Amor o Miedo en la empresa.
¿Podríamos afirmar que el amor es la ausencia de miedo?
Si llevamos esta reflexión al mundo de la empresa, podemos preguntarnos qué tipo de emoción necesitamos en nuestros equipos. Si la emoción imperante es el miedo y los circuitos del cortisol toman el control, el foco se estrecha y se concentra en la supervivencia, en la conservación, en detectar las amenazas. Las relaciones se vuelven más susceptibles, cualquiera puede ser un enemigo potencial. Las conversaciones se modifican, escuchamos menos, nuestro lenguaje se vuelve más crítico, duro y exigente, por una parte y más defensivo victimista y resignado, por otra.
Si, por el contrario, la emoción imperante es el amor, el foco se ensancha y aparecen muchas más oportunidades para la creación, la innovación, el aprendizaje, la generación de ideas, el trabajo en equipo basado en la confianza y en la conexión entre las personas. Las conversaciones se vuelven más abiertas y colaborativas y la escucha se hace mucho mayor y más profunda. Los problemas se perciben como retos y oportunidades de aprendizaje y todo el proceso se convierte en una aventura digna de ser disfrutada y vivida con alegría, aun cuando se atraviesen momentos de dificultad.
Desde esta nueva óptica, ¿Te parece que podemos hablar de amor en el mundo de la empresa? ¿Qué tipo de emoción te gustaría cultivar, el miedo o el amor?
Fuente: Centro de Estudios del Coaching - España