Anatomía de perder a un cliente: Desde la superficie hasta la causa real.
Imagina que lideras una agencia de diseño y desarrollo digital.
Después de meses trabajando en un proyecto importante para un cliente, recibes una noticia devastadora.
El cliente decide no continuar con la agencia.
Afirman que están insatisfechos con los resultados y buscan trabajar con otro proveedor.
Esto genera caos dentro de la agencia, y comienza una búsqueda de culpables...
¿fue el equipo de diseño?
¿O el de desarrollo?
¿Fueron las expectativas mal gestionadas?
Aquí es donde comenzamos a descomponer el problema, capa por capa, hasta encontrar el verdadero origen.
Capa de Sintomas o Señales.
El problema más visible es que el cliente decide no seguir trabajando con la agencia.
El cliente se queja de que los plazos no se cumplieron, que el producto final no está a la altura de lo prometido, y que ha perdido la confianza en la capacidad del equipo para entregar lo acordado.
Este es el detonante que pone en marcha la búsqueda de culpables dentro de algunas agencias.
El cliente esperaba una plataforma digital con varias funcionalidades para su negocio. Los plazos se fueron alargando, y aunque la agencia intentó ajustarse, el cliente finalmente se frustró y decidió cortar la relación.
Capa de Fricción Operativa
A medida que analizas lo sucedido, descubres que la verdadera causa de los retrasos no es solo la sobrecarga de trabajo.
El proyecto se estimó mal desde el principio.
No estaba bien definido y era demasiado ambiguo lo que había que hacer.
Esta falta de claridad generó problemas operativos desde el inicio, y las fricciones se hicieron evidentes cuando los equipos no tenían claro el alcance real del trabajo.
Las entregas comenzaron a retrasarse porque las tareas y las expectativas no se alineaban con la realidad del proyecto.
Durante las primeras reuniones con el cliente, no se establecieron claramente los requisitos del proyecto. El equipo asumió muchas cosas y no se hizo un análisis exhaustivo del trabajo necesario. Como resultado, las estimaciones de tiempo y recursos fueron inexactas, y a medida que avanzaba el proyecto, el equipo se encontró con tareas que no estaban previstas ni presupuestadas.
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Capa de Desajuste
Pero al seguir profundizando, notas que la verdadera causa de los problemas operativos no era solo una cuestión de estimación.
Había un desajuste claro entre los equipos.
Los diseñadores y desarrolladores no estaban trabajando en la misma página.
Mientras los diseñadores entregaban prototipos que el cliente aprobaba, los desarrolladores encontraban problemas técnicos al implementarlos.
La falta de alineación entre los equipos generaba un ciclo interminable de revisiones y ajustes que frustraban al cliente.
El equipo de diseño entregaba al cliente prototipos que luego no se podían implementar tal cual debido a restricciones técnicas que el equipo de desarrollo no podía sortear sin más tiempo. El cliente, que no estaba al tanto de las limitaciones técnicas, seguía solicitando cambios, sin entender por qué se tardaba tanto en hacer ajustes aparentemente menores.
Capa de Desenfoque "Decisiones estratégicas mal ejecutadas"
Al profundizar aún más, encuentras que las decisiones clave tomadas al inicio del proyecto no estaban alineadas con las capacidades reales de la agencia.
Se prometieron funcionalidades y plazos que dependían de herramientas o tecnologías que el equipo no dominaba completamente, y el proceso de gestión del proyecto no fue revisado adecuadamente.
Estas decisiones desenfocadas provocaron una acumulación de problemas que, al final, llevaron a la insatisfacción del cliente.
La agencia decidió utilizar una nueva plataforma/herramienta/o X para gestionar el proyecto sin antes realizar pruebas adecuadas. La curva de aprendizaje fue mucho mayor de lo esperado, lo que generó retrasos adicionales. La decisión de adoptar esta plataforma fue un desenfoque estratégico que complicó la ejecución del proyecto y contribuyó a la ruptura con el cliente.
Capa de Origen "El verdadero punto crítico"
Finalmente, llegamos al origen del problema. No se trataba solo de una gestión inadecuada, sino de una falta de liderazgo claro y visión estratégica.
Desde el inicio, el proyecto fue mal estimado, con tiempos y recursos calculados de forma incorrecta. Esta desconexión entre lo prometido y lo que realmente se podía entregar minó la confianza del cliente.
La falta de liderazgo desde la dirección no proporcionó el orden ni la estructura necesarios para gestionar las expectativas y guiar al equipo en los momentos clave.
Esto generó ambigüedades, revisiones constantes y, finalmente, la ruptura con el cliente.
Este es solo un ejemplo resumido y ficticio que intenta demostrar que, cuando no se aborda el problema desde su raíz, cualquier solución será temporal y generará nuevos conflictos.
La verdadera transformación ocurre cuando profundizamos en el origen, clarificamos la visión estratégica, y alineamos el liderazgo con las expectativas y capacidades reales del equipo.
Al entender y corregir estos puntos clave, no solo se resuelven los problemas actuales, sino que se previene que vuelvan a surgir, creando una base sólida para el crecimiento y la confianza a largo plazo.
Gracias por llegar hasta aquí.
Si lo que has leído te ha resonado y crees, como yo, que los verdaderos problemas necesitan soluciones profundas, me encantaría que lo compartieras o dejaras tu opinión en los comentarios.
Mi misión es ayudar a las empresas y a las personas que las forman a desbloquear su verdadero potencial, profundizando en lo que realmente no está funcionando y creando soluciones que transformen desde adentro.
Nos seguimos leyendo. 👋