Barbie: Mucho más que una simple película
Es el estreno del año, no solo por sus extraordinarios números en la taquilla, sino porque todo el mundo habla de ella, no verla es arriesgarse a quedar fuera del debate. Barbie es una película que se trasciende a sí misma, pues representa una opción fresca y original con un mensaje muy poderoso dentro de un contexto de diversión. El argumento podría parecer simplista: El mundo de fantasía de una muñeca se rompe cuando los conflictos de la vida real irrumpen debido a una fisura entre Barbilandia y el mundo exterior; es así como la protagonista debe viajar a la realidad para arreglar la ruptura y poder volver a su burbuja de perfección. Sin embargo, la trama da un giro cuando el personaje, interpretado magistralmente por Margot Robbie, descubre que todo lo que ella creía que representaba Barbie no tiene sentido en la era actual. Conceptos como el machismo, el acoso y la discriminación generan un corto circuito en ella, quien debe replantearse lo que significa como muñeca, pero también como mujer.
En una sociedad actual obsesionada por encontrar lo políticamente correcto en todo, el concepto de una muñeca con un estándar de belleza imposible de alcanzar, así como una imagen superficial muy lejana a los ideales del feminismo, seguramente levantó alarmas en los dueños de la marca Barbie: Mattel. Era cuestión de tiempo para que se crearan protestas contra el producto por considerar que transmite un mensaje nocivo para las nuevas generaciones. Y así surge la película de Barbie, en un esfuerzo mercadológico por reposicionar a la muñeca más famosa del mundo para evitar tener que sacarla del mercado.
La película es lejos de ser un producto para niños, quienes carecen de interés en la cultura de la cancelación de los adultos, es una historia para personas que crecieron con Barbie, ya sea porque jugaban con ella, o porque siempre la odiaron por representar todo lo contrario al concepto de la masculinidad. A lo largo del guion, se plantea un debate sobre la desigualdad de género y la necesidad de que las mujeres tengan mayor representación en los espacios de poder dominados por hombres. Barbie incluso cuestiona a los directivos de Mattel sobre la ausencia de mujeres en su mesa directiva que toma las decisiones sobre su vida. Después de eso, pensar en el producto como un sinónimo que antifeminismo ya resulta difícil.
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Su guion no es perfecto, sobre todo por el final donde existe un ejemplo de Deus Ex Machina (una deidad que baja a resolver el conflicto) y presenta la reflexión final; un recurso viejo que denota una falta de creatividad para cerrar una buena historia y rompe con el ritmo de la película. Sin embargo, Barbie va mucho más allá del guion, pues es uno de los mejores casos de estudio de cómo una buena estrategia de mercadotecnia puede comunicar un mensaje claro que revalorice y adapte un producto a las nuevas necesidades de una sociedad, y esa, es la clave de su éxito.
"Bringing Ideas to Life | Award-Winning Media Executive Producer | Showrunner | LATAM & USH Content Development Specialist"
1 añoTotal y absolutamente de acuerdo. Extraordinaria critica….