Últimamente, leo bastante sobre liderazgo y me cruzo con diferentes tipos de publicaciones que hablan sobre ello.
- Por ejemplo, están las publicaciones filosóficas mezcladas con toques de Mr. Wonderful, donde se relata una historia de superación, desafíos o fracasos que terminaron "inesperadamente" en éxito. “Una vez fallé en un gran proyecto, pero eso me enseñó que los verdaderos líderes nunca se rinden.” (si va acompañada de una foto mirando al horizonte, mucho mejor).
- Luego, están los mensajes tipo: "Iba paseando por la playa y vi a un cangrejo que ayudaba a otro, y me di cuenta de que quiero que mi equipo sea como esos cangrejos, unidos por pinzas, siempre caminando de lado, hasta la orilla del éxito esperando la gran ola."
- También aparecen los ‘tips’ generalistas sobre cómo ser un buen líder, sin un contexto claro o específico: "Escucha a tu equipo", "Sé un ejemplo", "Fomenta la comunicación", como si fueran verdades universales aplicables en cualquier situación.
- Además, están las citas motivacionales del tipo: "Un líder es aquel que conoce el camino, anda el camino y muestra el camino."
- Y no faltan las reflexiones profundas sobre cosas cotidianas: “Hoy, mientras tomaba mi café, observé cómo el barista trabajaba en equipo con los demás. Me di cuenta de que la verdadera esencia del liderazgo es la cooperación silenciosa y constante.”
- Tampoco escasean las preguntas retóricas o encuestas vacías que buscan ‘likes’ rápidos y relevancia con preguntas abiertas: “¿Qué crees que es más importante en un líder: la empatía o la visión estratégica? Vota en los comentarios.”
- Finalmente, están las publicaciones políticamente y moralmente correctas, que parecen diseñadas para agradar y recibir el aplauso fácil.
Y a veces, ocasionalmente, me encuentro con alguna publicación que se parece más a la experiencia —mi experiencia y la de mi entorno— de lo que implica ser responsable, líder o director de un equipo, un área o una dirección, y todo lo que ello conlleva.
Estas publicaciones no se pierden en frases motivacionales o historias de superación forzadas. Se centran en la verdadera naturaleza del liderazgo, que no es bonita ni heroica, sino difícil y, a menudo, ingrata.
- Ser jefe, líder, responsable, o como quieras llamarlo, no es estar constantemente aprendiendo y superando historias épicas, ni ser filósofo, Paulo Coelho, o Gandhi.
- Es tomar decisiones que nadie más quiere tomar, y hacerlo sabiendo que cada decisión tiene un impacto directo en el equipo y en la organización. Aun así, estarás expuesto a la crítica, sobre todo por parte de personas que no se juegan el puesto, pero que no dudarán en opinar desde un pedestal de moralidad o perfección.
- Es cargar con el peso de las expectativas y las consecuencias, a menudo en soledad.
- Cuando las cosas vayan mal, serás el primero en recibir las críticas.
- Cuando las cosas vayan bien, será el equipo quien reciba el aplauso.
- Cada día tienes que lidiar con la incertidumbre, ya que nunca sabes con certeza si la decisión que has tomado ha sido la correcta hasta que ves los resultados.
- Al final del día, serás el responsable de los errores de tu equipo y de los tuyos.
- Fastidiarla es inevitable, y lo harás muchas veces mientras aprendes a liderar, gestionar, motivar, influir, desarrollar y coordinar a otras personas. Pero es en esos momentos de crisis donde realmente se mide tu capacidad como líder.
- Enfrentar conversaciones difíciles también es parte del paquete. Habrá momentos en los que tendrás que confrontar a alguien del equipo que no está cumpliendo, y no siempre será fácil o agradable, pero es necesario.
- Si eres un cargo intermedio, la presión se multiplica. Te encontrarás atrapado entre las expectativas del equipo que lideras y las demandas de la dirección. Estás constantemente tratando de equilibrar ambas cosas, y en el proceso, es fácil sentirse atrapado entre dos fuerzas opuestas.
- El estrés te acompañará incluso fuera del trabajo. Dormir bien, dependiendo del momento, se convierte en un lujo, y las preocupaciones se infiltran en tu vida personal.
Si bien he polarizado lo que he escrito hasta aquí enfocándome en lo negativo, también existe una parte muy positiva de todo esto:
- Tu orientación, decisiones y apoyo contribuyen al crecimiento personal y profesional de las personas de tu equipo.
- Ver a alguien superarse, aprender nuevas habilidades (soft skills) o alcanzar metas que hace X tiempo parecía inalcanzable, es una de las recompensas más gratificantes que puedes experimentar.
- No solo estás dirigiendo tareas, proyectos o productos, sino que construyes relaciones que pueden permanecer en el tiempo. Al final, te conviertes en el eje central en donde puede apoyarse tu equipo, para ayudarles profesionalmente en el día a día, además de contribuir e impulsar su desarrollo y carrera profesional, dando aún más sentido a lo que haces.
- Tomas decisiones que pueden cambiar la dirección de un proyecto o de la organización, creando un impacto real. Aunque puede ser intimidante, es de las cosas más gratificantes, superando los aspectos negativos que pueden acompañar al puesto.
- Te permite seguir creciendo profesionalmente exponiéndote poco a poco a nuevos retos y desafíos. Te obliga a estar formándote y acabas teniendo un master en como cagarla, lo cual te permite aprender más que sin estar expuesto.
Al final del día, liderar un equipo no es una serie de victorias constantes ni de momentos heroicos.
Es un trabajo duro, a menudo solitario, y lleno de decisiones difíciles que no siempre te harán popular. El peso de la responsabilidad puede abrumar, y el estrés se convierte en un compañero constante, pero también es cierto que en medio de todo esto, hay momentos que hacen que realmente valga la pena.
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Mi café con chocolate, por favor
3 mesesMe ha gustado mucho tu reflexión, Luis. Gracias por compartirla, me la guardo.
Creando los productos digitales para etapas de growth de las empresas que admiras | Impulsando Bisiesto | Escalando Agencias
3 mesesMe encanta la reflexión Luis 💛 Eres un titán.