Buscando el techo

En algún momento habrás notado que te acerca al "techo", ese de cristal o tecnológico..., o ese techo general en el que notas que no avanzas, que no tienes recorrido y que no hay forma de realizarte en el día a día.

A veces es la gente que te rodea la que lo percibe y te lo comentan, recuerdo varias anecdotas de algunos compañeros que se cambiaban de empresa y el comentario solía ser que había tocado techo y se les veía desde hacía un tiempo que no avanzaban y que no tenían espacio para abrir las alas. Precisamente, se notaba la necesidad de volar... volar en otras direcciones.

Realmente es posible que se perciba que el mercado se mueve mucho, hay mucha oferta y demanda en general, no obstante se sigue hablando de mejorar la retención del talento.

De verdad, ¿las empresas están estableciendo medidas para detectar las inquietudes y alimentar a esos empleados que quieres tener progresión y seguir creciendo?

Con todo lo que llega ahora con la IA y la importancia que se le da a las automatizaciones y agilización de los procesos de las organizaciones, ¿hay lugar para mejorar y detectar las necesidades de la plantilla? ¿podremos ofrecer formación para cubrir las necesidades e inquietudes de los profesionales actuales?

Y a pesar de todo, en el centro de la ecuación sigo pensando que LA COMUNICACIÓN es la herramienta que sigue sin utilizarse todo lo que se debería y que es la base para establecer dónde estamos y hacia donde queremos ir. Como responsables de departamento, mánager o líder de área, ¿estamos utilizando los mecanismos adecuados para detectar y dar confianza y recorrido a los equipos? Esos equipos de los que somos responsables. De verdad, ¿sale a cuenta siempre el refresco de salidas y entradas? Siempre se ha comentado que viene bien el refresco, que gente que lleva tiempo salga para que entre gente joven, con recorrido y con ganas. Damos por sentado que la gente que ya lleva años en la empresa, ¿ha perdido la motivación? ¿por qué?

Al final, opino que es cuestión de cada persona y que tenemos que ser nosotros mismos los que continuamente estemos buscando y persiguiendo nuestro propio TECHO. Y ese techo irá variando y siendo más alto conforme vayamos creciendo, variando no solo la altura sino las dimensiones, alto y ancho ya que ahora ya se debería de dejar de lado la especialización y el expertise y abarcar ámbitos más amplios, buscando ese perfil polímata, especializado en múltiples ramas.

Y bueno, ¿cómo te quedas? Tienes un techo de cristal con el que convivir.