¿Cómo construir tu bienestar?
Hace bastante tiempo que quería escribir sobre este tema. Es uno de los aspectos que más ha transformado mi vida, de forma positiva. Muchas personas destacan mi templanza y coherencia ante la vida. Es por ello que quiero compartir contigo como he experimentado el proceso, para no permitir que mi yo del pasado y mi yo del futuro torturen a mi yo del presente. .
A lo largo de la vida, cuando he sido consciente de mis pensamientos he detectado que tengo 3 "yos". Mi yo del pasado. Mi yo del presente, el que vive e interactúa con la realidad. Y mi yo del futuro. Cuando las personas me comentan sus necesidades o expresan sus emociones, observo que no soy el único que tiene estas tres personas. Cada una de ellas, que residen todas en nuestra mente, tiene unas necesidades y preocupaciones diferentes. Todas ellas, excepto la del presente, tienen la capacidad de perjudicar a tu yo actual, por ejemplo imaginando problemas a través de tu yo del futuro, o quedándote atrapado en una excesiva rumiación por culpa de una negativa experiencia que vivió tu yo del pasado. Por ello resulta fundamental establecer una buena relación entre tu yo del pasado, el actual y tu yo del futuro. Es lo que te pretendo mostrar con este artículo.
Normalmente, la relación que establecemos suele implicar siempre a tu yo actual, a través de tu pasado y presente, y entre tu presente y futuro. En primer lugar, hablaremos de tu yo del pasado. Muchas personas sufren depresión o cualquier otro trastorno psicológico, debido a un problema mal gestionado del pasado. Problema que lastra a tu yo actual. Que no eres consciente pero se te nota en el rostro. Normalmente, esta situación se debe a no disponer de las herramientas necesarias para poder afrontar y solucionar las situaciones que percibimos como problemas. Por ello es fundamental en este caso la ayuda de un profesional. Bajo mi punto de vista, y como gestiono yo este tipo de situaciones, es que mi yo del pasado debe ser la experiencia. Una guía. Experiencia para no repetir errores, para no exponerme de nuevo a situaciones que no me gustan. Mi yo del pasado es un taller de aprendizaje. Su figura es muy importante, puesto que su experiencia te mantiene con vida. Resulta determinante el aprendizaje. Debe hacerte entender que todo es difícil antes de ser fácil. Que la venganza desperdicia mucho tiempo y te expondrá a nuevas heridas. Debe demostrarte que tu bienestar no puede depender de aspectos que dependan del azar, y que lo que dependa de ti, hay que poner el 100% para que tu presente esté lleno de paz.
Recomendado por LinkedIn
En segundo lugar, está la relación entre mi yo del presente y mi yo del futuro ¿Cuántas veces me habré comprometido con algo y cuando llega el día mi entusiasmo ronda el 15%? La primera lección que aprendí fue a decir no. Este gesto llenó mi futuro de tiempo y de felicidad. Hay que hacerlo de forma asertiva. Otro aspecto que tuve que mejorar notablemente, es la no anticipación de acontecimientos, sobre todo negativos. Es absurdo sufrirlos antes de que pasen. También lo es sufrirlo dos veces. Cuando tengo algún evento que no es de mi agrado, lo aparco mentalmente hasta que llega el día. En este sentido, funciona muy bien apuntar en un diario, papel o incluso en una nota del móvil, el evento y que debes hacer. Lo descargas de la mente y te permite coger aire. Y que decir de la imaginación ¿Cuántas cosas negativas has imaginado que luego no pasaron? Y si pasaron, no fueron tan desagradables. Hace tiempo leí en un libro que no lograría tranquilidad hasta que abrazara la incertidumbre. Cuanta paz me da interiorizar esta frase.
El papel de la consciencia es muy importante. Para ello tu yo del presente debe estar sano. Te permitirá no trabajar más de la cuenta. Por ejemplo no dando el 120% porque otra persona da el 80%. Practicar deporte sin excesos heroicos. Comer de forma saludable, lo que tú cuerpo necesita, abandonando los ultraprocesados. Todo esto produce un gran beneficio mental. Mi yo del presente se volvió receloso con el tiempo. Somos egoístas con las cosas materiales, con el dinero. Sin embargo, regalamos el bien más preciado, el tiempo. Dejé de invertir este preciado tesoro en cosas que pasaron ayer, o en eventos que supuestamente ocurrirán mañana. Ahora entrego ese tiempo a observar mis pensamientos, a lograr una mayor consciencia de la vida. Saber cómo me siento. Que necesito de verdad, aquí el dinero dejó de ser protagonista. Me di cuenta de que cuanto más me alejo de la sencillez, más susceptible soy al sufrimiento. Mientras la mente guía tu vida, llevas una venda en los ojos que apaga tu bienestar. Sin él, eres vulnerable a la tristeza, la ansiedad, la melancolía, la anticipación, el estrés, el miedo, la ira, la rabia. Tu consciencia no está presente. Necesitas melatonina para dormir. Café para vivir. Pastillas para el estrés. Champú anticaída. En casos extremos alcohol para inhibir. Quitarse la venda no es fácil, pero es posible. Con el tiempo te conviertes en un espíritu inquebrantable. Este espíritu logra ganar la partida a mi yo del pasado y a mi yo del futuro. Es el que domina la situación. El que aprende de los errores del pasado, y mantiene los pies firmes en el momento actual.
Trata de gestionar cada día el aprendizaje del pasado, que interactúa con la realidad del presente, para mejorar la calidad de vida del mañana. Esta relación mejorará notablemente tu bienestar. Recuerda quitarte la venda.