Biodiversidad y desarrollo: un equilibrio necesario
El pasado 1 de noviembre finalizó la COP16, el evento sobre Biodiversidad más importante a nivel global, en el que Colombia tuvo la fortuna de ser el país anfitrión.
Esta Conferencia de las Naciones Unidas que se hace cada dos años no es cualquier evento, y para mí como bogotano, radicado desde hace décadas en Cali, es motivo de gran orgullo que se haya desarrollado en mi ciudad de adopción.
También es motivo de inmenso orgullo, como profesional dedicado al sector forestal, que hayamos tenido la posibilidad de hablar abiertamente de la oportunidad estratégica de desarrollo que, como país, nos ofrece la reforestación comercial. Posiblemente se pregunten cuál es la relación entre este concepto y la biodiversidad. Pues si se trata de proteger nuestra riqueza biológica y también tener desarrollo económico, reforestar comercialmente es un camino lógico.
Históricamente, en Colombia y en otros países del mundo, la reforestación comercial realizada en zonas que fueron deforestadas hace varias generaciones atrás, y que hoy se encuentran en usos diferentes a los de su vocación natural, ha sido una herramienta clave para ayudar a reducir la presión sobre los bosques naturales de la extracción de madera, contribuyendo así a la conservación de los ecosistemas.
Así mismo, la cosecha y la comercialización legal de esta madera es reconocida como una actividad que genera desarrollo económico. No en vano, la reforestación comercial ha sido incluida en más de tres Planes Nacionales de Desarrollo (PND) desde 2002, en los cuales ha sido identificada como una actividad clave para el crecimiento económico. La reforestación comercial no solo atrae la inversión privada y genera empleo rural, sino que también fortalece la exportación de productos derivados de plantaciones forestales y contribuye a la reactivación económica del campo a través del uso sostenible del suelo.
Creo que todos sabemos que Colombia es uno de los países más biodiversos del mundo, en parte gracias a que el 53% del territorio está cubierto por bosques naturales o plantados. En 2023, y según datos del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, hubo una reducción del 36% en la cantidad de hectáreas de bosques perdidos por tala ilegal o incendios, y se sembraron 153 millones de árboles. ¿Se imaginan si además de sembrar árboles, lográramos eliminar la tala ilegal y los incendios provocados? Tendríamos un significativo porcentaje adicional del territorio nacional cubierto por bosques y plantaciones forestales, en consecuencia, mayor biodiversidad.
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La reforestación comercial además ayuda a mantener el equilibrio en el ecosistema porque contribuye a recuperar las funciones ecológicas de áreas degradadas, a disminuir la erosión de los suelos, a regular las corrientes de agua, a absorber dióxido de carbono y a producir biomasa para la generación de energía renovable.
Por si fuera poco, la reforestación comercial también provee madera legal para el desarrollo de un sinnúmero de industrias; moviliza la creación de empleo en áreas rurales; impulsa el desarrollo de infraestructura y la puesta en marcha de iniciativas de inversión social.
Aunque pareciera caerse de su peso la necesidad de invertir en el desarrollo de la reforestación comercial, existen algunos retos por superar.
Colombia ya cuenta con políticas públicas orientadas a consolidar una cadena productiva de plantaciones forestales para el 2038, pero se requieren acciones concretas y una hoja de ruta viable en términos de financiación y ejecución, porque es muy bonito tener la voluntad, pero si no hay el recurso para ejecutarlo, se quedará en un sueño.
Si bien es cierto que hay casos específicos de éxito en protección de la biodiversidad como el de la Gobernación del Chocó que a través del Plan de Desarrollo Departamental 2024-2027, “propone recuperar ecosistemas degradados, fortalecer áreas de conservación y promover la educación ambiental”, aún queda mucho por hacer para que Colombia como país sea un gran caso de éxito mundial.
El impacto de la reforestación comercial en la protección de la biodiversidad requiere que fortalezcamos la colaboración entre el sector público, el sector privado y las comunidades locales, incluyendo incentivos económicos sostenibles, junto con sistemas de monitoreo efectivos, adaptados a nuestra realidad. Lo hizo Costa Rica, y comprobó al mundo que es posible combinar conservación ambiental con desarrollo económico. ¿Por qué nosotros no vamos a poder hacerlo también?
técnico operación máquinas papeleras, investigador e instructot
1 mesExcelente reflexión. Es compromiso de todos cuidar el medio ambiente. Gracias por compartir.
Gerente general en Surmaderas Jafe
1 mesLas plantaciones comerciales son un complemento de nuestros bosques nativos. Enriquecen ambos ecosistemas y la economía forestal y la bioeconomía. Gracias por el artículo
Gerente general en Compañia asesora Silvotecnia Miembro de Junta Directiva de Fedemaderas Candidate for master's degree in sustainability
1 mesExcelente análisis Nicolas.