Boluarte y Biden en APEC
José Luis Tapia-Rocha
📊 Consultoría Estratégica en Posicionamiento Público y Liderazgo Ético
La reunión entre la presidente peruana Dina Boluarte y el presidente estadounidense Joe Biden, en el marco de la cumbre de APEC, marca un momento significativo para el país, particularmente en el contexto de su reciente crisis política y económica. En un encuentro que simboliza una oportunidad de reafirmar compromisos bilaterales y de fortalecer las relaciones de Perú con el bloque APEC, es crucial evaluar cómo un enfoque liberal clásico puede iluminar el curso de acción más prudente y beneficioso para la nación.
Libertad económica
Desde la perspectiva del liberalismo clásico, la prioridad de esta reunión debería ser un compromiso claro hacia la libertad económica y el fortalecimiento de las instituciones que defienden los derechos de propiedad, la igualdad ante la ley y el gobierno limitado. La historia reciente de Perú ha evidenciado una alta vulnerabilidad a la inestabilidad política y a los cambios abruptos en la normativa económica, lo cual desalienta la inversión. Si Perú, bajo la administración de Boluarte, aspira a consolidarse como un país competitivo y atractivo en el ámbito internacional, debe priorizar reformas orientadas al libre mercado y a la estabilidad institucional que den confianza a los inversionistas y promuevan la innovación y la competencia.
Libre mercado
Además, la economía de libre mercado y la apertura comercial, pilares del liberalismo clásico, ofrecen soluciones viables para superar los desafíos que enfrenta Perú, como la desaceleración económica y la dependencia de las materias primas. La cumbre de APEC debería ser una plataforma para que el país reafirme su compromiso con políticas que faciliten el comercio internacional, como la reducción de aranceles, funciones del estado y recursos fiscales, la eliminación de barreras burocráticas, y la atracción de inversión. Esta apertura no solo beneficiaría al país en términos de crecimiento, sino que también ofrecería mejores oportunidades a las pequeñas y medianas empresas (PYMES) peruanas, integrándolas en cadenas de valor globales que hasta ahora les han sido inaccesibles.
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Seguridad
El encuentro con Estados Unidos también debería incluir un diálogo franco sobre los retos internos que enfrenta Perú, como la seguridad, la corrupción y la debilidad del Estado de derecho. Estos problemas, arraigados en deficiencias institucionales, requieren de un enfoque que privilegie la descentralización y el fortalecimiento de las autoridades locales, fomentando una administración de justicia eficaz e imparcial. Desde el liberalismo clásico, se aboga por un Estado limitado, pero fuerte en sus funciones esenciales: la seguridad, la justicia restitutiva y la protección de los derechos individuales. En este sentido, el Gobierno debería priorizar reformas liberales que permitan un aparato estatal más eficiente y menos intervencionista en la economía, enfocado en garantizar un entorno seguro y predecible para los ciudadanos y los empresarios.
Principio de No Intervención
Asimismo, Perú podría aprovechar esta cumbre para reafirmar su compromiso con el principio de no intervención y con el respeto a la autodeterminación de los pueblos, uno de los valores esenciales de las relaciones internacionales desde un enfoque liberal clásico. En un mundo cada vez más polarizado, el país tiene la oportunidad de posicionarse como un aliado confiable en América Latina, que defiende los valores de la libertad y la democracia, promoviendo al mismo tiempo una política exterior basada en el respeto mutuo y la cooperación voluntaria.
Finalmente, la reunión entre Boluarte y Biden debe ser vista no solo como un acto de diplomacia, sino como una oportunidad para reorientar el rumbo del país hacia una mayor libertad económica, una institucionalidad sólida y un compromiso renovado con los valores fundamentales del liberalismo.