¿Apoyas o saboteas a otras mujeres?
Hace ya algunos años emprendí un proyecto cultural, que tenía dos finalidades: enseñar algunas técnicas artesanales a los niños de mi comunidad y poder trabajar en casa para atender mejor a mis hijos, que en ese entonces eran muy pequeños, Gaby tenía 2 1 ⁄ 2 años y Emiliano 6 meses. Así que abrí un pequeño local y comencé a trabajar en ello.
La primer cosa que descubrí fue que había sido un error muy grande permitir que algunos de mis vecinos usar el exterior de mi casa como parqueadero de camiones, cuando les pedí que los retiraran para que mi negocio tuviera mayor visibilidad, lo tomaron a mal porque consideraban que ese lugar “era suyo”. Éstos vecinos son especialmente machistas y según sus propias palabras: “a ellos una vieja no les iba a decir lo que tenían que hacer” y menos una madre soltera como yo.
Lo segundo, fue constatar que el machismo no lo imponen los hombres, sino las mujeres. Cuando decidí embarazarme por primera vez, todas las esposas de éstos vecinos, quienes siempre me saludaron, dejaron de hablarme; y prohibieron a sus hijos saludarme porque según su punto de vista yo era un mal ejemplo para ellos. No así sus maridos, ellos siguieron hablando conmigo hasta que les pedí que quitaran sus camiones de mi casa..
En el último round con uno de ellos, salió la esposa de éste a “defender” a su marido (háganme el favor) y cuando quiso empezar a reclamarme él le gritó “¡cállate y vete a lavar los trastes!” y levantó la mano de tal forma que yo creí que la iba a golpear (y por la forma en que ella se encogió yo pienso que sí lo hacía). Ella me miró furiosa pero no se atrevió a decir palabra alguna y simplemente se metió a su casa. Después de ese día jamás volvieron a estacionar ningún camión afuera de mi casa.
Sobra decir que hasta el día de hoy esa mujer me aborrece, sin embargo, yo creo que lo que no tolera es ver cómo otra mujer fue capaz de ponerle un alto a su marido; el límite que ella no se ha atrevido a poner.
Es decepcionante constatar que, efectivamente, el peor enemigo de la mujer es la mujer. Por que esto no pasa entre hombres, entre ellos se apoyan, se solidarizan, incluso son cómplices y por ésta razón acaparan muchas esferas laborales y públicas.
Afortunadamente para mí, he encontrado mujeres solidarias con las cuales he trabajado de manera increíble y gracias a ello hemos crecido juntas.
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Ahora, es momento de hacer una pregunta: ¿Eres de las que sabotean a otras mujeres o de las que se solidarizan?