Aprender en el siglo XXI
Así como para los profesores no nos es fácil enseñar en este siglo XXI, para nuestros alumnos hoy tampoco es fácil aprender de la forma en que enseñamos. Los resultados de mediciones de aprendizaje demuestran que estamos estancados, no se aprende a pesar del esfuerzo del profesor, del colegio, de los padres y del Estado que ha puesto millones de dólares al servicio de mejorar la calidad de la escuela y de los aprendizajes como parte de ella.
Este siglo ha traído consigo un desafío gigantesco para todos los que integran una comunidad escolar; por de pronto cada vez es más complejo construir comunidad, sentido de pertenencia y apego a la escuela, visto como el lugar donde estudio, crezco, me desarrollo y socializo; el lugar donde trabajo, enseño y pongo mi vocación al servicio de otros, el lugar donde los padres encontramos un aliado leal en la formación de nuestras hijas e hijos.
Este siglo nos encuentra en un verdadero “interregno”, una especie de paréntesis de desconcierto, de búsqueda de un norte donde ir, de incertidumbre y donde todos los marcos regulatorios existentes, acordados y conocidos parece que ya no sirven y donde los que sirven aun no existen o al menos no tienen la suficiente madurez, reflexión y discusión. En diversas etapas de la historia de la humanidad hemos vivido esta sensación, una parte de la Edad Media es un ejemplo, el post período independentista latinoamericano, el período del post colonialismo en África, en fin, no es nuevo, pero tampoco es igual.
Hoy la vida de nuestras niñas y niños posee una dimensión adicional, que se suma a la que comparten con los adultos, en un nivel de desarrollo, profundidad y dominio que inquieta. La dimensión virtual ha ido capturando su vida, la dimensión individual (familia, amigos, aquella más íntima) y la global (la interacción e integración mundial, los efectos, logros y pesares para el ser humano de la globalización, han sido doblegadas por la virtual. Es un acto de dominio de una sobre las otras, no es un acto donde la individual y la global desaparezcan, no, no desaparecen, comienzan a ser gobernadas por la dimensión virtual, sin que este fuera su propósito.
Los efectos son notorios, la dimensión virtual ha agregado volumen y velocidad a las otras dimensiones, generando incertidumbre, vértigo y desorientación. 67 mil estímulos informativos reciben nuestras niñas y niños cada día, nunca antes unas pulgadas de pantalla de un móvil habían sido tan poderosas, tan competitivas y tan atractivas. Nunca habíamos estado tan cerca y a la vez tan lejos, tan focalizados en efectos olvidando las causas e ignorando el análisis y tan próximos al hedonismo que revelan las búsquedas virtuales. En algunas pulgadas existen millones de estímulos que vemos como una competencia para el educador. Error, son aliados si observamos que la clave está en cómo nuestros niñas y niños aprenden hoy, de qué manera lo hacen. Llevamos demasiado tiempo intentando fórmulas para enseñar mejor, y muy poco tiempo poniendo foco en cómo aprender mejor.
Entonces, la discusión de fondo no son los males ni las buenas del siglo, es entender que son una oportunidad, un nuevo desafío, generoso, atractivo y motivador, para quienes somos pedagogos. Cada generación ha tenido sus propias complejidades y oportunidades, estas son las nuestras.
José F. Palma Vega. Profesor. Jefe de la División de Educación General. Mineduc.
Tecnología y Robótica en Industria y Educación.
6 añosNo siendo pedagogo y conociendo cada vez más de cerca la labor de educar y enseñar, lo que esta claro es la dificultad de hacerlo en esta época de cambios que estamos viviendo. Aunque siempre los ha habido, la magnitud de estos y su velocidad de divulgación están siendo mucho mayor a los que la humanidad estaba acostumbrada. Como siempre lo ha sido, es importante "adaptarse al cambio", pero ahora se requiere una componente adicional, que es hacerlo con una desarrollada capacidad de "proyectarse hacia el futuro con habilidades predictivas".
CEO - Principal Consultant Ti-Gestion - FacePhi Official Partner
6 añosInteresante, las herramientas, métodos y medios son importantes, pero el tema más importante sigue siendo el contenido -que enseñar-, hoy se requiere de antiguas y nuevas competencias desde el pensamiento crítico hasta desarrollar nuevas habilidades sociales.