APRENDIZAJE: ¿CAPACIDAD O EMOCIÓN?
En una era donde, a pesar de tenerlo todo, los niños (y los no tan niños) parece que se "niegan a aprender", nos preguntamos en qué consiste el aprendizaje y qué factores influyen en el mismo. Lejos quedan las visiones puramente basadas en las capacidades o la "inteligencia" como clásicamente ha sido concebida. Hoy sabemos que "la pasión" por la materia a aprender es decisiva en la calidad del aprendizaje obtenido.
Según Gagné (1971, p.5), “el aprendizaje consiste en un cambio de la disposición o capacidad humana, con carácter de relativa permanencia y que no es atribuible simplemente al proceso de desarrollo”. Por su parte, Feldman (2005) considera que el aprendizaje es “un proceso de cambio relativamente permanente en el comportamiento de una persona generado por la experiencia”.
Aunque de manera consciente sólo seamos capaces de tomar una cantidad muy pequeña de la información que nos ofrece el mundo, inconscientemente advertimos y respondemos a una cantidad mucho mayor. La noción de consciente e inconsciente es fundamental para comprender el modelo de cómo aprendemos. Según, O’Connor y Seymour (2007, p.34) “una forma de aprender es mediante el dominio consciente de pequeños trozos de comportamiento que, combinándolos en cadenas más y más largas, se convierten en habituales e inconscientes”. De esta forma, construimos hábitos liberando el consciente para poder aprender cosas nuevas. Por otra parte, debemos tener en cuenta que nuestro subconsciente es capaz de manejar todos los procesos vitales de nuestro organismo, así como todo lo que hemos aprendido, nuestras experiencias pasadas y, en definitiva, todo lo que podemos advertir en el momento presente. De hecho, la mayor parte de lo que hacemos lo hacemos de manera inconsciente.
Según Albert Bandura, psicólogo de tendencia cognitivo-conductual, el aprendizaje tiene lugar en cuatro etapas que conforman lo que se conoce como la curva del aprendizaje social de Bandura (Bandura, 1987) (Figura 1):
Etapa 1ª. Incompetencia inconsciente (I.I.) o etapa de inconsciencia:No sé que no sé. La persona no sabe hacer algo e ignora que no sabe hacerlo. Corresponde al estado inicial (estado presente).
Etapa 2ª. Incompetencia consciente (I.C.) o etapa de exploración:Sé que no sé. La persona es capaz de ver que no sabe algo. Es la etapa en la que más se aprende.
Etapa 3ª. Competencia consciente (C.C.) o etapa de consolidación:Sé que sé. La persona tiene la habilidad pero no la domina.
Etapa 4ª. Competencia inconsciente (C.I.) o etapa de codificación:No sé que sé o Sólo sé que no se nada, como decía Sócrates. Todos los patrones aprendidos se organizan en una unidad conjunta y se automatiza su ejecución. Corresponde al estado en el que se ha cumplido el objetivo del aprendizaje (estado deseado).
El proceso de aprendizaje implica, por tanto, el paso, en cuatro etapas, de un estado inicial (estado presente) a un estado final en el que se ha cumplido el objetivo de aprendizaje (estado deseado).
Figura 1. Curva de aprendizaje de Bandura. La gráfica representa las diferentes etapas del aprendizaje según Albert Bandura (1987): I.I., incompetencia inconsciente; I.C., incompetencia consciente; C.C., competencia consciente; C.I., competencia inconsciente.
Puede suceder que el objetivo de aprendizaje deseado no se alcance por diversos motivos. Entonces, tendremos que retroceder en el aprendizaje (desaprender) para después volver a avanzar de nuevo con el conocimiento (reaprender) y adquirirlo de manera óptima. Así, el proceso de desaprender es aquel por el que la persona pasa de las etapas cuarta a la segunda y se produce cada vez que queramos perfeccionar o corregir un aprendizaje. Por su parte, el proceso de reaprender implica el paso de la etapa segunda a la cuarta con la adquisición del conocimiento perfeccionado o corregido. Las personas que quieran estar en continuo crecimiento, que quieran evolucionar y desarrollarse en aquellos objetivos que tengan, deben estar inmersos en el flujo aprender, desaprender y reaprender.
