¿Cómo construir nuestra imagen profesional?

¿Cómo construir nuestra imagen profesional?

Estoy segura de que muchos lectores dirán que la imagen exterior no es importante para ellos, que pueden salir a la calle en pijama y que arreglarse es cosa de “fashionistas, pero lo cierto es que nuestra naturaleza biológica nos hace seres sociales con una necesidad instintiva de aceptación y pertenencia que hace que queramos arreglarnos.

 Y es que no importa si eres científica, estudiante, músico, ejecutivo o ejecutiva o cualquier otro rol que desempeñes en la vida. Todas las mañanas te paras frente al espejo para observar tu apariencia, ¿cierto?

 Seguramente algunas personas pondrán mayor esmero al arreglo de su cabello, maquillaje, ajuste de prendas o combinación de colores, pero la realidad es que todos somos conscientes de nuestra imagen y deseamos validar la apariencia que proyectamos todos los días.

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Comenzaré dando un ejemplo. Si procurar nuestra imagen es una necesidad social, debo compartirte que esta no depende exclusivamente de la apariencia física, pues representa solamente una de las cuatro dimensiones: nuestra imagen exterior; su importancia radica en la primera impresión que se genera debido a que durante este proceso (solo dura 7 segundos) las personas evalúan el nivel de riesgo que representamos para ellas y se activan reacciones “instintivas” de aceptación o rechazo. En otras palabras, si nuestra apariencia es confiable y congruente con el entorno, las personas mostrarán mayor disponibilidad al interactuar con nosotros. Fuerte, ¿no?

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Después viene la segunda dimensión, nuestra imagen interior, que se construye con aquellos pensamientos y actitudes que proyectamos, es decir, no importa qué tan bien luzcas si la actitud que proyectas es negativa. Por eso, nuestra imagen se construye al nivel que reflejan nuestros pensamientos y da como resultado el control de nuestras actitudes, que al final de cuentas es fundamental en la construcción de nuestra imagen:

"No basta con lucir atractivo o atractiva, se necesita ser buena onda".

Entonces, cuando nuestra imagen exterior (apariencia) está alineada con nuestra imagen interior (pensamientos y actitudes) se logra la anhelada congruencia; o lo que algunos llamamos “fondo y forma”. 

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Todavía cabe señalar que la construcción de nuestra imagen penetra a niveles más profundos debido a que, por nuestra naturaleza social, también evaluamos la manera en cómo nos relacionamos con otras personas, ahí tenemos nuestra dimensión interpersonal, por ello se da un gran peso a la interacción y comunicación con el resto de las personas que nos rodean, es ahí donde se entiende la expresión por qué “verbo mata carita”.

Una buena comunicación interpersonal puede resultar más atractiva para algunas personas que la propia apariencia física, pero para que la gente esté dispuesta a interactuar y comunicarse contigo, primero debieron validar tu imagen como confiable. Esto funciona también en sentido inverso: puedes lucir despampanante y atractivo, pero si tu apariencia no se respalda con actitudes positivas, habilidades sociales y una buena comunicación, esa primera impresión positiva caerá por los suelos.

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Por último, tenemos nuestra dimensión interactiva, que es el modo en cómo reaccionamos ante situaciones inesperadas de la vida y que nos ponen a prueba frente a las demás personas. Esta dimensión trabaja niveles que nos permiten gestionar nuestra inteligencia emocional, el autocontrol de emociones positivas y negativas y qué es lo que las origina.


También es capaz de medir los niveles de empatía que generamos frente a nuestro equipo de colaboradores, temas sociales, personales y familiares.

 Como conclusión, nuestra imagen profesional se construye con cuatro dimensiones que se complementan y profundizan en las relaciones con otras personas: cómo nos vemos, de qué forma pensamos, cómo interactuamos y cuál es nuestro estilo al comunicarnos.

Para construir una imagen profesional que verdaderamente proyecte la persona que eres o cómo quieres que te perciban los demás, es importante analizar tu personalidad, estilo y ambiente laboral, en dónde te desenvuelves y de ese modo alinear cada uno de estos elementos de los que te he platicado.

¿Te habías puesto a pensar en ello?






Arístides Ramírez Treviño

Factores & Riesgos Psicosociales | Fórmula Divergente | Liderazgo 4.0 | Inteligencia Comercial | CEO & CoFounder @ ARIVA Consultores

2 años

Qué difícil es calificarnos a nosotros mismos, pero creo que estas dimensiones nos pueden ayudar a entender que es lo que estamos proyectando a nuestro entorno.

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