¡Arranca!

Recuerdo mi primer día de trabajo en el sector educativo.  Fue a finales de los 90 y yo venía del mundo del marketing en consumo masivo.  Educación superior para mí era un mundo totalmente nuevo – más aún porque jamás había pisado una universidad peruana porque obtuve una beca para estudiar fuera; entonces – ni siquiera había vivido la experiencia.

Hizo más difícil este arranque el hecho de que encima de todo, había estado casi dos años fuera del mercado laboral por dedicarme a mi primer hijo.  En esos dos años fue que apareció el correo electrónico; yo me había quedado en el fax.

Me costó muchísimo ese primer día.

Siempre los primeros días en un trabajo asustan: ¿Dónde dejo mi carro? ¿Con quién almorzaré? ¿Cómo serán los procesos? ¿Qué pensarán de mí? ¿Seré lo que realmente buscan?

No es nada fácil comenzar algo nuevo; ya sea un nuevo trabajo, iniciar estudios, asumir un proyecto retador, algún cambio en tu vida personal o inclusive comenzar una dieta.  Arrancar es tranca; cuesta

Cuesta porque es una nueva situación y la incertidumbre intimida un poco o mucho; dependiendo de la persona.  Cuesta porque tememos fallar o que no nos vaya bien.  Cuesta porque algo nuevo requiere un esfuerzo adicional al habitual.  Cuesta porque mi situación actual es cómoda, me resulta fácil y soltar eso que me funciona de manera mecánica, me desanima a arrancar.

No es fácil.

Lo más difícil del proceso es comenzar. Dar ese primer paso.

Es difícil porque sabes que algo nuevo siempre viene con miedo y con pasarla mal por un tiempo.

Es difícil porque sabes que si lo das, ya no hay vuelta atrás y si desistes – eso se convierte en un fracaso, en rendirte.

Los deportistas sabemos que lo más difícil en una competencia o entrenamiento es arrancar.  Son esos primeros metros en la competencia los que más duelen, pero luego, te haces amigo del reto y fluyes.

Lo mismo sucede en el plano profesional, en el del estudiante, en el aspecto personal.

Dar ese primer paso es difícil pero acuérdate que - es lo más difícil - pero que una vez que superes eso, la cosa se hace mucho más fácil.

Lánzate a la piscina porque si no comienzas hoy, el tiempo se te pasa. Cuando el tiempo pasa, no solo no lo recuperas sino que se comienza a convertir en arrepentimiento.