Por otra parte, cabe destacar que el aprendizaje es un ejercicio que no sólo depende de la capacidad intelectual del individuo, sino también de la emoción. De hecho, está demostrado científicamente que se adquieren los conocimientos con mayor eficacia cuando el estado interno de las personas es el adecuado. El estado interno es la suma de las representaciones internas (construidas a partir del filtrado, procesamiento e interpretación de la información que nos llega desde el mundo exterior) y la respuesta fisiología desencadenada por las mismas. Por tanto,
Estado interno = Representación interna + fisiología
En otras palabras, el estado interno es el conjunto de procesos intelectuales, emocionales y físicos que conforma la experiencia humana en una situación determinada. Así, en un momento determinado y siendo conscientes de nuestro estado interno, podemos realizar las modificaciones óptimas en las representaciones internas y/o en la fisiología para poder llegar al estado deseado; esto no es más que un proceso de aprendizaje.
Asimismo, un problema o dificultad en un determinado ámbito no es más que la diferencia entre el estado presente y el estado deseado que pone de manifiesto una necesidad de aprendizaje determinada. Así, cuando nos planeamos un objetivo en el futuro de alguna manera se crea un escalón entre el estado presente (objetivo planteado) y el estado deseado (objetivo alcanzado). El comportamiento, los pensamientos y los sentimientos serán diferentes en el estado presente y en el estado deseado, y además, para pasar de un estado a otro se necesitan recursos (O’Connor & Seymour, 2007, p.45). Entre los recursos necesarios o facilitadores del aprendizaje se encuentran las emociones positivas(como la motivación, la autoestima, el compromiso, la relajación, la autopercepción realista, y la apertura mental); la agudeza sensorial y la sensibilidad, necesarias para poder percibir el mundo exterior de la forma más fiable posible y estar alerta de las oportunidades; y también la flexibilidad, que nos permite escoger entre todo el abanico de técnicas y habilidades las más óptimas para la situación que se plantea. Sin embargo, ante cualquier proceso de aprendizaje debemos tener en cuenta también la existencia de un amplio abanico de limitadores que lo dificultan. Entre ellos se encuentran las emociones negativas como las verdades universales, las creencias de superioridad, la desconfianza, la percepción de complejidad, y la repulsión o rechazo ante lo nuevo. Las técnicas de PNL son poderosas herramientas para vencer esas barreras, resistencias o interferencias a la hora de alcanzar un objetivo o aprendizaje determinado.
Referencias
Bandura, A. (1987). Pensamiento y Acción: Fundamentos sociales. Barcelona, España: Ed. Martínez Roca. (Ed. Original: Bandura, A. (1986). Social foundations of thought and action: A social cognitive theory. Englewood Cliffis, NJ: Prentice-Hall).
Carrión, S. (2011). Curso de Practitioner en PNL: La nueva técnica para el cambio y el éxito. Barcelona, España: Ed. Obelisco.
Carrión, S. (2014). Curso de Master en PNL: Técnicas avanzadas de programación neurolingüística. Barcelona, España: Ed. Obelisco.
Feldman, R.S. (2005). Psicología con aplicaciones en países de habla hispana (6ª Ed.). Ciudad de México, D.F., México: McGraw-Hill.
Gagné, R.M. (1971). Las condiciones de aprendizaje. Madrid: Aguilar. (Ed. Original: Gagné, R.M. (1965). The conditions of learning. New York, US: Holt, Rinehart & Winston).
O’Connor, J. y Seymour, J. (2007). Introducción a la PNL (8ª Ed). Barcelona, España: Ed. Urano.