Conoce los pasos que te llevarán a lograrlo:
- Auto validarte: Para convencer, hay que estar de verdad convencido. De lo primero que debes estar convencido es de tu propio valor y el de tu tema. La asertividad se relaciona en forma directa con la autovaloración. Como competencia del ser puede desrrollarse, hasta obtener una forma de expresión clara, consistente, directa y balanceada, para expresar lo que sientes. Ser capaz de exponer tus principios y valores con plena certeza y convicción en lo que crees y lo que eres en la esencia. Siempre desde la firmeza que da la autoconfianza, por medio del dominio propio y la auto regulación de las emociones.
- Eliminar la culpa al decir NO: Decir NO también es parte de la “decencia”. El falso paradigma que nos amarra y nos produce frustración interior, es creer que negarse es “mala educación” y que debes decir a todo que SI para ser agradable y “decente”. Creo que la formula perfecta para lograr una negación inteligente, sin dejarse manipular, y sin ser ofensivos, es aprender a negarse con firmeza y gentileza a la vez: “Te lo agradezco… pero NO”
- Saber decir lo que piensas de manera clara, sin ofender: Expresar tus ideas, conceptos, emociones y sentimientos, con contundencia y amabilidad a la vez, en el momento oportuno, sin esperar a que estés tan furioso o desesperado que las digas fuera de casillas. Con el equilibrio suficiente para decirlo de tal manera que no seas ofensivo. Debes ser amable, pero eso no implica dejarse manipular.
- Manejar la ansiedad: No se puede ser asertivo y ansioso a la vez. Ser asertivo implica desarrollar el equilibrio y la calma para regular el miedo, el nerviosismo y la preocupación, que convierten cualquier conversación, presentación o mensaje de texto en una presión intensa, excesiva, persistente e insistente.
- Desarrollar una comunicación no verbal asertiva – body language-: Una de las señales más evidentes de la asertividad es la expresión corporal. La comunicación no verbal -CNV- asertiva muestra gestos, posturas, movimientos y ademanes, con dominio sobre las situaciones, sin expresiones desmesuradas que produzcan inquietud, desconcierto, exasperación o enfado, en el otro.
- Trazar límites claros y a tiempo: Una de las acciones que indican de manera más evidente la capacidad de comunicarnos bien, es la de saber delimitar la zona de asertividad de nuestras relaciones. Esta conciencia de los límites entre la amabilidad que dice con empatía: SI, y la dignidad que sabe decir: NO, con humildad y coraje a la vez, muestra a una persona estructurada, con sentido de identidad, que no permite ser manipulada, ni abusada. Pero tampoco necesita ofender o humillar al otro para conseguir ser respetada.
- Respetar los límites de los demás: Sin ofender ni avasallar. No ser agresivo. No pretender que hagan las cosas como tú digas, cuando tú digas, donde tú digas y porque tú lo digas, en aras de los “resultados”. Eso es obstinación y no se puede ser asertivo si se es obstinado, terco, cerrado, inflexible y rígido. La asertividad es pariente cercana de la flexibilidad productiva. Para ser asertivos, hay que salirse de la caja que produce rigidez y entrar en la agradable dimensión de la calidez.#HagamosCLIC