Asertividad: El arte de decir lo que piensas sin herir ni ceder
A veces creemos que ser asertivos significa ser agresivos en nuestra forma de hablar, y cuan equivocados estamos. Analicemos este concepto, que tanto puede ayudarnos en nuestras relaciones laborales y personales.
¿Cuántas veces no has tenido conversaciones en las que manifiestas tu punto de vista y la otra persona responde de manera impulsiva, mordaz u ofensiva, o critica tu opinión sin argumentos sólidos? Pasa en el trabajo, en la familia, con amigos.
Si bien muchos psicólogos, terapeutas, expertos en desarrollo personal y relaciones laborales han hablado de lo que significa “ser asertivo”, les propongo tomarnos un tiempo para reflexionar sobre esta estrategia y estilo de comunicación.
Comencemos con su definición. Según la Rae, que una persona sea asertiva significa que expresa su opinión de manera firme y con seguridad, respetando las ideas de los demás.
Tomando como base esa definición, entendemos que la asertividad significa poder comunicar nuestras opiniones, pensamientos y emociones de forma clara, directa, adecuada, pero respetuosa, sin hostilidad,sin atacar ni insultar a otras personas, ni permitir que nos pasen por encima.
La asertividad, entonces, consiste en lograr un equilibrio entre defender nuestros propios derechos y respetar los de los demás, expresándonos de manera efectiva sin caer en la agresividad ni en la pasividad.
Sin duda, es difícil lograr ese balance porque, por un lado, a veces nos cuesta escuchar y respetar los puntos de vista de los demás con tolerancia y sin rebatirlos y, por el otro, a veces nos cuesta decir "no" cuando es necesario, sin sentirnos culpables.
Es por eso que los psicólogos hablan de que, según el tipo de personalidad y las actitudes, se presentan tres tipos de comunicación: agresiva, pasiva y asertiva.
La comunicación agresiva es una forma de comunicación frecuente en las organizaciones. Se observa cuando hay gerentes o supervisores que quieren imponer su punto de vista sin considerar a los que están en niveles más bajos.
Por ejemplo, existe comunicación agresiva cuando un jefe utiliza frases como: “eres un inepto, no te fijas en lo que haces, siempre cometes los mismos errores”. O cuando algún miembro de la familia te dice: “eso no es así, tienes que hacer esto”.
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La comunicación pasiva ocurre cuando una persona decide no expresar sus pensamientos, necesidades o emociones, y cede a los deseos de los demás para evitar conflictos, ya sea por miedo al rechazo o a desagradar. Estos dos tipos de comunicación no son asertivos y generarán problemas en las relaciones interpersonales y laborales.
Por el contrario, la comunicación asertiva nos permite expresar nuestras opiniones y sentimientos de manera directa, amable y eficaz, escuchando y respetando las opiniones de nuestros interlocutores y siendo capaces de negociar y resolver conflictos, tanto positivos como negativos, siempre teniendo en cuenta nuestros derechos y los de los demás.
Desarrollar cualidades asertivas no lo lograremos de forma inmediata, es un proceso con desafíos. Sin embargo, entrenándonos, poco a poco iremos ganando confianza y nos resultará más fácil comunicar nuestras necesidades de manera pertinente.
Aquí les dejo 5 técnicas para comunicar de forma efectiva:
1. Escucha activa: pon atención a lo que la otra persona te dice, muestra interés con tu lenguaje lenguaje corporal y evita interrumpir. Esto ayuda a entender exactamente lo que la otra persona quiere decirte y puedas responder de manera adecuada.
2. Naturalidad y precisión: expresa tus ideas de forma directa, utilizando un lenguaje simple y concreto, sin caer en ambiguedad. Esto permite que el mensaje sea comprendido sin dificultad.
3. Empatía: ponte en el lugar de la otra persona para entender su punto de vista. Esto facilita una comunicación más afable y respetuosa, y ayuda a crear un ambiente de confianza y cordialidad.
4. Controla tu lenguaje no verbal: tu postura, tono de voz y gestos afectan la forma en que se percibe tu mensaje. Asegúrate de que tu expresión corporal respalde de forma convincente lo que dices.
5. Habla en primera persona: al expresar tus emociones o preocupaciones enfócate en lo que tú sientes. Por ejemplo, en vez de decir “Tú siempre haces que..”, di “No me siento bien cuando…”. De esta manera la comunicación fluye de manera abierta.
En conclusión, la asertividad es una habilidad de comunicación que nos permite manejar los conflictos de forma efectiva, nos ayuda a tener relaciones interpersonales saludables y honestas y genera una mayor confianza en nosotros mismos. ¡Pongámosla en práctica y evitaremos tergiversación y confrontación!