuestra salud empeore y terminemos aborreciendo lo que antes amábamos. Aunque existen estrategias para mejorar la situación, en muchas ocasiones lo único que se puede hacer es, simple y llanamente, cambiar de aires. Al principio, puede tratarse simplemente de sentir más estrés de lo normal, pero cuando los niveles de este pasan a ser inmanejables, es hora de empezar a plantearse una solución, por drástica que sea.
Tu trabajo no es apreciado
Carecer en absoluto de feedback positivo puede indicar dos cosas: en primer lugar que, efectivamente, no estás haciendo lo que se demanda de ti. En segundo lugar, que sí estás realizando lo que se te pide, pero tus superiores no lo valoran. En ese caso, es poco probable que de la noche a la mañana los jefes comiencen a hacerlo si no puedes dar más de ti. A veces no es nada personal; simplemente ocurre con todos los trabajadores de la empresa. En ocasiones, esto se debe a la reputación que una persona arrastra en su vida laboral, y que es muy difícil sacudirse de encima, por lo que a veces es necesario hacer borrón y cuenta nueva y empezar de nuevo desde cero.
Te sientes infrautilizado
Todo trabajo debería implicar un cierto reto hacia el empleado, puesto que es una de las mejores maneras de mantenerse alerta y motivado. La mecanización del trabajo a lo largo del tiempo, que provoca que no tengamos que plantearnos nuevas estrategias o metas, conduce al aburrimiento, y este, al desencanto. Que en ocasiones (especialmente los lunes), puede ser útil, pero no cuando nos quedan décadas por delante en el mismo puesto de trabajo.
Ya te has marchado (mentalmente)
En un estudio publicado en el Journal of Applied Psychology, sus autores, varios profesores de la Cornell University, la Pennsylvania State University y la Universidad de Texas señalan que el abandono mental de la organización suele preceder al físico, es decir, que la falta de conexión con el entorno suele ser el paso inmediatamente anterior a la salida definitiva de la compañía. Un proceso irreversible que muchas veces se alarga y que conviene identificar cuanto antes para no perder nuestro preciado tiempo en algo que ya está terminado.